𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

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𝐈𝐧𝐯𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬

𝐈𝐧𝐯𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬

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Athanasia y Andreus estaban sentados en sus respectivos escritorios.

La primera estaba redactando las cartas para su fiesta de té y el segundo estaba revisando unos documentos que se le habían confiado.

Lily y Beatriz los miraban. Desde donde estaban, los futuros soles eran idénticos a sus padres, brillando ante el sol que aparecía desde la enorme ventana, vestidos con colores que anteriormente habían caracterizado a sus madres y haciendo gestos mezclados de ambos.

Ambas mujeres miraban a sus niños, los hijos de las mujeres que habían sido sus mejores amigas;  y se sienten dichosas.

Haberlos criado hasta volverlos los mejores reflejos de los mismos era algo que nadie podría sorprenderse o incluso decirles que estaban haciendo mal, no cuando esos dos niños eran idénticos a sus padres. 

La punta de la pluma rasga suavemente el papel, uno redacta las invitaciones para su fiesta de té, el otro termina un informe importante, estaban tan concentrados que los gestos empleados por ello, hacían a las mujeres aguantar la risa, enterneciendo aun más a Lily York, quien miraba con atención las muecas que hacía Andreus, siendo tan similares a las que el príncipe Anastacius hacía, pero su atención se desvió, cuando la princesa Athanasia habló.

—Hermano— llamó con calma, atrayendo la atención de todos —¿Tengo que invitar a Lady Zenit?

Bueno, aquello sin duda alguna era una muy buena pregunta que ninguno sabía que responder, hasta que el propio Félix lo hizo, quien estaba cerca de ellos, apreciando la belleza de Andreus.

—Si no se siente cómoda con la dama alrededor de usted, no lo haga— sugirió el pelirrojo con calma, mirando a la niña que llevaba cuidando en dos vidas

—Pero, ¿No lo tomara como un insulto? Digo, pensaran que me siento amenazada por ella— comentó Athanasia, para después mirar a los mayores—. ¿En serio es nuestra hermana?

Andreus sentía que podía romper en ese preciso momento la pluma.

—No— negó fuertemente, sus ojos joyas brillaron, parecía molesto, como si supiera algo que las damas ignoraban—. Es una falsificación

—¿Hermano?

Félix, quien había notado el enojo de su príncipe, se apresuro a intervenir.

—Creo que el príncipe se refiere al hecho de que nadie había sabido de la dama, e incluso, cuando lady Judith vivía, fue llevaba a las fronteras dos años antes de que ustedes nacieran, por eso se le considera una falsificación— expresó con calma Félix

𝐄𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐃𝐞 𝐀𝐭𝐡𝐚𝐧𝐚𝐬𝐢𝐚² «𝐏.𝐄»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora