veintinueve

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Jennie's pov:

—Ve por tus cereales y vuelve rápido. —dije observando a Leo. El pequeño corrió en dirección a aquél pasillo mientras yo seguía observando las lechugas.

—No te recomiendo comprarlas. Muchas veces no duran absolutamente nada en la nevera. —dijo Taeyeon parándose a mi lado.

Me giré levemente y la observé con una expresión seria. ¿Cómo le digo que la odio sin decírselo? Sé que no debería pero... ¡El ser humano es egoísta!

—¿Hola? —dije extrañada.— Lo tendré en cuenta.

Taeyeon asintió tomando un poco de fruta de un costado. Me debatí mentalmente en si debía hacer ésto o no, pero finalmente... No pierdo nada.

—¿La quieres? —pregunté y ella negó.

—No compro lechuga aquí. —insistió.— Voy a otra tienda, puedo darte la dirección y...

—No, Taeyeon. —dije rápidamente.— A Lisa. ¿La quieres?

Ella me observó en silencio y giró la cabeza levemente.

—No entiendo a que viene ésto...

—Quiero saber si la quieres en serio. —dije rápidamente.— Porque Lisa... Merece que la quieran de verdad.

—¿No te ha dicho? —preguntó y negué.

—No sé de que hablas.

—Ella y yo dejamos de vernos hace dos semanas. —murmuró Taeyeon.— Ella... No debería ser yo quien te diga ésto, pero ella me dijo que no puede estar conmigo, porque la confundes.

Abrí mi boca levemente y mordí mi labio inferior de inmediato intentando adivinar si hablaba en serio.

—Creí que iban en serio, ella dijo que le gustas.

—Oh, sí, me lo dijo también, antes de decirme que no podía estar conmigo... —suspiró observando sus manos.— ¿Sabes algo? Es una gran chica, no le hagas más daño... Yo vi lo mal que la ha pasado y tú sólo la lastimas más, si la quieres entonces... Ve y dile.

La observé en silencio y escuché a mi pequeño llegar a enseñarme sus cereales.

—¡Éstos, mami! ¡Hola, maestra! —saludó emocionado mi pequeño.

Taeyeon se agachó para abrazarlo.

—Hola, cariño. ¿Qué tal? —preguntó y él le sonrió como todo un coqueto.

[•••]

—¿Por qué le sonríes así a tu maestra, pequeño? —pregunté sonriente.

Leo iba aferrado a mi mano y comiendo un helado.

—Oh, porque es linda. —susurró.— Y me gusta que me abrace.

—Leo es una señora. —gruñí.

—Y tú también. —gruñó él.— ¡Sólo es linda mami. No seas celosa!

Se cruzó de brazos y solté una risita. Besé su mejilla y lo subí rápidamente al auto. Mi móvil comenzó a sonar y noté que era una llamada de Jongin.

—Ay no, un anuncio. —dijo Leo colgando la llamada.

—Leo. —llamé su atención.— ¿Por qué le colgaste? —gruñí.

—No hice nada, mami. Quiero ver paw patrol.

Tomó mi móvil y se sentó en su silla comenzando a ver caricaturas. Giré mis ojos y ajusté su cinturón.

[•••]

—¡Skate! —gritó mi pequeño corriendo a tomar en brazos a su patito.— Hola, pequeño.

Solté una risita ante su apodo paternal.

—Mami saluda a tu nieto. —dijo elevándolo. Abrí ampliamente mis ojos y sonreí.

—Hola, Skate. —dije y seguí mi camino a la cocina.

—¡Bésalo, mami! Mis abuelos me besan siempre. —gruñó.— No seas mala abuela, anda.

Me acerqué a besar al pequeño pato y Leo lo subió sobre su hombro caminando lejos de mí.

Ordené las cosas en la nevera y también guardé sus cereales en la despensa. Caminé hasta el salón y vi a Leo recostado sobre Jake con Skate sobre su cabeza.

—¿Cómo están mis tres chicos favoritos? —pregunté y vi como Leo se quitaba el chupete que de vez en cuando usaba y se lo daba a Jake.— No vuelvas a meterte eso a la boca. —dije rápidamente.

Leo asintió cerrando sus ojos lentamente. Sonreí y lo dejé dormir con sus mascotas, siempre que salimos a algún sitio la siesta es primordial.

Tomé mi móvil y decidí llamar a Jongin, contestó en el tercer pitido, salí al jardín y escuché su voz algo ronca.

—¿Hola? ¿Jennie? —preguntó.

—Hey... ¿Cómo estás? Tenía una llamada perdida, ¿sucede algo?

Lo oí suspirar.

—Sí, debo hablar contigo... No sé si sea lo correcto hacerlo por llamada o esperar. Es sobre nuestro matrimonio.

—¿Pasó algo? —pregunté sintiendo nerviosismo.

—Sí... Pasó algo, y creo que... Es mejor decírtelo.

—¿Qué? Habla rápido, me asustas.

—Creo que he confundido las cosas con Kyung-soo y... Lo he besado, yo... Lo siento, no quería pero... Venía negándome a ésto hace... Más de dos meses y por alguna razón mis problemas... Desaparecieron, ya sabes a que me refiero...

Me quedé muda de inmediato. No sabía como reaccionar, no sabía si sentirme bien o mal, me sentía culpable porque... No noté que a mi prometido ya no lo excitaba, me sentía fatal por ello, pero a la vez sentía alivio de no tener que buscar una excusa para dejarnos.

—¿No dirás nada?

—Entiendo. No es tu culpa... Creo que... Está bien, si te hace feliz... Es lo que importa.

Jongin dejó ir todo el aire que llevaba acumulando mientras esperaba mi respuesta.

—¿No estás molesta? Jennie, yo.. Te juro que te amo, pero...

—No de esa forma. —dije rápidamente.

—Exacto...

—Me siento igual. —admití.— Y... Si no fuese por ti, no me habría dado cuenta, Jongin...

—¿Podemos ser amigos? —preguntó.— Sé que es absurdo, pero... No quiero alejarme de ti, es sólo que... Me gusta Kyung-soo, y negarme a eso... Sería volver a negarme a ser quien soy, no quiero cometer el mismo error que en la universidad... Y dejar ir al chico que amo por miedo...

Mordí mi labio inferior sintiéndome realmente atacada por lo que dijo.

—Yo... Entiendo.. —dije rápidamente.

Él soltó una risita.

—Y tú deberías hacer lo mismo. Sé que.. Probablemente Manoban y yo te pusimos en una situación difícil... Sólo... Haz lo que te haga feliz, Jennie. Ya estamos viejos para reprimirnos por el miedo... —escuché que Kyung-soo lo llamaba de fondo.— Debo irme, tengo una reunión. Te quiero... Ya nos veremos cuando regrese.

—Mucha suerte. —murmuré.

Jongin colgó y... Me sentí liberada. ¿Debería llamar a Lisa? Tal vez... Tal vez podría invitarla a cenar... Sí, tal vez.

¿Disculpa? | Jenlisa G!P (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora