✨ Capítulo 9✨

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Dormir es una necesidad básica que nos ayuda a relajarnos, tener un momento de paz y simplemente descansar de todo el estrés, ruido y preocupación de la vida, tendría que haber una regla donde sea prohibido despertarte en tu día de descanso.

Si tan solo mis sueños se hicieran realidad...

Abri un solo ojo para asegurarme que los golpes que se escuchaban era en mi puerta, tres segundos después un par de golpes hizo que suspira y me sentará en mi cama, mire a mi alrededor, parpadeando lentamente para que mis ojos se acostumbraran a la luz, al igual que intentaban buscar una prenda del suelo para salir y quitarme el vestido de una vez por todas.

Una vez que me cambie más rápido de lo normal, con unos shorts y una sudadera que estaba colocada al revés, corrí hacia la puerta.

-Más vale que sea algo importante porque...

Mi aguda queja se detuvo al notar a mi jefe al otro lado de la puerta, recargado en el marco de está, tarde unos segundos en intentar comprender que sucedía, mi vista lo recorrió casi en automático cuando note que está de una forma casi "informal". Vestía unos pantalones rectos, tipo vestir color negro, los cuales acompañaba con unos mocasines, una camisa de mangas largas color beige y el toque "informal" era el echo de que los primeros dos botones estaban abiertos, su cabello que siempre estaba peinado con gel hacia atrás, ahora estaba un poco revuelto, dándole un toque más juvenil.

- Le traje sus pertenencias, supongo que es importante para usted - extendió la bolsa de papel

-Pense que me reuniría con Daniel después - recordé tomando la bolsa

-Hace una hora tuvo que verse con el, son las dos de la tarde Holt - Señaló

Mis ojos se abrieron de par en par, busque mi celular y lo tome, confirmando que era tarde.

-No pudo esperarla más, así que me llamo para pedirme el favor- se cruzó de brazos, haciendo que la camisa se le entallara

-Me quedé dormida y perdí la noción del tiempo - Mire hacia el suelo

-Se nota, así que me debe un favor - señalo

Solté el aire de mis pulmones en un suspiro cansado, este hombre no se le olvidaba nada, no podía pasar por alto un favor que yo no pedí, pero de todas formas era domingo, así que estábamos fuera del horario laboral, era como un favor de amigos. No podía pedir más de lo que yo podía dar ¿Cierto?

-Invitame a comer- Soltó, haciendo que levantará mi cabeza para verlo a los ojos - Claro, eso sí ya dejaste de divagar - se burló colocando sus manos en los bolsillos de sus pantalones caminado hacia dentro de mi apartamento, pasando justo a mi lado pero sin tocarme.

-Entonces, ¿cocinaras para mí? O pediremos a domicilio - giro su cabeza para verme

-¿Qué? ¿Justo ahora?- mi vista se ubico en su rostro

-No eh comido y viendo tu facha es fácil suponer que tú tampoco - camino hasta el salón - no me gusta tu alfombra -

Mis dedos presionaron levemente el puente de mi nariz, para después cerrar la puerta, tenía que idear un plan para sacarlo de mi casa.

-Lamento esto señor pero- mire hacia la cocina - no tengo nada en la nevera que ofrecerle y realmente no me agrada la comida a domicilio - comenté

No era mentira totalmente, en mi nevera solo tenía leche, jamón, un plátano y alguna otra cosa caducada seguramente.

-Oh bueno, eso no importa, iremos al súper - declaro dejando de ver por la ventana que daba hacia la avenida - no tienes cortinas

-Que observador - ironice - señor enserio, no es que quiera ser grosera pero no soy buena en la cocina - declare

El Mandon De Mi Jefe (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora