episodio dos.

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Juan tomó en sus brazos al pequeño bebé que lloraba, mientras que Spreen tomó a la pequeña.

- sh sh sh tranquilo, no pasa nada! - intentaba calmar al bebé mientras lo mece, poco a poco su llanto se fue calmando.

- Mierda... - Quién coño abandonaría a dos bebés en la nada y los dejaría a su suerte? Les pudo haber pasado cualquier cosa - Miró al contrario esperando su respuesta, no esperaba encontrarse con Spreen sonriendo dulcemente a la pequeña y dejando que esta jugara con su cabello y orejas. No pudo evitar sonreír ante aquella imagen.

Desvió la mirada al darse cuenta de que estaba mirándo al oso de forma embobada, carraspeó levemente antes de volver a hablar.

- bien, pues ahora si que hay que encontrar el camino de vuelta - dijo mientras seguía meciendo al pequeño de cabello celeste - está oscureciendo y quien sabe cuanto llevan acá, deben tener frío y hambre -
Spreen asintió. Tomó a la nena de forma en que su cabecita quedó apoyada en su hombro y empezó a caminar seguido de Juan, quien seguía sorprendido por la manera tan dulce de actuar del oso.

Encontraron el camino luego de aproximádamente 20 minutos. Se encontraban yendo hacia portales cuando Juan se decidió por hablar.

- hey spreen - el mencionado se detuvo y lo miró.
- No quieres quedarte en el santuario por esta noche? Digo- quizás es más cómodo para ellos, tengo chimenea, comida.. y no quiero hacerme cargo de ellos yo solo - dijo nerviosamente.

Las orejas del oso se levantaron levemente al escuchar aquella propuesta. Se quedó mirándolo por unos segundos hasta que asintió.

- dale, me parece bien - dijo mientras mecía en sus brazos a la pequeña, quien ya se encontraba dormida.

- Perfecto, ya por la mañana vemos que hacemos -

Y tomaron rumbo al santuario, sin tener idea de lo que les esperaba.

¿padres?Where stories live. Discover now