7. ESCRIBANO

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Llegó el día siguiente por la mañana, Byron, Claude y Bryce se prepararon para ir a clase. Stephen Strange los llevó a los tres en su coche. La escuela no estaba muy lejos de la casa donde vivían, pero ese día el hechicero no estaba muy ocupado y pudo llevarlos.

Al llegar allí, los tres hermanos entraron al centro. La primera clase que tenían era matemáticas, antes de entrar por la puerta, Bryce se acercó a Claude y le dijo:

– ¿Recuerdas lo que dijo el profesor ayer sobre los cambios de sitio, Torch?

– No me lo recuerdes Gazelle, es muy injusto – rechistó el dios del fuego.

Entraron a la clase y se sentaron todos donde quisieron porque el profesor no había llegado todavía. Byron fue a sentarse en el sitio de ayer y vio que Candela estaba esperándole.

Byron iba a sentarse justo ahí, pero en ese momento apareció el profesor por la puerta.

– Todo el mundo en pie, os he asignado a cada uno vuestro propio sitio, y será definitivo hasta que yo quiera.

Los alumnos hicieron caso al profesor y estos se levantaron y se pusieron en fila al final de la clase. Todos se sentaban donde le indicaba. Puso a Byron y a Candela juntos. Y a Claude y a Bryce los puso lo más alejado posible el uno del otro. Y como era de esperar, el chico de cabello rojo se quejó:

– Aún sigo sin entender por qué nos has separado a Gazelle y a mí.

– Claude ya te lo expliqué ayer, hablas mucho con tu hermano. Estar aquí en primera fila te vendrá bien – respondió el profesor – y como te vea hablando con Byron te pongo en el pasillo.

El chico de cabello rubio estaba en segunda fila, justo detrás de Claude, y Bryce estaba en última fila, en el lado izquierdo, al lado de Max House.

– Muy bien, vamos a empezar con la clase – dijo al fin el profesor de matemáticas.

La clase empezó y los alumnos sacaron sus cosas encima de la mesa.

– Buenos días Byron – se dirigió Candela al dios Afuro, con una sonrisa.

– Hola Candela – el chico le devolvió la sonrisa, pero la suya fue leve y tímida.

– Que bien que podamos sentarnos juntos en clase, ¿verdad? – dijo la chica de pelo castaño.

Byron afirmó con la cabeza, él estaba nervioso, y lo único en lo que pensaba era en su misión, tenía que descubrir si Candela era o no una Diosa. Tenía que preguntárselo si llamar la atención y sin que nadie se enterase. Y para su suerte, fue ella la que empezó la conversación.

– ¿Por qué te has trasladado hasta aquí?

Era una pregunta difícil de responder, pues no podía decirle que era un dios.

– Yo antes vivía en otra casa con otra familia, pero un día vino un hombre y me dijo que tenía que venir a esta escuela y ahora vivo con Claude y Bryce – respondió él.

– ¿Ese hombre que fue a tu casa a buscarte, era el Doctor Strange? – preguntó Candela.

Byron se quedé extrañado, no le había contado en ningún momento quien era su tutor ahora, y después pensó que ella ya conocía a los chicos y por tanto sabia de la existencia de Strange. Pero aun así decidió preguntar.

– ¿Lo conoces?

– ¿Qué si lo conozco? – se ofendió la chica – es uno de los mejores psicólogos y de los mejores médicos del país, incluso de Europa. Es mundialmente famoso.

Esto a Byron le confundió, ya que, antes de su llegada, él no tenía ni idea de quien era el Doctor Strange. Y parecía que Candela lo conocía muy bien, pero no sabía que el doctor aparte de eso también era el Hechicero Supremo.

Byron Love - La Espada PlateadaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant