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Regresó a casa cerca de las 22:00 horas. Como su mente no se callaba decidió por dar una vuelta a la cuadra y recién retornaba de un arranque nocturno. Esperaba que hacer algo de actividad física le ayudara a agotarse para solo tirarse a la cama y caer profundamente dormido, pero no fue así, más bien parecía que sus energías eran renovadas y eso solo ocasionaba que sus pensamientos fueran más desastrosos y acelerados. El incidente del hospital fue sustituido con una nueva cuestión: una docena de pacientes enfermos, todos en aislamiento estricto, infectados por la rabia potenciada.

No tenía idea de lo que pasaba. Hasta el momento los únicos infectados conocidos fueron Han Ji Sung y Kang Dong Yul, además de Song Min Gi, el recepcionista del hospital, y aunque hubiera un lazo entre ellos tres, no lo había para un grupo tan grande de personas con relaciones consanguíneas. Supo que la mayoría eran parientes de Seung Min, mientras que otros eran empleados del área agrícola, lo único que se le venía a la cabeza es que pudo haber un factor común que enfermó a Ji Sung y a su cómplice, pero tenía entendido que las personas se localizaban de un extremo de la ciudad al otro cuando sucedió lo del tráiler.

Solamente los investigadores de la universidad podían conocer la razón, así que esperaba que la reportaran pronto antes de que salieran más casos sin confirmar. Pensaba que inclusive la banda que organizó la emboscada en el hospital tenía algo que ver con todo aquello, pero eso ya sería demasiado descabellado.

Escuchó la puerta abrirse y por ella vio a Felix recién llegando de terminar sus labores.

—Hey, te vi afuera —reconoció, dejando una bolsa de compras en la isla de la cocina—. ¿Fuiste a alguna parte?

—Uh, sí. Fui a... a correr un rato.

—¿Correr? Está empezando a helar un poco, ¿no crees? ¿Te abrigaste?

—Lo hice —respondió simplemente.

—De acuerdo —Dejó sus cosas sobre el sofá y se retiró una chaqueta delgada que portada, dejándola en el respaldo de este—. ¿Me ayudas a lavar eso? —Señaló con la mirada a la bolsa de compras. Notó que eran algunas frutas— Tengo algunas evaluaciones que corregir y esta semana se capturan las calificaciones del segundo parcial del semestre —Lo escuchó con atención mientras lavaba las piezas de manzana—. Y mira esto... ¡Ta-dah! —Levantó una laptop que sacó de su mochila— Estaba en oferta, es un poco pequeña, pero me ayudará mientras tanto.

De pronto dejó de salir agua del grifo sin que él cerrara la llave, imaginó que otra vez tenían problemas con la fuga. Espera, ¿se compraba una laptop nueva dejando olvidada el problema de las tuberías?

—¿Qué te dijeron en el trabajo? —Volvió a preguntar, tomando asiento en la mesa del comedor para iniciar a trabajar.

—¿Uh?

—Por lo de tu renuncia. No se molestaron, ¿o sí?

—Ah, no. Todo está bien.

—Eso está bien —concordó. Chang Bin aprovechó que las frutas estaban lavadas para pelar y cortar una manzana—. Oye, escuché que la esposa de un compañero de trabajo está incapacitada por maternidad —Maternidad. En su mente se reprodujo los gritos de la hermana mayor de Seung Min llamando a su bebé—, es empleada de un asilo para ancianos y como trabajaste para el señor Kim pensé que podrías...

Dejó las cosas en la mesada.

—No dejé mi carta de renuncia.

Felix calló de inmediato, sonsacado por su confesión.

—¿Qué? ¿Por qué no? ¿Por qué me dijiste otra cosa entonces?

—Porque no puedo irme todavía —Se dio la vuelta.

Rabiaes Dementia: ReminiscenceWhere stories live. Discover now