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Taehyung tenía quince años cuando despertó.

Estaba sudado.

Ríos salados le escurrían por la frente y por las piernas. Era un sábado a mediados de agosto, y estaba usando una camisa a cuadros, un chaleco azul (¿quién usaría un chaleco con ese clima? Evidentemente, Kim Taehyung, el Chico de los Chalecos), un short militar y un par de sandalias viejas. Eran las once de la mañana, y estaba parado frente a la puerta de los Jeon.

Ni siquiera se había peinado ese día, ni siquiera se había visto en un espejo. Se puso lo primero que encontró y salió sin desayunar. El estómago le rugía hambriento, pero sabía que podría robar un par de galletas de las que el hermano de Wonyoung, Jeon Jungkook (el chico mil veces nombrado, el chico sin-cara) tenía escondidas debajo de su cama.

¿Por qué arreglarse, si estaría en su segunda casa, con sus segundos padres y con su (autonombrada) hermana de otra madre?

Tocó la puerta con los nudillos un par de veces y esperó con las manos en los bolsillos. Tenía puesto uno de los audífonos de Wonyoung (robado, por supuesto) y estaba escuchando Love is a Battlefield. Miró la casa, las casas de los alrededores y el pavimento. Todo alrededor de la residencia Jeon parecía sacado de una película: Enorme y surrealista.

Volvió a tocar, gritando el nombre de Wonyoung.

Escuchó un ruido detrás de la puerta: Pasos. Cansados, pasos recién levantados. Escuchó como alguien quitaba el cerrojo y abría la puerta. Taehyung se quitó el audífono justo cuando Everybody Wants To Rule The World estaba comenzando.

No era Wonyoung.

Ni su madre, mucho menos su padre.

Era un chico. El chico sin-cara, el que nunca estaba en casa. Era el nombre que solo había escuchado en historias y anécdotas familiares. Era el dueño de la reserva de galletas que había estado robando durante todas las vacaciones de aquel caluroso verano de 2015.

Apenas le ganaba con unos tres o cuatro centímetros. Tenía sentido: Jungkook era un chico de dieciséis. Jungkook era un chico.

Aún con la casi nula diferencia de altura, Taehyung se obligó a alzar la cabeza para mirarlo a los ojos. Era como intentar mirar al sol: Demasiado brillante, demasiado abrasador, pero demasiado atrayente como para apartar la mirada. La presencia de Jungkook le quemaba (las manos, las piernas, el rostro), tanto que estaba tentado a cubrirse los ojos con la mano.

—¿Quién eres?

Si Jungkook era el Sol, su voz era la de un ángel. Todo alrededor de los Jeon era una película, todo alrededor de Jungkook era el Cielo.

—Kim Taehyung —respondió, recomponiéndose. Taehyung podría estar teniendo un remolino recorriéndole el estómago (una ráfaga de hormonas y fuego recorriéndole un poco más abajo), pero sabía mantenerse cuerdo en situaciones así. Estar sudando por haber corrido todo el camino hasta ahí le ayudó a disimular un poco—. Busco a Wonyoung.

Jungkook lo miró de arriba a abajo. Usaba pantalones rojos holgados y una camiseta negra. Estaba descalzo, y tenía el cabello completamente revuelto. Taehyung estaba vestido como un idiota y Jungkook estaba aún en pijamas, ambos en sus estados más vulnerables, pero era obvio quién era el único avergonzado sobre esto.

Jungkook abrió más la puerta y se hizo a un lado para que Taehyung pudiera pasar, moviendo la cabeza para indicar que entrara a la casa. Taehyung le sonrió y cruzó la entrada, con las manos extendidas sobre el pantalón con disimulo. Ni siquiera esperó a que Jungkook cerrara la puerta cuando ya se encontraba subiendo las escaleras como un rayo, dirigiéndose al baño sin mirar atrás. Le temblaban las piernas. Se encerró en el baño y se sacó el chaleco. Miró hacia abajo, y luego se miró en el espejo.

Sabía que algo andaba mal. Sabía que algo estaba sucediendo desde que sintió un cosquilleo ahí abajo al encontrar por accidente las revistas de hombres casi-desnudos que Wonyoung escondía bajo el colchón. Cuando sintió curiosidad por mirar de más en las duchas del gimnasio.

Mierda.

Taehyung tenía quince años cuando despertó

¡Una nueva historia! (Porque necesito un descansito escribiendo a estos dos niños queriéndose y enamorándose yya)

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¡Una nueva historia! (Porque necesito un descansito escribiendo a estos dos niños queriéndose y enamorándose yya).

¡Bienvenidos a Grown-Up!!

¡Nos leemos luego! :)

[ Noduru, 2023 ]

Grown-Up! • KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora