¿padres?

episodio ocho.

- gato! miauu -
- toda la razón tenés, es un gato - dijo Spreen sonriendo a la pequeña niña que se encontraba contenta jugando con Pelusa en el suelo de la primera planta del santuario, mientras que Ollie estaba a su lado dibujando.

- les traje galletitas! - bajó de pronto el hechicero con una bandeja de galletas en sus manos.

- papa! - los bebés se emocionaron al ver a Juan y más aún al ver que les traía galletas, levantando sus bracitos para que les pasara una.

Juan se acercó y se sentó en el suelo junto a ellos, dejando la bandeja al lado. Luego tomó dos galletas y se las pasó a Elisa y a Ollie, quiénes las agarraron y empezaron a comerlas emocionados.

- Quería hablarte de algo - dijo de pronto Juan, volteando a mirar al oso
- Claro, decime - volteó a mirarlo también
Juan suspiró levemente antes de hablar. Parecía nervioso, y Spreen lo notó.

- ok.. pasa que estaba pensando en que quizá viene siendo hora de que... bueno... t-te vengas a vivir acá...oficialmente. - solo si quieres claro! si no no pasa nada tampoco, no creas que te quiero obligar ni nada... o sea, solo lo propongo porque, bueno, pasas mucho tiempo acá y puede ser más cómodo para ti.. pelusa parece estar bien acá, hasta se hizo amiga del puerco... y, creo que... podríamos estar bien aquí. Me refiero a... tu y yo, elisa y ollie... Quizá podríamos empezar una vida y... - tomó aíre antes de seguir - Mi punto es que que estoy feliz.. creo que hace mucho que no me sentía tan feliz. Me siento feliz con ustedes, siento que en verdad son lo mejor que me pasó... y p-podríamos ser felices juntos -

Spreen se quedó mirándolo fijamente por un momento, sin decirle ninguna palabra.

Juan se puso nervioso ante esa mirada, ¿y si a pesar de todo Spreen no sentía lo mismo que él? De pronto sintió ganas de llorar.

- s-si no quieres no pasa nada - bajó la mirada. - Quizá malinterpreté las cosas y...- No pudo terminar de hablar, fue interrumpido por los labios del menor sobre los suyos.

- obvio que acepto pelotudo - le dijo al separarse.
- en serio? - lo miró el mayor con sorpresa.
- como no iba a aceptar? Si me siento igual que vos - carraspeó - no sé como mierda hiciste, pero.. - volteó a ver a los bebés que estaban balbuceabando palabras entre ellos y sonrió levemente - lograste hacer que volviera a sentir lo que es la felicidad, tú y esos nenes... cosa que nadie había logrado -

Juan volvió a sentir ganas de llorar, pero ahora de pura emoción y felicidad.

- AWW! - gritó con voz aguda mientras se lanzaba a abrazar al oso, rodeando su cuello con sus brazos y dejando besitos por toda su cara.

- Que hacés loco! Salí! - se quejó Spreen tratando de liberarse del repentino ataque de cariño del hechicero, aunque muy en el fondo, le gustaba.

Los bebés gatearon hacia los mayores y levantaron sus bracitos, queriendo ser incluídos en el abrazo.

Ambos mayores sonrieron, sintiéndose más que felices con su nueva vida juntos.