Capítulo 8

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-Estas actuando de forma muy extraña -Dijo Michael entecerrando sus ojos, -Quiero que me digas que esta pasando, y quiero que sea ya, me cansé de que me ocultes cosas.

Abrí mis ojos, ¿qué iba a decirle?

No podía decirle la verdad, al menos no todavía, no sabía porque se lo ocultaba ya que siempre le contaba todo a mi mejor amigo, pero esto era diferente, había algo excitante en nuestro trato, no quería que Michael se enterara lo que estaba pasando con Gabriel y nisiquiera sabía el porqué.

-No pasa nada, estas demaciado paranoico-Dije riendo.

La risa me salió ligeramente normal, eso hizo que Mike deje el tema, entonces pudimos entrar a clases, era lunes, otro día de tortura, por lo menos iba a empezar de cero con Gabriel, muy en el fondo yo sabía que él no era un completo amargado, sólo había que ser paciente y esperar a que salga de su caparazón, por así decirlo, cosa que no iba a ser nada fácil.

Cuando entramos casi todos ya estaban dentro, sin embargo Gabriel no estaba, todos hablaban y se juntaban en pequeños grupos, le di una miraba a Megan y sus amigas, eran todas unas huecas, la analice por unos segundos, su cabello rubio caía suelto por la espalda, este le llegaba a la cintura,sus ojos eran azules y tenía una nariz falsa, todo en ella era falso, arruge mi nariz y fui a sentarme al lado de Michael.

-Por favor dime que el amargado no vino-Murmuró mi mejor amigo haciendo que ría entre dientes.

-No quiero ser pesimista, pero es más que obvio que vendrá,él nunca falta-Le respondí.

Gabriel entró al salón,el día de hoy llevaba una camisa azul con los primeros tres botones desabrochados, su cabello estaba ligeramente despeinado y tenía una capa de sudor en su frente.

-Siento la tardanza, tuve unos asuntos que resolver-La clase entró en un silencio sepulcral.

El profesor empezó a sacar unas carpetas de su mochila y nos miró a todos, estaba serio, cuando su mirada se encontró con la mía me sonrió levemente para luego girarse y comenzar a escribir en la pizarra.

-Todavía no me has dicho por qué te fuiste de la fiesta-Me reprochó Mike en un fino susurro.

-Me comencé a sentir mal-Contesté-Además tu desapareciste, ¿y mi tequila? -Le pregunté.

Cambié de tema para que se olvide, no quería decirle la verdad, no todavía.

Se sonrojo levemente y me miró por el rabillo del ojo.

-Digamos que el jugador de fútbol americano tenía sed-Dijo con picardía.

Gabriel calló a la clase para comenzar con su explicación, miró la pizarra, matemáticas.

Yo odiaba esa materia, bueno, en realidad odiaba a todas las asignaturas pero esta era una de las peores, luego le seguía química y tomada de la mano estaba la física.

-En el día de hoy veremos las funciones polinomicas-Nos informó el profesor con voz agria, al igual que hacia todos los días comenzó a hablar.

Yo como hacia todas sus clases no preste atención, pero hoy en vez de mirar a todos lados, escuchar música o escribir idioteces en mi cuaderno, me quedé mirando a Gabriel, no sabía porque lo hacía.

Su cabello estaba revuelto, era negro como la noche, perfecto, sus ojos grises tenían una chispa de emoción que nunca había notado, ahí pude darme cuenta que esto era su pasión.

Y yo capte otra cosa, algo que no había notado hasta ahora y no quisiera haberlo hecho, Gabriel me gustaba, y mucho.

No me había dado cuenta de ello, pero ahora lo hacía, me atraía, quería conocerle, esperaba no desilusionarme.

¿Iba a enamorarlo?

¿Seguiría con mi plan?

Sí, iba a hacerlo, no dejaría mi plan por sólo una atracción física.

-Señorita Mitchell, salga del aula-Dijo el profesor sacandome de mis pensamientos.

Desconcertada miré a Michael pidiéndole una explicación.

-La próxima vez que la llamé espero que me preste atención-Murmuró Gabriel señalando la puerta.

Mierda, estaba tan absorta en mis pensamientos que no escuche que me había llamado.

Me levanté de la silla para salir en silencio, pude ver como Megan me miraba con suficiencia cuando salí por la puerta, rodé mis ojos y Gabriel salió atrás mío cerrando la puerta.

-Señorita acompañeme-Susurró mientras la Secretaría nos miraba, no preguntó nada y ambos caminamos en silencio por el pasillo.

Mirando hacia todos lados Gabriel me empujó contra la pared, su cuerpo estaba apretado contra el mío, lo miré impresionada, estábamos en la mitad del Instituto.

-Fue fácil buscar un pretexto para sacarte de clases-Murmuró contra mis labios, los rozó con los suyos y yo cerré mis ojos disfrutando la sensación.

-Eres un idiota-Logre decir abriendo mis ojos.

Sonrió.

-Pero te gusta, bueno, quería informarte que a la salida te vas conmigo-Acarició mi mejilla para luego apartarse y caminar apresuradamente hacia el salón.

¿Qué había sido eso? 

Trato hecho profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora