Crisantemo Rojo

24

Esa mañana, con lo que despertó Baekhyun, no fue con el suave y dulce aroma de su té recién preparado, el sonido de la risa de su pequeño viéndolo dormir o la voz de LuHan diciendo que era tarde, nada de eso, porque fue algo estrepitoso, algo que no esperaba, nadie en realidad lo hacía, porque cuando despertó, notó que aún no amanecía y lo que lo había despertado, era el grito proveniente desde el jardín, por parte de WeJin.

Baekhyun sabía salido corriendo de su cama para poder ver que era lo que pasaba, mientras corría por los pasillos de la casa acomodando su ropa por sus brazos, siendo seguido por un somnoliento LuHan, que apenas podía seguirle el paso, pero era cada vez más notable el sonido del llanto desesperado de WeJin, por un momento, había sentido pánico, ¿es que le había pasado algo a Chanyeol? Pero cuando paso por su habitación, la puerta de ahí estaba abierta por completo y él no estaba ahí, eso le dio muchas más fuerzas para correr a Baekhyun hasta el patio principal de la casa, donde por fin vio a Chanyeol y un suspiro de alivio salió de sus labios, pero solo había sido un alivio momentáneo, porque pronto vio a WeJin golpear su pecho mientras negaba con la cabeza una y otra vez, todo eso mientras Chanyeol estaba tratando de ponerlo de pie y unos hombres que nunca antes había visto, llevaban consigo el sombrero tejido que usaba su suegro para que no lo golpeará el sol.

"Oh por todos los cielos" murmuró LuHan detrás de él y creía que era todo lo que podían decir en esos momentos, porque terminaron notando como WeJin seguía negándose y lloraba con mucha más fuerza, ante todos los ojos de los criados y demás personas de la casa, Chanyeol parecía hacer todo lo que estaba en su poder para hacerlo entrar en razón, pero no había manera, aunque después todo habría tenido sentido.

Su suegro había muerto y aun no podía creerlo, porque uno nunca imagina o anda pensando en cómo van a morir las personas que te rodean y Baekhyun estaba sorprendido por eso, irónicamente en contra de todo lo que pudieran pensar de él, no estaba feliz, pensó que lo estaría, pero solo podía pensar en lo irónica que era la vida, porque había sido una muerte cruel y vergonzosa, porque pronto todo el pueblo sabía que había cruzado tan peligrosos caminos para conseguir plantas para cumplir con su deseo carnal y era aún más vergonzoso porque se rumoreo que era para su amante, más no para su esposo y WeJin parecía no poder procesar nada de eso parecía fuera de sí, desconcertado, incluso cuando le hablaban no respondía, solo se había quedado de rodillas mientras estaba frente a un cuadro de su esposo, con todo el incienso, escuchando los cantos y de la nada, se rompía a llorar, podía durar horas enteras en eso o sin moverse en lo absoluto, Baekhyun por eso estaba tan impresionado por su fuerza, sentía un poco de lastima por él, pero sus palabras de aliento eran completamente falsas y prefería reservarlas, en realidad, no sentía pena por la muerte de ese hombre pero tampoco estaba alegre, solo indiferente, quizás porque no podía creerlo.

Morir a manos de desconocidos por un robo fallido, debía ser un destino cruel, pero justo, quería convencerse de eso, sin embargo, aun cuando ese hombre había sido cruel, asqueroso, injusto y demás, había personas que le lloraban y una de ellas era Chanyeol, que parecía tampoco poder creerlo, porque se había quedado horas mirando el retrato de su padre y Baekhyun solo suspiraba cada que entraba otro conocido de la familia, y como era un esposo, debía quedarse a recibirlos, junto a Jinwoo y Yoori, pero era evidente que todo eso era una excusa para poder coquetear con él, que dejaba que le hicieran una reverencia, mientras le decían lo felices que estaban de verlo con tan buena salud y demás, completamente asqueado, apenas estaban interesados en el dolor de WeJin o en el de su hijo, todos lo miraban de reojo y Baekhyun por eso no podía dejar de pensar en que la vida era bastante irónica, quizás por él único por el que no se había reído a carcajadas de todo eso, era por Chanyeol, que creía que era la primera vez en su vida que lo veía triste y solo por eso no podía reírse, aunque creía que si, después de todo, era imposible no pensar que eso era lo más gracioso del mundo, cunado en la cocina, SeHun hizo un brindis en honor a eso.