🗡Solo déjalo salir🗡

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I

Los días pasan, las pesadillas aumentan. No tengo ni una sola noche tranquila, las imágenes de Emma, Isamar, la chica de nombre Elsa y ese matrimonio inocente me persiguen noche y día. Ahora todo lo que me rodea es sangre, el monstruo en mí grita deseoso de ser libre, pero me contengo y el hacerlo resulta increíblemente doloroso.

La sangre se desliza lentamente por mi muñeca dejando un caminito, me recargo contra la puerta del baño y me deslizo hasta quedar sentada, entonces dejo caer la navaja. La primera vez que me corté fue cuando tenía once años más o menos y dejé de hacerlo tres años después cuando papá me descubrió. Me dolió en gran manera ver su rostro lleno de preocupación, dolor y decepción, entonces me esforcé por reprimir mis deseos de lastimarme con tal de no volver a ver esa expresión en su rostro. Sin embargo, esta vez no pude controlarlo, necesitaba una rápida salida a mi frustración.

Necesito el olor, el sabor y la textura de mi propia sangre para calmar al monstruo que llevo dentro.

Muerdo mis labios y cierro los ojos con fuerza al sentir el dolor en mi mutilada muñeca, las lágrimas no se hacen esperar. Comienzo a llorar como una niña pequeña a quién le han negado su postre favorito.

Llevo tres semanas viviendo con Angus y estas tres semanas le he acompañado noche a noche a sus cacerías, pero no me he atrevido a tomar el cuchillo, por lo que él en estos momentos se encuentra muy molesto conmigo.

Pero no puedo hacerlo...

¡No quiero ser una asesina!

Eso es lo que mi lado racional grita, pero el monstruo en mi interior me reclama por no liberarme de tan pesada carga.

¡Es un infierno, una tortura... no puedo soportarla más... ¿No es preferible estar muerta?!

Desde que estoy con Angus mi instinto asesino ha despertado más y más. Cada vez me cuesta más controlarlo, es una sensación insoportable y una gran lucha la que mantengo conmigo misma para reprimir esos deseos...

¡Pero quiero ver sangre! ¡Sentir y causar dolor!

Dejo escapar un gemido ante el dolor mental que me causa el luchar contra mí misma, las lágrimas no paran y siento que mi pecho está a punto de explotar. Cierro y abro los puños con desesperación, siento como si todos los órganos dentro de mí se contrajeran una y otra vez amenazando con matarme.

¿Por qué tengo que tener este deseo de matar?

Más que un deseo es una necesidad, quiero matar, quiero ver sangre, pero no quiero convertirme en un demonio que asesine gente inocente... ¡No quiero hacerlo!

¡Estoy perdiéndome cada vez más! ¿No hay nadie que pueda ayudarme?

Gritos desgarradores salen de mi garganta, siento como si me convulsionara debido a toda la energía negativa que tengo acumulada dentro de mí.

— Solo déjalo salir —Escucho una voz, abro los ojos y me encuentro con Angus que se asoma desde la puerta entreabierta, me hago a un lado para dejarlo pasar por completo.

Él se hinca junto a mí, toma mi mano herida y la lleva a la altura de su boca, dejo escapar de mi garganta roncos gemidos debido al dolor y al placer que me otorga su lengua al entrar en contacto con la piel lastimada.

— N-no puedo hacerlo —Digo aferrándole a él, empuño mi mano libre en torno a su sudadera jalándola con desesperación.

— Si continúas tratando de contenerlo solo te harás daño y terminarás volviéndote loca... más loca.

Hermosa Pesadilla 18+ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora