𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐂𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

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«𝐋𝐢𝐥𝐲 𝐘𝐨𝐫𝐤»
«𝐔𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐨𝐫𝐝𝐞𝐧 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨»

«𝐋𝐢𝐥𝐲 𝐘𝐨𝐫𝐤»«𝐔𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐨𝐫𝐝𝐞𝐧 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨»

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La tensión en el aire se siente como si un horno estuviera encendido y las llamas abrazaban a todos los presentes. La incredulidad aumenta con el paso de los segundos y aquellos que estaban en la habitación de los pequeños príncipes.

Anastacius está sentado en una de las sillas que hay ahí, su vista aún se mantiene sobre los dos bebés, pero siente la de las damas sobre las de él. No es tonto, sabe que al menos una de las cuatro está incrédula, mirándolo como si creyera que es una especie de fantasma, mientras que las otras tres tratan de evitar burlarse. Suspira, y observa a la castaña de ojos azules, misma que aún le mira incrédula y con cierta preocupación.

—Lily, si hay algo que me quieras decir... — expresó en voz baja – Soy todo oídos

—B-bueno... — tartamudea, mientras observa al suelo y después al único varón presente – Tú... vivo... ¿C-Cómo?

Anastacius sonríe con cariño. Lilian York había sido amiga de Diana y Donna, las había adorado y ella había visto lo enamorado que él y su hermano habían estado por las dos bailarinas, así que cuando él fue sacado del trono, ella había llorado por él, porque se habían hecho buenos compañeros.

—Lirio – llama con tranquilidad

Los ojos de Lily se llenan de lágrimas y pronto, es abrazado.

—¡Pensé que habías muerto! – exclama con dolor – Pensé que nos habíamos quedado solas

—Jamás – asegura Anastacius mientras le regresa el abrazo – He vuelto, y los protegeré

—Mi emperador, los príncipes... El príncipe Andreus él es su hijo y de Lady Donna – dice llorosa la castaña

—Lo sé, se perfectamente que es mi hijo y Athanasia mi sobrina – responde, para después acercarse a la cuna – Son perfectos

Ellas miran con adoración como el rubio observa a los dos bebés, saben que él desea decir miles de cosas, pero se las reserva por timidez.

—¿Qué hará mi príncipe? – interroga Beatriz

—Primero que nada, pasar el día con ellos – expresa con tranquilidad – Y después poner orden en este palacio

La forma en cómo los ojos de Anastacius brillan, hace que las cuatro damas sientan pena por aquellos idiotas que se hayan atrevido ha lastimar a sus niños.


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𝐄𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐃𝐞 𝐀𝐭𝐡𝐚𝐧𝐚𝐬𝐢𝐚² «𝐏.𝐄»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora