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Jungkook no contaba con un carruaje que lo llevara al palacio, entonces se puse su abrigo y salió de su posada en el inmenso invierno que yacía en el pueblo, Jungkook pidió prestado un caballo para que fuera más fácil transportarse y así inicio su camino hacia el palacio.
Eran las 8, el gran baile estaba por iniciar, los violines de la orquesta sonaban por todo el palacio, llegaban los invitados de todas partes del reino unido, varias princesas con vestidos finísimos y pomposos, condes, marqueses, condes, duques y duquesas, todo ellos portando un antifaz que de recuerdo se les había otorgado en el mismo palacio, esta había sido idea del príncipe, solo faltaba que la reina diera la orden para que todo iniciara.
Taehyung estaba arreglando los últimos detalles de su atuendo con ayuda de Jimin cuando la reina Victoria entro a su habitación.
—Mírate, — Le dijo la reina a Taehyung — Eres mi viva imagen.
—No repitas eso de nuevo, porque no lo soy ni jamás seré como tú, jamás obligaría a mi hijo a casarse en contra de su voluntad...
La reina se burló de Taehyung
—Por favor Kim, quiero que estes listo para cuando te llamen y que no se te ocurra escaparte.
—¿Como podría?, no puedo dejar mal a su majestad.
—Excelente entonces.
La reina abandono la habitación.

Todas las princesas estaban esperanzadas de ser la que lograra desposar a Kim y tomar el trono con él, estaban ansiosas de verlo ya que se decía que su belleza era inhumana y que era un ángel caído del cielo.

—¡Buenas noches a mi querida corte real!, es un honor estar aquí esta noche tan divina frente a ustedes sus altezas. — Dijo Jimin llamando la atención de todos en el gran salón. — Con ustedes, su majestad, la reina Victoria de Inglaterra y el príncipe Kim Taehyung segundo. —Dijo sin más señalando las escaleras donde estaban en la cima el joven príncipe y la reina y todos dieron una reverencia para mostrar respeto a sus altezas.
—Es un placer para nosotros que puedan acompañarnos en este el baile real de invierno para mi primogénito Kim Taehyung segundo, mi hijo elegirá a una de ustedes para ser la próxima en tomar el trono con mi querido hijo. ¡Que comience el baile!
Y así el joven Taehyung bajo paso a paso los escalones mientras sentía las miradas de todos en él, eso le encantaba, y mientras lo hacía buscaba con la mirada al Joven Jeon entre la multitud que lo veía con deslumbro.
1, 2, 3 horas ya eran las 11, Taehyung ignoraba a todas las mujeres que se le insinuaban Y que intentaban llevarlo a bailar, porque él ya tenía su destinado.


Hasta que la princesa Lisa apareció frente a él.
—Bonito su baile príncipe Kim. —Dijo la princesa
—Gracias, espero este disfrutándolo del mismo modo que yo. — contesto seco y egocéntrico
—De hecho, si, —La princesa se abanicó y le dio una sonrisa coqueta a Taehyung —esta sonata es encantadora.
Se refería a la orquesta.
—Eh escuchado mejores... — Taehyung se sentía incomodo con ella, pero, al desviar la vista, cruzo miradas con su madre quien lo veía fijamente esperando alguna acción por parte de este. Era sin duda más incomoda la mirada de su madre que la jovencita. — Princesa Lisa, ¿Me permite esta pieza?... — Le sonrió sin ganas.
— ¡Pero claro que me encantaría bailar con usted! —La dama alzo la voz para que todos la escucharan y captar la atención de todos.
Taehyung y Lisa caminaron hasta la pista donde todos se hicieron a un lado para que bailaran pues esto era lo que todos estaban esperando.
Este hizo una reverencia frente a la dama y pidió su mano, ella tomo su vestido azul de los lados y al igual que el hizo una reverencia y le extendió la mano. Todos aplaudieron ante esto
Y entonces se acercaron el uno al otro, Taehyung puso una mano en su espalda y otra en la mano de ella y la princesa puso su mano faltante en su hombro. Comenzaron, un, dos, tres, un, dos, tres, al ritmo del violín bailaban, sin cruzar miradas, se veían simplemente perfectos, el vestido de Lisa se ondeaba cada que Kim la hacía girar y la levantaba se veía preciosa, ella no buscaba el corazón del príncipe, ella quería el trono, su padre quien era el rey de España le iba a ceder el trono a su hermana mayor y ella furiosa quería gobernar a como diera lugar, no le impostaba si tenía que desposar a un duque, un conde, un príncipe con tal de tener presencia en la sociedad lo haría.
Ella era preciosa, un poema, perfecta y todos la adulaban siempre, pero era una tirana con todo aquel que se le cruzara en frente, ella siempre era mejor, siempre, desde que era niña todos le decían que ella estaba aquí para ser más que una princesa, ella jamás se había enamorado pues le parecía una pérdida de tiempo y por ello le fascinaba romperles el corazón a los hombres, era mentirosa, traicionera y egoísta. Y ahora estaba decidida que iría tras del trono de Kim Taehyung segundo de cualquier forma, ella gobernaría Inglaterra.


—No puedo permitirle entrar. Retírese. — Le dijo el guardia a Jungkook.
—¡Pero no comprendo!, aquí está mi invitación! — Jungkook insistía en que porque no lo dejaban pasar. Debía ser una broma viajo desde muy lejos solo para este baile y ahora ni siquiera podrá entrar.
—Tengo ordenado que usted en especial no puede entrar al palacio.
—¡Se lo ruego señor! ¡Permítame entrar! — Lloriqueó Jungkook.
— ¡Ya te dije que no mocoso lárgate! — Se mantuvo firme el guardia
Jungkook dio la vuelta y regreso donde su corcel, piensa, piensa, tenemos que entrar.
Y como si por obra del destino fuera estaba un duque saliendo de la fiesta discutiendo con su esposa con un antifaz y un abrigo rojo grande en manos.
—Maldita sea mujer siempre me pisas los pies! —Le grito el hombre a su esposa mientras estaban a punto de subirse al carruaje que los transportaría y Jungkook rápidamente se acercó a la pareja antes de que se fueran.
—¿Disculpen que los interrumpa, pero podrían prestarme el abrigo y el antifaz? — Dijo Jungkook amablemente como siempre.
—Largo de mi vista imbécil — Que grosero, que mal educado, Jungkook frunció el ceño e hizo una expresión de confusión.
Jungkook entendió que aquí nadie es gentil con nadie y solo dijo.
—Discúlpenme. —Y le arrebató el abrigo, el antifaz y el sombrero de copa rápidamente a los miembros de la corte y salió corriendo a toda velocidad del lugar. Era eso o perderse del evento de su vida.
No, no alcanzaron a Jungkook, y este victorioso se quitó su viejo abrigo para ponerse el que había pedido prestado amablemente a la pareja al igual que el antifaz y el sombrero de copa, regreso al palacio implorando que lo dejen pasar.

Y entonces se dirigió al guardia y le mostro su invitación sin decir nada.
—Nombre.
Jungkook se congelo.
—¿Mi nombre?...
—Si, su nombre señor.
—Yo.. soy…—Jungkook se puso muy nervioso, ¿Ahora que diría? No conocía a nadie para hacerse pasar por el. Fin. No entraría ya no podía.
—Señor Shunli! Reconocería esos ojos rasgados dónde fuera! —Benditos los padres de Jungkook que le heredaron los ojos asiáticos a Jungkook.—Pase! pase!


Y entonces, Jungkook entró al palacio y se quitó el sombrero de copa chistoso, y quedó atónito al ver los cuadros, los detalles dorados en las paredes, el olor a vela de canela y manzana, se sentía cálido y las fechas navideñas.
Y después alcanzó a divisar a Taehyung, quién bailaba con la princesa Lisa.
Pero todos dejaron de ponerle atención al baile cuando entró al salón Jungkook pues vaya que la presencia de este era muy fuerte y brillante.
Taehyung puso su vista a la puerta del salón mientras aún bailaba con Lisa y sintió como sus miradas se cruzaron y con ello sabía que ese hombre era su destinado. Sus miradas brillaron.

“Si vino...”.“Jungkook, me vas a matar de un ataque al corazón de lo precioso que luces está velada.”





ᴡɪɴᴛᴇʀ ʟᴏᴠᴇ; (Editando)Where stories live. Discover now