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La herida parece dejar de sangrar después de intensos intentos de limpiar y desinfectar. Agarra un par de vendas y empieza a cubrir con cuidado, sonriendo satisfecho con el resultado.

No era perfecto, pero si lo suficiente para evitar que está pueda empeorar.

El hombre mira serio y atento cuando el rubio comienza a guardar las cosas con las que lo curó, analizando el rostro que se miraba satisfecho y contento.

Extraño.

El niño se veía tranquilo estando ahí, prácticamente en medio de la nada, con un hombre que apenas conocía y era responsable de la muerte de dos adolescentes, según lo que el rubio sabía.

- Entonces... ¿Como te llamas?

El peliverde inclinó un poco su cabeza al oír aquella pregunta, alzando su ceja mientras veía dubitativo al rubio.

- Nombre... No tengo...

- Oh. - Con su labio hizo un puchero y vio sus dedos, jugando con ellos confundido y nervioso.

- Madre... Madre no me dio uno - carraspea. - Soy solo un... inútil.

- ¿Inútil? Bueno... Es raro... No tienes nombre, por ende no deberías tener documentos de identidad...

- No, solo se matar y escapar... Madre dijo que solo soy un idiota inservible...- desvía la mirada.

- ¿Idiota inservible? Eso no es algo que le dirías a tu propio hijo... ¿Que hay de tu padre?

- ¿Padre? Padre... Padre... No se.

Katsuki asiente despacio, mordiendo la uña de su pulgar, ansioso al no entender del todo la situación del hombre. Solo sabe que no tiene nombre, es un asesino, no conoce a su padre y le cuesta un poco hablar.

- Entonces que tal si yo te doy un nombre. ¿Te parece bien? - sonríe a medias, evitando el contacto visual temeroso por la respuesta que le den.

- Ah... ¿De verdad? - sonríe.

- Si, veamos... Yato... Yami... ¿Yamikumo?

El pecoso niega despacio, dando a entender que no le gusta aquel nombre, por lo que Katsuki muerde su mejilla Interna y piensa en otro.

- Entonces... - mira fijamente el cabello del pecoso - Izu...ku... Izuku.

De nuevo, el pecoso se queda viendo el suelo pensativo, sonríe a medias y asiente contento. Le gusta como suena, se escucha mejor que el otro.

- Bien, gusto en conocerte - le extiende la mano. - Mi nombre es Katsuki, ¿cómo te llamas?

El pecoso ve la mano y luego los ojos del rubio, inclina su cabeza y segundos después parece entender. Katsuki trata de ocultar su diversión ante aquella peculiar reacción, como si al pecoso le hubiera costado entender su repentina acción.

- Oh, soy Iz... Izuku, gusto en conocerte Katsuki.

Con cuidado estrecha la mano del rubio, el cual se queda viendo fijamente la mano áspera y llena de cicatrices, la cual es un poco más grande que la suya.

- Me gusta... - dice, sacando de su ensoñación al rubio. - Me gusta mi nombre.

Katsuki no responde, solo se queda viendo aquella sonrisa y ojos verdosos opacos, sufriendo de un leve temblor al sentir el pulgar del pecoso acariciar su piel.

La textura es áspera, pero el toque es suave, demasiado delicado para alguien con ese aspecto.

- Me alegro...

Quiero que sean felices

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Quiero que sean felices.

Xhau

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