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Finalmente hoy había sido su primer juicio. La sala estaba llena de personas, afuera había otras más. Muchos reporteros y cámaras apuntando a su rostro que a duras penas se cubría con el tapa bocas, a su lado estaba un hombre que en la vida había visto pero se presentaba como Hwang Hyunjin, seré tu abogado. Trabajemos juntos para tener buenos resultados. Hyunjin era un hombre guapo, alto; recogía su cabello largo en una pequeña coleta que lo volvía aún más atractivo. Totalmente su tipo. Jisung no habla con él, sólo respondía a sus preguntas y asentía a lo que el abogado le decía. Minho estuvo con ellos todo el tiempo, anotaba cosas en unas hojas y miraba a Jisung en silencio. Le ponía de nervios no saber qué estaba escribiendo, probablemente sus anotaciones eran "loco", "desquiciado", "insoportable", "embobado". Hyunjin alegó incapacidad mental ante el juez y llamó a Minho para declarar. De manera muy profesional habló sobre trastornos y enfermedades de la mente que aparentemente Jisung tenía, todo mentira.

Él estaba tan cuerdo como una vaca.

Cuando Jisung fue llamado al estrado sus palmas sudaron. La mirada de todo el mundo estaba sobre él, volvió en el tiempo a cuando era niño y se orinaba en la cama ¿Por qué? Porque era un niño idiota. A los ocho, después de ser follado por su padrastro, se hacía pis en las sábanas porque le daba mucho miedo salir y encontrárselo en la entrada de la habitación esperando otra oportunidad para metérsela. Eso sucedió durante dos años, casi todas las noches. Su madre le gritaba porque estaba fastidiada de tener que lavar sus sábanas todos los días y Jisung sólo le pedía perdón por ser tan molesto para ella. Después de que la señora Han le dijera mi vida sería más fácil si no te hubiera tenido es que irrumpía su padrastro para defenderlo, siendo el bueno de la historia, abrazaba a Jisung y lo consolaba, le decía a la mujer que le pidiera perdón y a pesar de que ella nunca lo hacía sí se llegaba a sentir reconfortado por los brazos varoniles del hombre.

Después del juicio volvió al hospital. Le causaba gracia como el montón de guardias iba tras él, como si repentinamente pudiese decidir matarlos a todos y escapar a algún país de occidente. No prestó atención a las indicaciones de juez, pero supuso que había sido un primer juicio favorable porque Hyunjin se mostraba relajado y Jisung no había ido a prisión aún. Tras despedirse de su abogado Jisung se entristeció, quería pasar más tiempo con él, tener una charla o relaciones, tal vez. Minho se retiró el saco del traje y se colocó la bata sobre su playera de manga larga. Los botones de su pecho luchaban para no romperse, la playera era muy pequeña o él muy grande. Jisung tuvo que apartar la mirada cuando el doctor lo pilló embobado por su apariencia. Se sonrojó. Le dijo si podía salir a caminar y Minho dijo que sí, que iría con él.



—¿Cómo te sientes?


—Bien —Minho lo miró como si quisiera decirle algo, era aquella mirada de que estaba esperando algo más, se apresuró a complementar su respuesta—, Hyunjin fue muy amable conmigo, me agradó.


—¿Hyunjin? Debe caerte muy bien.


—Es atractivo —carraspeó un poco la garganta—, muy buen abogado.


—Lo es —Minho soltó una risita que Jisung no supo cómo clasificar. Le hizo una seña para que ambos tomasen asiento en una banca—. ¿Te parece guapo?

Jisung miró hacia abajo, sabía qué responder pero no sabía si debía hacerlo.

Asintió.

—Ese peinado le queda bien. El negro no le queda nada mal, pero imagino que el rubio le quedaría aún mejor.

Minho asintió y meditó un poco su siguiente pregunta.

—¿Qué hay de mí? ¿Yo te parezco atractivo? —Jisung estaba avergonzado, pero no lo negó. Se limitó asentir. Minho se río—. ¿Más que Hyunjin?

Jisung lo miró para juzgarlo. Minho era más bajo que Hyunjin y sólo un poco más alto que Jisung. Su cabello no era para nada largo, pero le quedaba perfecto a su estilo. Se veía sexy con traje, probablemente no más que Hyunjin, y era carismático. Jisung siempre había creído que es más valiosa una buena labia que una buena apariencia. Después de hacer su evaluación miró al frente.



—Le ganas por un punto.

Jisung no miró la expresión del doctor pero se imaginó que tenía una mueca. Se divirtió.

Durante el resto del día no pensó en su padrastro, dormido plácidamente sin masturbarse y sin ser atado a la cama.

dicks tree || ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍWhere stories live. Discover now