Capítulo 22.

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YEONJUN POV.


5:00 p.m. del viernes, y Yeonjun no podía más con el aburrimiento. En otra circunstancia, estaría practicando con Yeji y el club, pero ahora, había terminado todos sus pendientes, tanto en casa como en la escuela, no había nada que mantuviera su mente ocupada.


Palomitas, helado, chocolates, soda y una manta, ya que no había nada más que hacer, el pelirrosa optó por ahogar sus penas en azúcar y excesos, mientras veía alguna película o serie. La elegida fue El sexto sentido, nunca había sido muy fan del cine de terror, pero en una ocasión Beomgyu le había mencionado que era una de sus  favoritas.


La mitad del bote de helado estaba vacío y gran parte de los chocolates se habían acabado, Yeonjun estaba engarruñado en el sofá, demasiado asustado como para moverse de su esquina, la película mostraba esa escena donde Cole debe levantarse al baño pero está demasiado asustado de encontrarse con la mujer en la cocina. La cinta le transmitía la tensión y el miedo del protagonista, el pelirrosa estaba cada vez más tenso, esperando el desenlace de la escena, cuando un ruido en su propia puerta llamó su atención, la perilla giraba, la mujer en la pantalla giraba su cara volteando a cámara, y el corazón de Yeonjun estaba a punto de estallar. La puerta se abrió y una mujer de cabellos largos y oscuros apareció entré las sombras, haciendo al muchacho gritar mientras se metía debajo de su manta. (¿será la llorona? Pero aquí no hay ríos, ¡yo sabía! Sabía que ver películas de terror era cosa del diablo, ay diosito por favor ayúdame…) Yeonjun temblaba de miedo pero pudo ver a través de la manta, como la figura de la mujer se le acercaba y trataba de retirar la tela de sobre él, Yeonjun volvió a gritar.



— ¡Junnie! – el pelirrosa abrió al fin los ojos.
— ¿ma? – la luz del televisor hizo clara la imagen, la mujer no era nadie más que su madre que, como rara vez, había decidido soltar su cabello.
— ¿Qué rayos estás haciendo, Choi Yeonjun? - La mujer encendió la luz de la sala y levanto las cortinas, dejando al descubierto el desorden de su hijo.
— ¡Ay, mami, que bueno que eres tú! – Yeonjun se levantó a darle un abrazo a su madre.
— ¿Y quién más sería? – el muchacho se quedó callado, avergonzado de responder — ¿qué es todo esto, Junnie? ¿no deberías estar practicando? – Yeonjun estaba demasiado inmerso en la película y el susto, que no se había puesto a pensar que su madre había vuelto a casa muy temprano.
— ¿Por qué volviste tan temprano? ¿pasó algo en el trabajo?
— Aunque te sorprenda, esta es la hora en que debería estar en casa siempre, si no hiciera tanto tiempo extra, volví antes porque el trabajo es más ligero últimamente – el muchacho asentía escuchando a la mujer — ahora tú, Yeonjun, ¿qué estás haciendo aquí?
— No hubo práctica.
— Ajá… ¿y de cuándo acá comes tanta azúcar y ves películas de terror?
— Desde que tú no haces horas extra. – a decir verdad, Yeonjun no estaba seguro de porqué había respondido así, estaba asustado de ser descubierto pero jamás le respondía a su mamá de ese modo, por lo que la mujer se quedó sería un momento.
— Levanta todo este desorden, por favor – la mujer apago el televisor pero antes de que el muchacho pudiera protestar, continuó — el psicólogo está muerto y el niño le ayuda a comprenderlo.
— ¡MAMÁ! – la mujer se echó a reír.



Mientras la mujer se duchaba, Yeonjun limpiaba el desorden que había causado y trataba de planear una estrategia para evadir futuras preguntas de su madre.



— Junnie, ¿podrías venir? – la señora se encontraba en la cocina, preparando té, Yeonjun no pudo evitar un escalofrío al recordar aquella escena que le asustó recién.
— Quiero disculparme, no debí responderte mal, estaba alterado por el susto, perdón ma.
— No quería hablar contigo por eso, según yo quedamos a mano – la mujer volvió a reír al ver la cara de berrinche de su hijo. — hoy no hice tiempo extra, no porque el trabajo fuera más ligero, Junnie, ¿está pasando algo?
— No, ¿Qué podría pasar?
— Hijo, sabes que puedes confiar en mí, no hay nadie en el mundo que se preocupe más por ti que yo. Hace unos días estuviste muy tranquilo pero tenías la nariz increíblemente roja y los ojos hinchados, sé que estuviste llorando, quise esperar a que te acercaras pero, lo que sea que te tenga así, parece que sientes que deberías ocultármelo.
— ¡Oh! Te refieres a eso, nada ma, una tontería, me fue mal en una materia y me frustré un poco…
— Junnie… llamé a tu escuela – el pelirrosa sintió como le caía un balde de agua fría. — estás bien en todas tus clases, excelente en realidad, pero te diste de baja del club, ¿pasó algo? ¿alguien te está molestando, se meten contigo?  - Yeonjun estaba serio no sabía que más decir, y la mujer parecía más preocupada por el motivo de la tristeza de su hijo que por el hecho de que le estuviera intentando mentir.
— Yo… yo no quiero bailar por ahora, creí que era algo que me gustaba, pero tal vez sólo fue una etapa.
— ¿Alguna vez te conté sobre la primera vez que bailaste? Tenías 2 añitos, apenas y te atrevías a caminar apoyado de algún mueble o de las personas, te asustaba soltarte y preferías tirarte al suelo a gatear, nuestros amigos nos decían que debíamos preocuparnos porque eras muy grande para no caminar por tu cuenta, pero yo sabía que sólo estabas tomándote tu tiempo, -  la mujer contaba la historia con la mirada fija en su taza de té, soltando pequeñas sonrisas — un día fuimos a una fiesta de cumpleaños del hijo de un compañero, tenía tu misma edad pero ya caminaba a todas partes solo, y tú sólo lo veías ir de un lado a otro, y te jalabas de mis brazos porque querías seguirlo, te bajé y comenzaste a gatear, pero tu velocidad era muy poca, así que te levantaste, sin apoyarte de nada, diste un paso y luego te caíste, pero antes de que fuera por ti, volviste a levantarte, y con la música de fondo, en lugar de caminar normal ibas dando pequeños brinquitos, parecías un chapulín, y así fuiste avanzando. El baile llegó a tu vida antes que caminar, perdóname si no te creo que ahora simplemente dejó de gustarte. – el muchacho no sabía que más decir, era cierto, nunca hubo ni un solo momento en su vida en que el baile y la música no le gustaran, y mentirle a su madre se sentía terrible.
— Ma… - apenas Yeonjun abrió la boca, se le formó un nudo en la garganta, lo que su madre notó.
— La única manera de deshacerse de ese nudo, es desanudarlo cariño, al principio duele, pero luego se siente bien.

¿No tienes novio? Yo tampoco. [YEONGYU] +sookaiWhere stories live. Discover now