Broken Promises → j.b Slow Updates

Prólogo.

Él le prometió cosas que no podía cumplir. Pero, ¿qué fue lo que en verdad pasó?

Todo fue inesperado, ella llegó y lo arruinó. –respondí, estaba demasiado destrozada.

Tenían viajes planeados, metas y sueños por realizar, pero todo eso iban a hacerlo juntos, que el cariño que sentíamos mutuamente iba a ser... ¿Verdadero?

Esas, fueron las promesas que Justin me decía, y pocas de ellas, fueron cumplidas. Pero ¿qué sucedió con la última? Un amor eterno. ¿Dónde quedó ese amor que Justin sentía por aquella chica que se enamoró la primera vez que lo vio? Yo.

–Se fue a la mierda –repliqué–. Él ahora está con ella, logró su objetivo, separarnos.

Alice Johnson, una adolescente de 19 años que cumplió su sueño y ahora, está en la cima de la fama, donde encontró a su verdadero amor, pero, ¿qué sucederá cuando ese chico rompa mi frágil corazón? Eso mismo me preguntaba hace un tiempo.

Justin Bieber, el joven con más escándalos en el mundo de la fama, con tan solo veintiún años de edad, se enamoró perdidamente de mí, la chica que lo vio por primera vez cuando compartieron juntos el escenario en mi primer concierto. Para ese entonces, no podría saber que destrozaría mi corazón en mil pedazos.

Éramos la pareja más famosa, y con pocos altibajos, a pesar de las mil chicas que siempre estaban alrededor de él.

Se podría decir que éramos la pareja perfecta. Hasta que ella apareció con intenciones de separarnos.

¿Podría perdonar todo el daño que Justin me ha causado? ¿Volveríamos a ser la pareja más unida que siempre fuimos cuando estábamos juntos?

«Juntos por siempre, princesa» -susurró.

«Por siempre» –dije, como si mi vida dependiera de ello. Porque, en ese momento, era lo único que mi corazón era capaz de sentir. Aquella promesa salió de lo más profundo de mi alma. Era mío. Lo sentía mío. O eso creía. Lo daba por sentado. ¿Y cómo no? Antes, podría haber jurado que todas esas promesas eran reales. Sus ojos, su boca, su cuerpo... Todo parecía ser verdadero. Hasta su amor.

Y ahora, en lo más profundo de mí ser, me arrepiento de haberme entregado en cuerpo y alma, porque al final del día, todo ha sido en vano.