🗡Perversa🗡

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I

Angus corta en un rápido movimiento el cuello de un desafortunado tipo, lo veo caer al suelo y removerse hasta terminar de desangrarse, sonrío y miro a mi alrededor viendo los cuerpos de las otras personas que vivían en el lugar.

Como hemos decidido irnos, debemos comenzar a juntar un poco de dinero, así que hemos estado cazando a unos cuantos vándalos para quedarnos con lo que ellos roban de alguien más. No quiero hacerme la heroína a estas alturas, simplemente creo que es menos riesgoso, ya que no creo que a la policía le importe mucho la muerte de estos seres, seguro pensarán que murieron por andar metiéndose con quién no debían.

Después de terminar de saquear el lugar, nos tomamos de la mano y corremos como dos chiquillos que acaban de cometer nuestra travesura. Nos alertamos cuando a lo lejos escuchamos las sirenas de algunas patrullas, nos escondemos y las vemos pasar por una gran avenida; pasan a toda velocidad un par de ambulancias y un camión de bomberos, se dirigen a las afueras de la cuidad y nosotros reímos de que nadie sepa todavía la hermosa escena que hemos creado.

Llegamos a la cabaña, pretendo tomar un baño y Angus me lo impide diciendo que ama verme empapada en sangre, intento zafarme de su fuerte agarre, forcejeamos un poco y terminamos en el suelo soltando fuertes carcajadas. Me mira con deseo y lujuria y yo no puedo resistirme a él, porque le deseo como a nada en el mundo, porque no puedo saciarme y mientras más pasa el tiempo más le deseo, le anhelo... sus besos, sus caricias, su piel contra mi piel. Sentirlo dentro de mí, sentir su pasión, la fuerza con la que me toma, ese sentimiento de dependencia que tiene hacia mí, es simplemente lo mejor. En la oscuridad de la cabaña nos entregamos una vez más el uno al otro, en medio de aquel extenso bosque, parecemos dos amantes secretos, dos adolescentes que acaban de descubrir el placer carnal.

Me siento feliz, me siento plena y estoy consciente del demonio que soy, sé que no merezco ni una pizca de la felicidad que ahora siento, pero no me importa, sé muy bien que a costa mía mucha gente sufre y yo me deleito con su dolor, soy un monstruo un demonio, yo represento la más profunda oscuridad de todos los corazones.

Mis uñas se encajan en la piel de Angus, las deslizo por sus hombros rasguñándolo, gimo a su oído, levanto las caderas buscando más profundidad, ambos nos estremecemos por las oleadas de placer que nos embriagan.

— Te amo Angus —digo sobre sus labios, él se aleja un poco de mí, ambos tenemos las respiraciones completamente agitadas.

— Linney... —la forma en que mi nombre sale de sus labios hace que mi piel se erice.

Vuelve a embestirme con fuerza, echo la cabeza hacia atrás, gimo por lo alto. Entierro mis dedos en su cabellera húmeda por el sudor, lo jalo hacia mí y le beso, ambos desesperados, buscando más mucho más, siendo conscientes de la dependencia del uno hacia el otro.

Gimo y grito su nombre una y otra vez mientras sus fuertes y profundos movimientos me elevan a la cima, con el infierno ganado me siento capaz de tocar el cielo, me elevo a la vez que caigo cada vez más profundo en la oscuridad.

Disfruto de algo que no merezco y me rio por la ignorancia y la inocencia de la gente. Esto soy, esto he sido siempre, lo amo y lo disfruto, Angus me ha regalado la hermosa libertada, la amo, no me arrepiento y quiero más, mucho más, siempre más y más. Más formas de matar, más formas de convertirme en el llanto más profundo que sale de los sentimientos de la gente, quiero estar en sus pesadillas, ser parte de sus temores.

Más, más, más...

Buscar al lado de Angus miles de formas de entregarnos al placer, descubrir día a día la pasión con desenfreno... sin límites, sin nada que perder.

Hermosa Pesadilla 18+ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora