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DoHyun apenas y había podido esquivar lo que su madre le había arrojado, mientras se quedaba de rodillas frente a ella, que estaba vuelta una completa furia, estaba volviéndose completamente loca después de que había escuchado que había fallado completamente y que SonRe había sobrevivido, el plan era sencillo como habían acordado, pero pronto había sido algo como eso y ella en verdad había enloquecido, estaba arrojando todas las cosas con mucha fuerza, sin respeto alguno, incluso termino arrancando el papel tapiz de una pared y al final cuando estaba demasiado agitada, por fin se detuvo.

-¿Cómo has podido fallar en algo tan simple como eso?- preguntó ella, mirándolo por encima de su hombro, mientras DoHyun no decía nada, se mantenía con la cabeza hacía bajo, junto con su mirada, con sus gafas cayendo por el puente de su nariz mientras sus manos estaban encima de sus piernas, apretándose con fuerza entre sus ropas, porque su madre pronto, terminó arrojándole algo más, está vez, uno de sus vasos de porcelana, que le golpeó la cabeza en presencia de todos los criados de su casa y entonces, DoHyun apenas sintió un hilillo de sangre escurrirse por su rostro, por su frente. –Eres un estúpido.- le dijo y DoHyun solo tragó saliva, porque sabía que ella decía eso porque estaba molesta, siempre era así de todos modos, ella lo veía como si su fuera su salida a una mejor posición, pero DoHyun solo limpio la sangre de su rostro con la manga de su hanbok, provocando que se terminara esparciendo todavía más, suspirando un poco al final.

Todo eso era por la obsesión de su madre al querer estar más cerca del emperador, pero DoHyun, se había prometido, que apenas se convirtiera en emperador, si es que tenía oportunidad lo primero que haría, sería asesinar a su madre, por haber hecho de toda su existencia, toda una pesadilla, desde que era pequeño, no dejando de decirle que debería ser rey, que debería derrocar a cualquiera que le estorbará y DoHyun quería reírse cuando su madre le decía que era su culpa, cuando ella era la que tenía la idea de los planes que nunca funcionaban, una completa pesadilla, sin lugar a duda, así que esperaba que ella desistiera, pero incluso lo había terminado haciendo odiar demasiado a SonRe, con quién jugaba cuando era más joven, cuando su corazón no estaba lleno del odio más puro y por eso estaba mirando tan mal a su madre mientras ella solo suspiraba de una manera exagerada, desesperada y solo había podido mirarla con pena porque ella estaba demente, sin lugar a dudas, peor DoHyun solo limpió más la sangre que escurría, de mal modo, todo mientras su madre se dejaba caer en su cama, terminando con su locura completa y DoHyun solo había bufado por eso, con tan mala suerte que había sido escuchado por ella.

-¿Crees que esto es una broma? ¿Es un juego para ti? Lo has arruinado todo.- le dijo su madre, sonriendo un poco al final, mientras DoHyun apenas parecía asustado, cada vez que lo golpeaba o lo retaba, volvía a pensar que daba lo mismo que pasará con él, odiaba esa casa, odiaba a su madre, odiaba a su padre, pensaba que no habría nada mejor que morir con la oportunidad en la mano, pero ella solo se reía cada que DoHyun parecía del todo indiferente. –Es por eso que nunca podrás ser emperador, nunca serás nada.-

-En realidad, no hay anda que me importe menos.- dijo DoHyun, siendo ahora quién estaba sonriendo, ante la mirada incrédula de su madre, suspirando después de un rato y negando con la cabeza. –A decir verdad, no podría ser menos importante para mí, creo que es mejor que yo nunca gobierne estás tierras, porque de verdad he ansiado ver mis manos llenas de sangre y apenas tuviera el poder de todo, haría de esto mi espectáculo personal, la sangre correría por todas las calles, pero empezaría por el palacio.- DoHyun sonrió un poco de lado, provocando que su madre frunciera las cejas, mirándolo sin poder creérselo. –Sí, eso estaría bien, creo que después de ver tanta sangre, me sentiría satisfecho.-

-Maldito enfermo.- dijo su madre de mal modo, entre dientes, mientras miraba a su hijo, con él que en realidad nunca había podido empatizar, porque ese chico era sumamente atractivo, con un rostro afilado, liso, perfecto, con un perfil que era envidiable, era de muy buen ver, pero a decir verdad, era un poco complicado entenderlo. Ella no quería casarse con el emperador, porque ella era muy joven, muy hermosa, par a un hombre que era tan mayor y no era precisamente tu tipo, pero no había tenido opción, realmente no la había tenido y cuando todo eso paso, ella simplemente quedo encinta de un hijo del emperador, había sido un escándalo, se la pasaba haciendo un desastre en el castillo pero nadie la entendía, creían que solo era cosa de su embarazo, que en realidad no estaba loca, pero en realidad si, había enloquecido y al dar a luz a un hijo, pensó que al menos tendría una mejor vida, pero no era así, todo eso se había terminado, seguían pasando de ella cuando nació el primer nieto de la primera esposa, que no había dado ni su primer suspirado cuando termino siendo llamado príncipe heredero.

Crisantemo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora