2. OFERTA

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Al acabar las clases, Nani fue a buscarlos a los dos en coche y se fueron a casa.

Abrieron la puerta de la casa y entraron, dentro estaba Antonio, el padre de Sara, haciendo la comida.

- Hola papá – saludó a su padre la chica – ¿Qué estás haciendo?

- Hola Sara – respondió el padre – estoy haciendo pasta para comer.

A Sara y Byron se les dibujó una sonrisa en la cara, hacía mucho tiempo que no comían pasta.

- Vamos chicos, hay que poner la mesa – ordenó el padre.

De pronto llamaron al timbre de la casa.

- ¿Esperas a alguien? – le preguntó Nani a Antonio.

Su marido negó con la cabeza, miró a sus hijos y estos también indicaron que no. Ninguno estaba esperando visitas y Nani se paró a pensar en quien podría ser la persona que había llamado a la puerta mientras se dirigía a comprobarlo.

Abrió la puerta, y la persona que estaba al otro lado era un hombre joven con una camisa de cuadros y unos vaqueros.

- Hola, ¿puedo ayudarle? – preguntó Nani al joven hombre de pelo castaño oscuro.

- Soy el doctor Stephen Strange, tengo que hablar con vosotros, ¿puedo pasar? – respondió el misterioso hombre.

La madre se quedó extrañada al oír aquello y no sabía qué hacer.

- Soy la persona que le ofreció por teléfono lo de la mudanza – añadió – así que he decidido venir en persona para contárselo todo.

Nani finalmente accedió y le dejó pasar. Le ofreció asiento y después algo de beber.

- Bien, no perdamos mucho tiempo, tengo cosas importantes que hacer – dijo el doctor.

-Primero, le diré por que le ofrecí lo de la mudanza – empezó a decir Stephen Strange dirigiéndose a Nani – su hija es una chica muy lista y necesita unos estudios mejores, por consiguiente, les ofrezco a ustedes una beca para que Sara pueda estudiar en una academia de talla mundial en Estados Unidos. Mientras que su hijo tiene que ir a clases especiales.

- ¿Clases especiales? – preguntó Antonio.

- Así es, los poderes de Byron son inmensos y necesita aprender a controlarlos – respondió el doctor – en mi academia ayudo a chicos como él para que no sean un caos público y puedan utilizar esas habilidades para el bien. Así que es necesario que Byron se quede aquí y Sara se vaya con vosotros dos a estudiar en Estados Unidos.

Los padres se miraron entre ellos y luego miraron al doctor.

- A nosotros nos daría igual, pero también hay que pensar en nuestros hijos – dijo Nani – porque no creo que a ellos les guste la idea de separarse, tienen una relación muy buena.

- Podrían venir y podríamos preguntarles – dijo Strange – pero les aseguro que mi oferta es una gran oportunidad para ellos dos.

Nani llamó a sus hijos para que se acercaran y ellos ya habían terminado de poner la mesa así que se dirigieron al salón donde estaba teniendo lugar la conversación. Antonio les dijo a Sara y Byron que se sentasen.

- Chicos, éste es el Doctor Stephen Strange – indicó la madre.

Strange les explicó todo a los niños y ellos se quedaron boquiabiertos, Sara tenía razón acerca de lo de la mudanza, era todo cierto, pero además iban a estar separados y eso no le gustaba a ninguno de los dos.

- Pero Nani – se quejó Byron – yo no quiero separarme de Sara, ella es mi mejor amiga, no quiero irme yo solo.

- Escucha Byron, será lo mejor, hazme caso – intentó consolar la madre a su hijo – tienes que aprender a controlar ese don tan especial que tienes, y nosotros no podemos ayudarte a eso hijo.

Byron no quería entenderlo por mucho que se lo explicaran.

- Es normal que no lo entiendan – dijo Antonio – son niños, no van a entender lo que es mejor para su futuro.

- Podríamos utilizar un método – dijo Stephen.

Los cuatro preguntaron que quería decir ese doctor.

- Podría borrarles los recuerdos que tienen juntos Sara y Byron y así no les dolería tanto – explicó Strange.

A ninguno de ellos les convencía aquella idea y se negaron rotundamente. Sara se acercó a Byron, quien estaba con varias lágrimas cayendo, y le dijo:

- Escucha, no tiene por qué ser un adiós para siempre, tenemos que hacer una promesa, que nos veremos en el futuro, ¿de acuerdo?

Byron dejó de llorar al oír esas palabras de su amiga y acabó convencido.

- Está bien – aceptó a la fuerza el chico de cabello largo rubio.

Empezaron a abrazar uno por uno a Byron para despedirse.

- Gracias por ayudarme con la maleta – le dijo Byron a Sara.

Ella le sonrió, y después le dio un abrazo y un beso en la mejilla.

- Gracias por todo Byron – agradeció la chica – gracias por haber estado conmigo siempre que lo he necesitado y gracias por haber sido mi mejor amigo toda la vida, te prometo que nos volveremos a ver, te quiero.

Sara sonrió y a Byron se le escapó una lágrima mientras sonreía.

- ¿Está todo listo? – preguntó Stephen.

El chico asintió, y acto seguido se fueron los dos en coche.

Byron estaba triste porque dejaba atrás todo, pero lo que no sabía, es que aquella decisión que había tomado al irse con ese doctor le iba a cambiar la vida por completo y para siempre. 

Byron Love - La Espada PlateadaOnde histórias criam vida. Descubra agora