《Capitulo 3》La fiesta parte dos

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-¿A caso lo has hecho antes?. -La mire enfadada y ella reboloteo los ojos.

-Tranquila, no va a pasar nada... ufff si es que eres peor que mi mamá. -Le pege en el hombro derecho.

-Enserio... no quiero morir, soy muy joven... -Le puse cara de perrito arroyado.

-Que si sé, mira. -Me mostró un carnet de conducir. - Además, no podemos pedir ni taxis ni ubers, si no les avisaran a nuestros fans y se hará un alboroto... y nuestro chófer... no nos dejará... le prohíben llevarnos a lugares que no le ha asignado la empresa... lo pone en su contrato de trabajo.

-Joder... -Me miró muy ilusionada esperando mi aceptación a dicha propuesta.

-Vamos dejame... prometo no chocar... pinky promice.

-Esta bien... - Mire el techo del coche y pronuncie. -Padre nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. y perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal.

-Pero cállate, que tu ni religiosa eres, es más ¿lo has buscado en Google, verdad?. - Me lanzó una mirada asesina.

- Si lo he buscado en Google. -Hize una pausa, para luego mirarla directamente a los ojos. -Vamos, arranca antes de que me arrepienta.

Cogió el volante y arrancó, iba demasiado rápido, eso me aterraba muchísimo, lo juro, al llegar al sitio me caí en la acera. Vane, me ayudo a levantarme y me preguntó como estaba.
Yo conteste que bien, pero estaba muy mareada.

Estábamos disfrutando la fiesta, bebimos y vallamos con un montón de chicos, simplemente disfrutábamos de nuestra juventud, cosa que desde que cumplimos los 20 no habíamos a hacer.
Sonaron varias canciones conocidas, Vane comenzó a nifarce droga que un chico acomodaba con una tarjeta, yo la observaba, yo jamás me atrevería a hacer algo así, siempre he pensado que las drogas y el alcohol eran una malo ingerirlos juntos... no digo que separados sean buenos... si no, que si vas a machacarte con uno... lo mejor es no tocar al otro.

Veía a Vane actuar demasiado extraño y me acerque a ella para comentarle lo siguiente. -Te propongo... que.. nos vayamos a Nebraska. -Ella sonreía locamente mientras negaba exageradamente.

-Mírame, no puedo conducir así. -Cogí mi teléfono, lo desbloque con mi huella y le pedí a siri que llamara a un uber.

-Tu tranquila, ven coge botellas... para el camino. -Ella cogió una, pero la miraba extrañada. -Esto es whisky, ufff... este me hace muy mala resaca.

-Tranquila Vane, que estamos disfrazadas por halloween, nadie nos recomo... recolmo... -Era incapaz de terminar dicha palabra. -Recono... cera- Me escuche decir a regaña dientes.

Unos minutos después un uber nos recogió y nos llevó hasta un mini aeropuerto ilegal, en el que unos colegas de Vane nos llevaron hasta Nebraska, en su tren bala subterráneo, en ves de tardar 2 horas y 15 minutos, terminamos tardando solo una hora, bueno, eso creemos, por que no estábamos muy cuerdas en el trayecto.

-Vamos al Bar de Theo... tiene buena pinta... - cojo de la mano a Vane, y la obligo a entrar allí.
El establecimiento olía a tabaco y alcohol.
La música asomaba fuerte, pero no nos hacia un mal efecto.
Bailamos todas las canciones juntas, hasta que un chico que parecía ser mexicano, se llevó a Vane a tomarse unos chupitos, yo me quede un tanto sola, pero no por mucho tiempo, ya que decidí unirme a un grupo de chicas adolecentes a bailar.
Tengo que decir que extrañaba esa energía, esa energía... que poco a poco me fue desapareciendo del cuerpo... algo que sin duda amaría recuperar.
Haber no soy una anciana pero hay diferencia entre la energía de una chica de aproximadamente 15 años y de otra de 24 años.
Estaba todo normal, yo bebía, bailaba y disfrutaba de la música, coquete con algunos chicos... pero nada, yo no quería nada con ellos..., vi a un chico alejado y decidí acercarme a él, comenzamos a hablar e intercambiar miradas, fue entonces empezamos a bailar y tomar tequila hasta hartarnos. Él empezó a presionarme para que tome algo que el tenía en las manos... con el tiempo empeze a sentir extraña mi bebida, como si le hubieran agregado algo.

De repente yo me encontraba fatal, me mareaba y poco a, poco iba perdiendo la vista, lo último que recuerdo ver es a un chico golpeando a mi acompañante y llevándome a fuera del bar.
Unos minutos después yo me encontraba en el asiento trasero de un coche que me resultaba familiar, no estaba seguro de quien era, no quería dormirme, pero no aguantaba más... necesitaba despertarme, no sabía nada de Vane, ni tampoco a donde me quería llevar este muchacho.
A las horas me encuentro acostada en una cama ajena.
Decido mirar detenidamente la habitación, mi móvil estaba cargando en la mesita de luz, luego me dedique a buscar un punto ciego, por el cual pudiera escaparme.
De repente un extraño abre la puerta, rápidamente agaro una botella que había en una vidriera en dicha habitación y se la estampó en la cara al extraño.
El cae al suelo inconsciente, antes de escapar le tomó una foto pata mostrarla en comisaría. -No me... jodas. -Aquel desconocido... era Duncan... el chico que conocí aquí, aquel buen hombre que me enseño Nebraska... no lo podía creer, no podía creer que un hombre que pareciera tan majo... me hiciera algo.

Por consiguiente, tome una decisión un tanto bastante cuestionable, me quede en esa habitación... me quede esperando a que se levantara, por alguna razón mi cerebro no era capaz de asimilar que aquel hombre podría levantarse y violarme o incluso matarme, en mi interior creía que aquel hombre tendría alguna explicación para lo sucedido.

Me bañe en su baño, y fui en toalla por la casa, de su habitación cogí una camiseta y unos pantalones de un pijama, me sentaba grande, entonces con una coleta ate en la zona izquierda del pantalón para que no se me caiga. Me hice un café y cogí unas galletitas maría que había en una repisa junto al café, luego subí a Duncan a la cama y me quede esperando que despierte...

-Ay que dolor... ¿ qué me ha pasado ? . - Él se dedico a pasarse una mano por la cara y beber de un baso de agua que se encontraba en la mesita de luz.

-La que hace las preguntas soy yo. - Él asintió y me miro fijamente a los ojos.

-Salí de fiesta... y bueno te he visto allí a ti y a tu compañera. - Se tomo una pausa para mirar la ventana.

- Un chico te estaba intentando forzar para que te drogues... bueno y yo me encargue de llamar a la policía... y como te conocía... te traje a mi casa, a ti y a tu amiga, te acoste aqui y a tu amiga la deje en la habitación de mi amigo Sam. Pero tranquila no les hemos hecho nada, Sam y yo nos fuimos a dormir a los sofás del living.

- ¿Cómo se si es verdad?.- Pregunte rápidamente

- No lo sé... bueno si te sirve, tenemos cámaras que grabaron cuando te traje. - Me miro con una mirada triste y dijo.- Yo jamás le haría daño a una mujer, eso es lo que diferencia a un hombre de una escoria. un hombre de verdad jamás dañaría a una mujer... en cambio una escoria... una escoria perjuducaria a una mujer de unas maneras inimaginables para un hombre.

- Muestramelas... porfavor.- Nos dirigimos hacia el ático, nos acercamos a un escritorio con varios ordenadores, Duncan se sentó en la silla y cambio el video que estaba por los de anoche.

- No paso nada. -Anuncie, me miro contento al notar que yo le pasaba una mano por el hombro izquierdo.

Ambos nos dirigimos a la sala a mirar unas películas mientras que esperabamos que Vane se levantara, le deje elegir la película, mientras que el elegía yo llamaba a nuestra representante para convencerla de que nos deje quedarnos un poco en Nebraska.






Lo que pasa en Nebraska se queda en Alaska (Pausada)Where stories live. Discover now