Parte - 24.

1.6K 195 61
                                    


Kara POV.

Estaba tan emocionada cuándo decidí en el último momento cambiar mi vuelo de regreso a Midvale para tomar uno que me trajera hasta Italia con mi amada novia. La extrañé demasiado y en cada charla que teníamos, me daba cuenta que la lejanía causada por nuestros trabajos y la pérdida de todo nuestro tiempo juntas, nos estaba afectando mucho a ambas por igual.

Y tengo que admitir que tenía miedo de que al separarnos, las cosas entre nosotras pudieran enfriarse o qué volviera a pensar que estábamos haciendo mal al estar juntas, tal cómo le dije ese último día juntas; pero por fortuna nada de eso nos pasó, sino todo lo contrario. Y estaba feliz pensando en qué podría verla frente a mí y también quiero observar su expresión cuándo la invite personalmente cómo mi pareja a la boda de mi mejor amiga con su novia de siempre, Lauren. Quiero tenerla allí conmigo acompañando a mi gran amiga en ese día tan especial y deseo hacerlo de la mano de mi novia; pero no me esperé nada de lo que vi apenas estuve en las cercanías de su villa.

Porque no me gustó nada pasar todo el día viajando, sólo para tener que encontrar a Lena con una linda mujer rubia y con un pequeño niño atrapado entre sus brazos, que parecía una copia exacta de Lena. No quiero dudar de ella, ni de sus palabras cuándo me aseguró en su momento que no tenía más hijos que no fuera yo, pero quizás ella no sabía que lo tenía hasta ahora o siempre lo supo y decidió ocultarlo. No sabía qué pensar sobre lo que estaba viendo frente a mí, pero no me está gustando nada la interacción. Y la rabia me invade ante la duda que me genera verla así con esas personas, ¿Quiénes eran esos dos? ¿Por qué mi novia no me había dicho qué tenía compañía aquí en su villa? Lena, tuvo todo el tiempo del mundo para decirme con quién estaba pasando sus días y decidió no hacerlo y me enfada enormemente que me oculte las cosas. Todas esas preguntas rondan una y otra vez por mi cabeza mientras caminaba deprisa queriendo llegar hasta Lena, para enfrentarla y exigirle una explicación de toda la situación en la que estaba. Y sentí mi sangre hervir de la rabia, cuándo la vi firmemente envuelta entre los brazos de aquella desconocida mujer. Los celos brotaron de mí al instante al ver esa escena y de imaginar todo lo que se decían en medio de ese abrazo. Y recordar que había un pequeño niño idéntico a Lena, esperando en la camioneta estacionada frente a la casa, junto a mi novia y esa mujer abrazadas, completaron el cuadro de una perfecta familia y yo iba agitada por todo el camino queriendo llegar hasta ellas para dañarles la tranquila velada que estaban teniendo frente a mí. Lena, tenía que abrazarme así sólo a mí, y sí iba a ser tan cariñosa con un niño, qué lo sea con uno que sea nuestro. Me sorprendió mucho ese pensamiento, porque nunca había pensado en tener hijos, y menos entre ambas, pero ver a Lena interactuando con ese pequeño niño, activó ese deseo en mí a pesar de toda la rabia que sentía por la gran omisión que cometió Lena.

Jadeé con gran alivio cuándo por fin terminaron su abrazo y pude verlas tomar distancia entre sus cuerpos, hasta que ví a esa mujer entrar a la camioneta y a los pocos segundos, la observé salir con velocidad de la propiedad. Pero mi alivio no borró mi enfado, que crece al ver la sonrisa soñadora entre los labios de mí Lena, mientras observa ensimismada la camioneta que se aleja de su propiedad y que lleva a los que hasta éste momento habían sido su compañía. ¿Yo recorrí el mundo para verla, y ella no sólo no está sola cuándo la encuentro, sino que además ve con añoranza a esos dos extraños? Esto tenía que ser una jodida broma, pensé llena de ira y cuándo por fin llegué hasta mi hermosa novia y sus labios formaron una sonrisa cariñosa al verme y sus brazos se extendieron hacia los lados dándome la bienvenida. Pero al verla, dejé que la rabia y los celos actuarán por mí y la abofeteé con fuerza en su mejilla, y aunque me dolió ver la expresión de dolor y confusión en su hermoso rostro, mi mente no tardó en recordar la escena en la que acababa de ver participar a Lena, y mi mano volvió con rapidez a su mejilla, golpeándola con más fuerza que antes. Me sorprendió ver cómo cayó con un ruido sordo en la tierra, pero sabía que no podía seguir allí frente a ella, porque la golpearía de nuevo y no pararía hasta sacarme la frustración que sentí al ver la ilusión de nuestro reencuentro siendo destruida por su omisión. Lena, pudo haberme evitado ésta sorpresa, y pudo también evitarme éste amargo disgusto, pero no lo hizo en ningún momento aún teniendo muchas oportunidades.

OverflowingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora