35 - Invernalia (II)

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- Aemond

Estaba aburrido y muerto de frío escuchando la conversación más banal de mi vida, pero al menos estaba haciendo tiempo para tardar más y que Visenya notara mi ausencia.

¿Me había rebajado a un juego infantil al querer darle celos? Definitivamente si.

¿Había disfrutado viéndole le cara al verme salir con la hermana de su futuro marido? También.

Tenía que reconocer que la chica que me acompañaba era una belleza; su pelo moreno llegaba a sus caderas, su cuerpo era esbelto con unas curvas interesantes y su cara era afinada y bonita.

- Mi Lord, ¿volvemos al salón? - me preguntó la morena - temo que mi madre y mi hermano noten demasiado nuestra ausencia.

- Claro mi lady, volvamos - la seguí hacia el salón donde todos nos miraban.

Atisbé como la chica dio algún que otro respingo de frío al entrar al salón, así que para terminar con la obra de teatro, me quité las pieles que cubrían mis hombros y se las puse a la chica, la cuál me lo agradeció con una leve caída de ojos y unas mejillas sonrojadas.

Vi como todos nos miraban, en especial Vis, y tuve que hacer un esfuerzo especial en no sonreír.
"Te estás comportando como un niño" pensé.

Volví a mi asiento y Jace me susurró:

- ¿Dónde has estado?

- Por ahí fuera.

- No puedo creer que no te hayas congelado.

- Me han dado calor - me aseguré de decirlo en susurros pero de manera que Vis lo escuchase.

Jon no me quitaba ojo ni yo a él. Me resultaba realmente molesto; siempre tan correcto y educado, siempre con las palabras justas. Un tipo tan...perfecto.

Vi como se levantaba para hacer un brindis mirando a Visenya, la cual se sonrojó con su mirada. Dioses, dadme la oportunidad de partirle la cara a ese lobo tarde o temprano.

- Quisiera brindar hoy por nuestros huéspedes pero sobre todo, por ti Visenya. Porque esto sólo sea el inicio de una bonita y duradera...amistad.

Todos brindamos y entonces vi como aquel insulso le guiñó un ojo a Vis. Di un golpe en la mesa a la vez que me levantaba con mi copa en alto bajo la atenta mirada de todos. Jace me dio un pellizco por debajo de la mesa el cual ignoré.

- Por nuestros amigos Stark, por su hospitalidad y por acogernos tan bien. No todo el mundo se siente seguro de dar cobijo a un dragón...en su casa.

- No nos preocupan los dragones, príncipe - contestó Jonnel poniéndose de pie frente a mí con su copa en alto - como decimos aquí, deja a un sólo lobo vivo, y las ovejas no dormirán nunca tranquilas.

- Sería muy necio por su parte si considerase un dragón como una oveja, mi lord - contesté con una sonrisa desafiante - cuando el dragón despierta... recupera lo que es suyo, con sangre y fuego.

Jonnel y yo nos mirábamos fijamente y de pronto la estancia quedó en completo silencio. Fue Jace quien lo rompió al chocar su copa con la mía y brindar, haciendo que el resto lo imitase.

Black DragonsWhere stories live. Discover now