𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐃𝐢𝐞𝐳

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«𝐑𝐨𝐠𝐞𝐫 𝐀𝐥𝐩𝐡𝐞𝐮𝐬»
«𝐇𝐨𝐥𝐚 𝐝𝐮𝐪𝐮𝐞»

«𝐑𝐨𝐠𝐞𝐫 𝐀𝐥𝐩𝐡𝐞𝐮𝐬»«𝐇𝐨𝐥𝐚 𝐝𝐮𝐪𝐮𝐞»

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Roger Alpheus es un hombre ambicioso, siempre había sido así. Desde que tenía memoria, había buscado estar en la cima de todos, incluso encima de la familia imperial (aunque sabía que aquello podría ser imposible), sus plegarías fueron escuchadas cuando su prima Penélope Judith llego a su casa con un enorme vientre y dentro de este, un niño de sangre real. Al principio creyó que su prima estaba loca, pues había pasado por varias camas en cortos lapsos de tiempo, pero su respuesta fue más fácil cuando el niño abrió los ojos y notó el azul enjoyado. Aquel niño era su pase al éxito.

El resguardo en una de las habitaciones más profundas de la mansión, con las mejores comodidades que podría tener, más de una docena de doncellas y caballeros a su servició, pero había algo que estaba mal con esa niña, lo sabía, pero tampoco es que le importara.

Durante esos años le dio todo lo que deseaba, pero se obsesión de darle las cosas comenzaron a parar cuando cumplió tres años, cuando la nueva duquesa llego a la mansión. Roger Alpheus se enamoró de una mujer de baja cuna, quien ocupo el lugar el lugar de la duquesa.

Clarissa Alpheus era una mujer hermosa, de cabellos azules y ojos de un tono más oscuro. Era amable y buena, gustaba de ayudar a las personas (muy diferente a la antigua duquesa) pero lo que más amaba era su hijastro Ijekiel; quien gustaba de estar siempre con ella, muy a diferencia de Zenit quien gustaba de estar rodeada de lujos.

En esos momentos y un largo tiempo pasado, mientras Roger estaba en su despacho, un suave golpe en la puerta les llama la atención.

-¿Roger? - cuestiona una voz dulce y suave - ¿Podemos pasar?

-Adelante - dice el Alpheus

Sus ojos ámbar se topan con su esposa, quien no ingresaba sola, sino en compañía de su heredero Ijekiel, quien sujetaba su mano con fuerza.

- Siento molestarte querido, pero quería saber si puedo llevar a Kiel a ver a mi madre - pidió la hermosa mujer

-¿Fuera de la capital? - interroga Roger

-Sí, madre ha escrito que desea vernos, pero no quiere perturbar la paz aquí en la mansión - expresó Clarissa

Roger podría aceptar, pero un dolor en su corazón hacer que él se detenga, el sueño de la noche anterior esta presente nuevamente en su mente, tan fresco que le da miedo. En aquel sueño, su amada esposa estaba rio abajo del camino hacía el pueblo donde su madre vivía, su cuerpo había adquirido apuñaladas y su ropa estaba rota y llena de sangre, sus ojos sin vida hacen que el recuerdo haga temblar su cuerpo y se pone rápidamente de pie.

-¿Roger? - cuestiona Clarissa - ¿Todo bien?

-Yo... - parpadea Roger - Creo que lo mejor es que tu madre venga

𝐄𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐃𝐞 𝐀𝐭𝐡𝐚𝐧𝐚𝐬𝐢𝐚² «𝐏.𝐄»Where stories live. Discover now