t r e c e

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—¡Adivina qué, bebé!— dijo Chan, observando cómo el menor cortaba las verduras para preparar la cena.

—¿Qué, Channie?

—Sana quiere conocerte, de hecho, mi familia quiere conocerte— A Jeongin casi se le cae el cuchillo de la mano. Entonces se giró sorprendido y se acercó para ponerse delante de Chan —Ella regresó a Busan muy rápido y se quedó con las ganas de saber quién es el chico que le robó el corazón a su hermano mayor.

—¿Quieres que conozca a tu familia?— Jeongin pensó que el rubio estaba bromeando.

—Sí. ¿Es demasiado pronto? Es que están muy emocionados por conocerte.

—¿Cuándo iremos?

—Mañana, amor— Le dejó un beso en los labios y salió de la cocina.

Mañana irían a Busan, mañana conocería a la familia de Chan... ¿Eran oficiales? Por supuesto que lo eran. Las confesiones hechas la semana anterior eran suficientes para saber que ya eran algo.

Mañana conocería a la familia de su novio. Su Chan. Estaba un poco nervioso y emocionado.

[ 🍌 ]

Ver el amanecer era lo más hermoso que Jeongin había visto en su vida. Apreciar como el sol salía y comenzaba a iluminarlos con su luz. Las blancas y esponjosas nubes se movían a causa del viento, así que trató de hacer formas con ellas.

Su cabeza estaba apoyada en la ventanilla del tren, las ventanas estaban mojadas porque la mañana era fría y el calor que había ahora dentro empezaba a derretir el vapor congelado.    

Chan se encargó de acomodar sus maletas en la parte superior, dejando una manta con ellos para que se mantuvieran calientes. Todavía era muy temprano y aunque sentía
algo de calor, Jeongin sabía que pronto correría el aire por la rapidez con la que iría el tren.

—¿Estás cómodo?— le preguntó el rubio.   

—Estoy nervioso— Se enderezó en el asiento y apoyó la cabeza en el hombro de Chan.

—Mi familia es amable y cariñosa, especialmente mi madre, estoy casi seguro de que te querrá más que a mí por lo adorable que eres— Con esto, las mejillas de Jeongin se tornaron carmesí.

—Espero que pronto conozcas también a los míos. Estoy seguro de que ellos también te querrán.

—Nadie puede resistirse a mis encantos— Los dos se rieron —¿Quieres dormir un poco?— El pelirrojo asintió y cerró los ojos, esperando poder dormir un poco. Por la noche, Chan no le permitía hacerlo.

Y ya se pueden imaginar por qué.

Banana ( Chanin )Where stories live. Discover now