Escamas

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Advertencia: Ligeras menciones de actos sexuales. 

Algunas semanas habían pasado desde que Namor se había ido a cumplir una misión, existía la amenaza que un grupo rebelde de Talokan atacaran a la ciudad. Desde la última vez que (t/n) lo vio, lo había rechazado, ya que no se sentía preparada para tener algo con él, pero fue en los días de su ausencia que sus sentimientos cambiaron. Es por eso que averiguó su ubicación y partió hacia dónde estaba. 

La gran parte de los rebeldes eran considerados no mutantes, ya que el único mutante por el momento era Namor, desde nacimiento sus poderes se vieron presentes. Estos hartos de su liderazgo y tratando de realizar un golpe de estado, decidieron huir de la cuidad y asentarse en una antigua ciudad taloquense abandonada. Además, existía el temor entre las ciudadanas, ya que estaban siendo raptadas por este grupo para fines no agradables.

Namor debía infiltrarse, siendo obligado a tomar una poción que ocultara sus alas, aunque afortunadamente este grupo usaba máscaras para ocultar su identidad. Ya se había ganado la confianza de los líderes, pero no contaba con esa inesperada visita. 

Él estaba molesto y apenas podía pensar claramente. ¿Por qué demonios estaba ahí? 

En ese momento ni siquiera le importaba la misión, quería ponerla a salvo primero. 

Agradeció que nadie era mutante, porque así no escucharían nada de lo que decían. 

- ¡¿Qué demonios crees que haces aquí?! - Él susurró apenas moviendo los labios. (T/N) tembló un poco ante la voz molesta de su dios, él no podía ocultarlo. 

- Q-Quería verte -. ¿Por qué se había arriesgado tanto? - V-Vine a buscarte. 

- ¿Cómo supiste en dónde estaba? - Él tuvo que fingir jalar su cabello para que los demás no sospecharan. Ella al ser raptada por este grupo, debía ser tratada como el resto de las demás. 

- Revisamos la información de Attuma y vi ahí la dirección -. Él seguía sin entenderlo. 

- La última vez dijiste que no querías nada conmigo 

- Estaba asustada, tú me gustas. Por eso vine... 

Eso lo tenía peor, ¿estaba segura de lo que decía? Los no-mutantes no eran tan fuertes como para tomar el control de su mente como él. 

- Lo que digas... - Él la colocó frente a una barrera, que tenía una valla que era lo único que los dividía del resto que los observaba. 

- N-No es mentira... Namor, es cierto 

El dios la empujó contra la valla y tuvo que presionar su cuello, ensuciando su delicado cuerpo. Si estaba soñando y se hacía ilusiones no se lo perdonaría. 

- No eres real, ¿verdad? - Ella asintió bajo el agarre de su mano. 

- Lo soy, quería verte. Necesitaba verte. 

El corazón del dios latía fuerte, estaba más que ansioso, su preciosa reina estaba semidesnuda, frente a tantos de ellos, y estaban babeando por ella. 

- Si no vas a darte prisa, por lo menos déjanos repartirnos un poco de eso -. Uno de ellos se tocó la entrepierna, desde que (t/n) había llegado.  

- Me gané mi turno -. Había dicho uno de los que los dirigían 

- Me importa una mierda - Namor sonrió quitándose la máscara, no podían ver su rostro debido a la falta de luz en esa parte del océano. 

- Sólo comparte un poco cuando termines - Él no iba a compartir una mierda. 

Apenas pudo dirigirse a ella cuando se alejaron, pero no iban a dejar de verlos. Tenían sus ojos en ellos. 

ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ | Namor - RafaWhere stories live. Discover now