⫷Entre La Guerra Y Mi Enemigo⫸ (T-34)

✨Especial de navidad ✨

La navidad es algo maravilloso, ¿no lo creen? Pero que tan maravilloso puede ser si te encontrás a kilómetros de tu familia y demás seres queridos, en un país que no es el tuyo; eso pensaba Nikolay, que no solo veía la navidad cómo un desperdicio de tiempo y dinero, él la veía como algo inútil e innecesario, digo ¿celebrar el nacimiento de Jesús? Que patético y absurdo sonaba aquello, para lo único que sirve navidad es para poder ver a tus familiares y gente querida pero si están lejos no tiene el más remoto sentido ponerse con ese "espíritu festivo".
Por otro lado, Klaus estaba algo emocionado ya que sería su primera navidad en algo que él consideraba familia y más emocionado estaba Shack porque por fin iba a tener una navidad verdadera y no tener que pasarla escondido debajo de las tablas puestas en el piso; los dos germanos se movían de un lado al otro poniendo decoraciones con ayuda de los rusos. Por su parte los cuatro rusos ayudaban gustosamente, después de todo navidad es para estar en paz, además que disfrutaban de aquellos tiempos de festividad con comidas deliciosas, postres dulces, bebidas embriagantes y regalos, demasiados regalos que disfrutar. Y así es como horas llenas de risa pasaron y se convirtieron en días hasta dar la noche del 24 de diciembre; Klaus le dijo a Shack que se fuera a dormir porque si no hacía caso Krampus¹ lo pondría en su "lista negra" lo cual implicaba que esté ser vendría a comerlo, el niño asustado ante la idea de no obtener regalos de nuevo y ser comido por la criatura decidió salir corriendo para su habitación y quedarse ahí.

- Eres malo, Klaus, el pobre niño quería esperar hasta que te fueras a dormir para que le contarás cosas sobre "Krampus" -reprochó Anya por la crueldad del germano-

- Por favor Anya, si Ludwing no se fuera a dormir ahora tendríamos que soportarlo hasta la mañana y créeme que ese niño acabaría con la cordura de al menos cinco soldados en menos de lo que canta un gallo -

- ¿No crees que exageras un poco con eso? Quiero decir, es un niño apenas, no sería capaz de acabar con la cordura de alguien porque no sabría cómo hacerlo -dijo Stepan-

- Lamento decirles que Jäger tiene razón, les recuerdo que mientras ustedes cuatro estaban buscando a este ser que se hace llamar Standartenführer pero sale corriendo si le lastiman sus sentimientos, yo tuve que hacerme responsable de esa cosa... Estoy seguro que fue él quien atacó a los otros soldados que fueron a Finlandia y misteriosamente aparecieron mutilados y desmembrados en toda la nieve-

Todos quedaron callados a excepción de Nikolay que le sorprendió que un soldado de rango inferior supiera esas cosas, se supone que no muchos tiene que tener la noción de ese acontecimiento y mucho menos en un lugar tan alejado como podía llegar a ser Leringrado o el Itsmo de Carelia.

- Ionov... ¿Cómo es que sabes sobre eso? -pregunta mirándolo atentamente-

- Oh teniente, uno conocido mío estuvo en esa guerra y los rumores corrieron tan rápido que me lo contó por carta; pero no estamos hablando de mí, estamos hablando del monstruo que tiene Klaus cómo hijo adoptado -

- ¡Oye! No es un monstruo, solo es un nene judío que estoy cuidando como a un soldado de rango menor porque me da pena que termine muriendo en manos de algún soldado de los campos de concentración -dijo para defenderse- Y ustedes más que nadie sabe lo que es estar realmente ahí. Él no podría sobrevivir ni un minuto dentro de ese infierno -

Todos los presentes se miraron entre ellos por aquélla extraña confesión y contradicción de Klaus más no obstante les pareció gracioso provocando estruendosas carcajadas, Jäger ante esto solo frunció el ceño molesto y para demostrarlo pateó la pierna de Nikolay con fuerza, principalmente porque con el que más se había enojado fue con Ivushkin por reírse, posteriormente cruzándose de brazos ofendido.
Nikolay por su parte frenó en seco sus carcajadas tras recibir la patada, enojado dirigió su mirada a Klaus con ganas de devolverle el golpe cosa que no pasó desapercibida por el alemán, el cuál devolvió la mirada de igual forma y a la vez regadora; y mucho menos se logró camuflar para el resto de soviéticos presentes en el salón.