Capítulo 9

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 -¿Por qué eres así con la gente? -La pregunta se escapó de mis labios sin que pudiese evitarlo.

Arrugó el ceño.
-¿No iremos a tu departamento? -Pregunté frunciendo el ceño ligeramente.

-No, quiero llevarte a un lugar-Respondió sin despegar la vista de la carretera. -Recurda que quiero que seamos amigos. Tenemos que conocernos.

Su actitud calmada me sorprendio un poco, estaba actuando "normal", o algo así.

-Claro-Sonreí. -Los amigos no tienen sexo-Murmure con una sonrisa burlona.

Lanzó una sonora carcajada y aparcó el auto cerca de un sendero.

-Somos amigos con privilegios-Contestó.-Esos son los mejores amigos que puede haber.

Negando ligeramente con la cabeza salí del coche.

Observe el lugar, nunca lo había visto en mi vida, ni siquiera sabía que existía, los árboles estaban por todas partes y se extendían por una especie de senda.

-Nunca vine aquí-Murmure mirando a Gabriel.

Este me regaló una sonrisa, para luego tomarme de la mano y guiarme por el lugar.

Seguimos caminando por una especie de bosque al menos por unos diez minutos, hasta que nos detuvimos en un claro, me quedé impresionada observando el lugar, era precioso.

Había un lago con agua cristalina,en algunos lugares se encontraban rocas de todos los tamaños por la orilla, el suelo estaba cubierto de césped verde y sólo se escuchaba el ruido del agua y de algunas aves, si tuviese que buscar dos palabras para definir este lugar serían; Hermoso y Pacífico.

-¿Te gusta? -Preguntó Gabriel caminando hacia el agua.

-Es bellísimo-Contesté mirando sus movimientos.

Este sonrió y luego se giró hacia al lago, vi como desabrochaba los botones de su camisa, esta calló al suelo mostrando los músculos de la espalda de mi profesor; mordi mi labio inferior, era perfecto, seguramente era igual al mismísimo diablo, cruel pero perfecto.

Se sacó los pantalones quedando sólo en boxers color negro, para luego zambullirse en el agua.

Salió a la superficie y me miró, su cabello negro estaba totalmente mojado y le caían gotas de agua por las pestañas.
-Ven, el agua esta perfecta-Murmuró invitandome a entrar. -No tengas vergüenza-Dijo finalmente en tono burlón.

Lance una carcajada.

Me saque toda la ropa, quede en ropa interior, la cual era de algodón color negro.

Toque con mi dedo gordo del pie el agua, estaba tibia, entre delicadamente, el agua me llegaba hasta el cuello; comencé a nadar lejos de Gabriel. Cerré mis ojos y me adentre al agua.

Sentí como unas manos cubrían los costados de mis caderas, Gabriel me apego a su cuerpo y ambos salimos a la superficie.

-¿Por qué tan lejos nena? -Preguntó mordiendo mi cuello.

Lance un gemido y me giré.

-Diría algo sarcástico, pero dijimos que nos coniceriamos mejor-Dije sonriendo, para luego volver a alejarme de él.

Luego de estar unos cuantos minutos nadando, ambos salimos del agua y nos acostamos en el césped para secarnos con la luz solar.

-Jugemos a las diez preguntas-Pidió Gabriel rompiendo el silencio.

Levante mi ceja derecha.

-¿No eran las veinte preguntas? -Retruque lanzando una pequeña risa.

Rodó sus ojos.

-Ahora son diez, yo empiezo-Masculló.-¿Color favorito?

Lo miré raro.

-Esa pregunta es rara-Comenté.

-No, significa que quiero saber más sobre ti, no quiero sólo sexo, me gustas y quiero que seamos amigos-Dijo defendiéndose.

Sonreí.

-El azul-Respondí.-¿Y el tuyo?.

Giró su cuello y me miró.

-Rojo,te informo que esa pregunta no vale; ya que la hice yo primero. -Sonrió mostrando sus perfectos dientes blancos.

Miré al cielo pensando una pregunta.


-¿Así como? -Preguntó entecerrando sus ojos grises.

Mordi mi labio inferior, había metido la pata.

-Eres arrogante,malhumorado, nunca sonríes-Contesté girando mi cuello para mirarlo, este me devolvió la mirada y sonrió.

-Todos tenemos un pasado Laura, Levante un muro a mi alrededor, soy feliz así. -Murmuró; sus ojos grises se encontraban oscuros, como una tormenta.

Eso era cierto, todos teniamos un pasado aunque lo negemos, nadie es así por nada, yo no era así porque si, él tampoco, nadie lo era.

-¿Cuál es tu pasado? -Pregunté curiosa.

Frunciendo el ceño miró al cielo; le imite, este estaba azul, sin una nube.

-¿Me dirás el tuyo? -Respondió con una pregunta.

Lo pensé, ¿le contaré mi pasado?

Él era mi profesor y también era casi un extraño, solo Michael y mi prima sabían mi pasado, y por ahora prefería que quedará así.

-No, es muy pronto-Murmure.

Chasqueo su lengua para luego sonreír levemente.

-Bueno, ahí tienes mi respuesta, todo a su tiempo pequeña-Murmuró. -Me toca hacer una pregunta.

-Esta bien-Dije, no quería incomodarlo con mi pregunta,lo mejor era cambiar de tema.

-¿Por qué aceptaste el trato?-Preguntó Gabriel curioso.

Ni yo sabía esa respuesta.

¿Por qué había aceptado su propuesta?

-No lo se, eres lindo. -Respondí, esa era la peor respuesta de la tierra, pero prefería dejarlo así.

De un movimiento Gabriel se movió y quedó sobre mi, sus manos fueron a mi vientre, cerré mis ojos al sentir el contacto de sus manos en mi piel.

Acercó sus labios a los míos para besarme, abrí mi boca para que su lengua se adentrara,acarició su lengua con la mía y yo me sentí en el cielo, este hombre sabía besar.
Se separó de mi y bajo mi ropa interior, la tiró a un costado, la única prenda que cubría mi piel era el sujetador, me miró y sonrió

-Eres perfecta. -Susurró acariciando mi mejilla.

Nunca nadie me había dicho eso, sentí un cosquilleo en mi estómago ante sus palabras.

Sonriendo se sacó sus boxers quedando completamente desnudo, buscó sus jeans y revisó los bolsillos.

-Mierda, no traje condón. -Me miró. -¿Tomas anticonceptivos?.

Me sonroje, yo nunca me ponía roja.

¿Qué me estaba pasando?

-Sí. -Respondí, desde los quince años tomaba la píldora,luego de perder mi virginidad comencé a hacerlo.

-Bueno-Murmuró, hundió un dedo en mi interior,lance un pequeño gemido, me había tomado desprevenida.

Acarició mis muslos para luego colocarse entre mis piernas, de un suave movimiento se coló en mi interior,sus embestidas eran suaves y delicadas.

-Gime para mi preciosa-Susurró en mi oído y mordió el lóbulo de mi oreja.

Cerré mis ojos disfruntado la sensación,estaba a punto de tocar el cielo,llegue al orgasmo y lanzando un pequeño grito deje caer mi cabeza en su hombro, luego de unos minutos él se corrió en mi interior.

Salió de adentro mío, se tiró a mi costado,nuestros brazos se rozaban, lo mire de reojo, sus párpados estaban cerrados y su pecho subía y bajada irregularmente.

Esta era una de las mejores sensaciones que había experimentado en mi vida.

¿Qué me estas haciendo Gabriel? 

Trato hecho profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora