c a t or c e

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La familia de Chan era muy simpática, su madre tenía la misma sonrisa y Jeongin se dio cuenta de que lo atractivo lo había heredado de su padre. Aunque, a decir verdad, toda su familia era atractiva.

Cuando Sana por fin pudo presentarse, saltó emocionada, tenía muchas ganas de conocer al pelirrojo. Jeongin no sabía que Chan tenía un hermano menor, Lucas. El adolescente era como una copia de Chan, el parecido que tenían era impresionante.

—Y dinos, Jeongin. ¿Cómo empezaron a salir?

Jeongin recordó todas las veces que se insinuó a su ahora novio con un plátano y sonidos obscenos. Sus mejillas se tornaron de un color rojizo y el calor se apoderó de su cuerpo.

—Es... Es una historia... una... larga historia.

—Sí lo es, mamá. Ahora, si nos disculpas, iremos a mi habitación— Fue Chan quien se levantó primero, tomando la mano del menor.

—Muchas gracias, señor y señora Bang. La cena estaba deliciosa— Los mayores sonrieron y asintieron.

—Espera, Chan hyung.

—¿Mhm?

—Mañana tengo clases. No hagas mucho ruido por favor.

—¡Lucas!— El Sr. Bang gritó.

Jeongin quería desaparecer por la vergüenza. No harían nada en la casa de los padres de Chan, por supuesto.

—Métete en tus asuntos, mocoso— Tiró de la mano de Jeongin y lo arrastró a su antigua habitación.

[ 🍌 ]

—¡C-Chan, ah! No, no, tus padres. Lo oirán todo— El más joven detuvo las palabras de Jeongin con sus propios labios, aún moviendo los dos dedos que habían entrado en la entrada del pelirrojo. Hizo movimientos de tijera e incluso pequeños círculos, tocando las apretadas paredes de la rubia.

—Shh, bebé. Si lo hacemos en silencio, nadie nos oirá— Dejó las piernas de Jeongin abiertas sobre sus hombros y terminó su trabajo anterior y alineó la punta de su miembro en la estrecha y rosada entrada del menor.

—No hagas ruido, Innie— Lentamente, introdujo su pene, deteniéndose, y volviendo a entrar, tratando de no lastimar al pelirrojo y evitar regaños de sus padres en la mañana.

—¡Ah... Chan!— El nombrado tapó la boca de su novio con una de sus manos y cambió de posición, recostando el delgado pero muy bien formado cuerpo del pelirrojo sobre el colchón. Aun sin penetrarlo por segunda vez esa noche, comenzó a dejarle besos por toda la cara. En las mejillas, en los labios, en la frente, en la nariz, en los párpados, y repitiendo el mismo patrón dos veces.

Decidió bajar hasta el cuello del chico y dejar marcas que probablemente no se borrarían en apenas días. Tomó las manos del pelirrojo por los hombros, entrelazó los dedos y levantó un poco las caderas, y se enterró de nuevo en el agujero de Jeongin.

—Deja que te haga el amor como te mereces, bebé.

—Chan... Por favor.

—¿Qué, mi amor?

—Muévete— Obedeció la orden y movió sus caderas comenzando con un ritmo lento, siguió besando el cuello de su amado y se permitió acariciar la figura de su cuerpo después de haber soltado sus manos.

—Mierda mghmh, Jeongin.

Sus ataques eran más rudos ahora pero en ningún momento fue brusco con el menor, en ningún momento dejó de acariciarlo. Sus gemidos y jadeos se oían por toda la habitación, y por todo el suelo.

—C-Chan, tócame... casi...

El rubio dio un gruñido y bajó una de sus manos al miembro de Jeongin, masturbándose para darle más placer.

Ambos estaban en su punto dulce, pronto liberarían todo. Chan dejó de tocar el pene de Jeongin y se apartó de él, dejando un vacío en su interior.

—Móntame, bebé.

Se sentó en el colchón y el pelirrojo, dejando ambas rodillas a cada lado de las piernas y sujetándose a los hombros de su novio, con fuerza, se deslizó hacia abajo. Esto provocó un fuerte espasmo en ambos cuerpos.

Mierda. Eso se sentía muy bien.

Empezó a saltar y a mover las caderas lenta y provocativamente. Le encantaba sentir la pequeña ola de electricidad que nacía del choque entre su polla y el abdomen de Chan.

—Mierda, Innie... un poco más.

Chan tomó las sábanas entre sus manos, formando un puño y en el momento en que alcanzó su orgasmo, sujetó con fuerza las caderas de Jeongin, dejando marcas en sus dedos.

Jeongin fue el segundo en correrse, manchando una parte del abdomen de Chan. Ambos estaban muy satisfechos. Los efectos del cansancio se apoderaron de Jeongin y dejó caer su cabeza sobre el pecho de su novio. Se quedó dormido.

—Buenas noches, bebé.

Banana ( Chanin )Where stories live. Discover now