capitulo 8

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—no puedo creer que Rod haya muerto — me abraza

— lo lamento, lo dejé morir

— no, no fue tu culpa

— sabes que es lo que más odio; que estemos acostumbrados a la muerte de nuestros seres queridos por culpa de los vampiros, los odio y tú te uniste a ellos

— Megan — le advierto

— ¿es por miedo o talvez por amor de verdad?

— Por ninguna, estoy con ellos porque él me ayudara a vengarme la muerte de Rod

— ¿Y una vez lo hagas que harás he? — pregunta

Me quedo en silencio

— siempre serás bienvenida aquí, te daré trabajo como mesera — me sonríe buscando mi mirada

— te he extrañado mucho, mucho con demasiado.

— ¿Cuándo salimos del pueblo? Hace meses — recuerdo

— Ocho Riley hace ocho meses que se fueron y me dejaste sola en este infierno

— Y hace ocho meses que me estoy arrepiento de esa decisión — le confieso

— Tu vestimenta es de rico, ¿entonces estás saliendo con el vampiro? - pregunta

— No, claro que, no solo me utiliza

— Sí, pero de qué manera — dice chocando mi hombro con el suyo

— Como su arma es todo, soy fuerte, ahorra y tengo un propósito … Mierda no debía decirte eso no se lo cuentes a nadie comprendes

— Claro que no. Nos confiamos todo

— Pero es importante que no digas nada de esto ni que me viste, le borraran la memoria a tu padre, pero ya arregle para que Kaled no te borre la memoria, vendré cada vez que pueda o cuando Kaled me dé permiso de salir, por ahora no podré, pero trataré de venir

— ¿Entonces vas a negarme que te gusta?

— No puedo — digo mirándolo sonreír en la otra mesa

— Además, ¿por qué te dice cariño? —pregunta

Eso es porque no le gusta que me llame arma, de hecho empezó a hacerlo justo hoy para que dejara el arma, hoy soy su pareja

— ¿Su pareja?

— Es metafórico, no lo dice enserió

— Has cambiado — me dice

— ¿Para bien? — me atrevo a preguntar

— No lo sé, no me asustas, pero sé que a otras personas seguro que si

— Dime entonces siempre montaron el restaurante ¿eh?

— Nos va increíble — dice feliz y envidio su tranquilidad, yo solo estoy llena de rabia e ira

Ese día bajé la guardia después de ocho meses. Estuvimos hablando hasta que Kaled se acercó

— Me sostiene por la cintura y se acerca a mi oído y susurra — Hermosa, no quiero interrumpirte, pero ya viene siendo hora de partir, nuestra reservación se terminó y no quiero viajar de noche y más si tú estás conmigo — detecto al alcohol en sus palabras

Está borracho, cuando se emborracha una parte de él que desconozco, sale, se vuelve meloso y coqueto, Ebert que me lo había advertido, así que me lo tomo como un momento de desacato de su parte

— Entiendo Kaled

Me levanto y me despido con un abrazo de Megan

— Megan si alguno quieres visitarnos solo llámame por mi nombre “Kaled” y vendré o enviaré a alguien a buscarte — dice Kaled ofreciendo su mano

Como ser un Arma Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα