capitulo 23

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- Tenemos que salir de aquí Kaled es peligroso - dice Lea

- Tome su sangre - susurro sin poder creérmelo, pero en cuando la tuve en el paladar me lleno de energía, una energía que nunca había experimentado

- Señor, tenemos que irnos, pero ya - repite Lea sosteniendo a Riley en su espalda y desaparece con ella

- Espera - grito con desesperación y la sigo

La sigo corrido durante horas y el sol se está poniendo, Lea se detiene y pone a Riley en el suelo con mucha delicadeza

- Porque as corrido con mi novia a sí

- Porque ustedes señor está fuera de control, temo que la lastime

- yo jamás haría tal cosa que dices - le regañó

-Kaled, Riley - grita Ebert con lágrimas en los ojos

Turiel ha vuelto a su forma vampiro, sus alas no están y sus pequeños cuerpos han desaparecido casi por completo, el color amarillo de su piel ha vuelto y se ve cansado

- Kaled me alegra que estés bien... gracias por cuidarla - dice Turiel viendo a Ebert que analiza a Riley

- Estamos cansados para correr, pero Riley necesita un doctor - se queja Ebert

- Linda, ella tendrá que esperar, no podemos correr más, hemos corrido por horas y estamos aún muy débiles - digo tratando de convencerla, mi cuerpo no puede correr más

- Disculpa - dice Turiel molesto

- Esta chica lideró un maldito ejército, corrió durante dos días sin quejarse, amenazó a la reina de las sirenas - me apunta al pecho furioso y me empuja - logro que los ogros y las hadas se unieran a la batalla y no puedes correr dos días más para llevarla con alguien que la revise porque no estás bien.

La miro en el suelo y talvez no lo había notado, pero está sucia, húmeda y su respiración es tan lenta que podría estar muerta

- Mierda Kaled ¿¡que te pasa!? Mírala por dios está muriendo - grita Edert

- Tome su sangre - lo susurró con esperanza de que no lo Escuchen

- Que hiciste que - dice Ebert

- Yo...

- Kaled por dios estás bien - ahora se olvida de Riley

- No lo se quiero tomar más y no me gusta nada - me paso la mano por el cabello sucio - desde hace rato se me hace imposible no querer clavarle los dientes en el cuello, me pican los colmillos

- Kaled tienes que calmarte, si tomas su sangre, ella podría morir - advierte Ebert

- Es hora de correr - dice de repente Lea

- ¿qué?

- Lo siento, señor, pero tenemos que salir de aquí si nos quedamos un poco más podría ser peligroso - dice retándome con la mirada

- ¿¡Tú quién te crees que eres para hablarme así!? - me le acerco

- Kaled solo te da una advertencia, no te está dando una orden, joder cálmate, ¿tienes hambre? - dice Turiel

La chica no parece aterrada pero desaparece

- ¿Quién diablos es? - pregunto

- la reclutamos cuando fuiste secuestrado

- Vamos, tenemos que salir de aquí - justo cuando íbamos a correr la chica aparece con un venado - por favor coman y retomemos el camino

Lo miro y luego a ella que se arrodilla al sentir mi mirada

Como ser un Arma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora