Machos y otros no tanto

97 18 1
                                    

Bajó del tren y miró hacia los lados buscando a alguien. Con su apariencia única no tardaron en distinguirlo y un hombre se acercó a él. Era rubio, robusto y mas alto por a penas unos centímetros.

-¿Don?

-Ah, señor Burbank

Empujó el puente de sus lentes azules y extendió la mano para darle un apretón.

-Por favor, dime George. ¿Tienes todo lo que necesitas?

-Sí, no es mucho. No se preocupe

Don le dio unas palmadas al bolso que cargaba y sonrió levemente.

-En ese caso, por favor sígueme

George lo guió fuera de la estación de trenes hasta un auto de modelo antiguo.

-¿Te gusta? Es un clásico- dijo George posando una mano sobre el techo del vehículo y sonriendo orgulloso.

-Es muy pintoresco

-Gracias. Ahora sube

Don fue de copiloto en el viaje. George conducía de forma tranquila, sin prisa en llegar a ninguna parte. El hombre tenía un acento fuerte del oeste, se escuchaba cómo el viejo estereotipo estadounidense, pero a pesar de vivir en un rancho vestía elegante y parecía bien educado.

-¿De dónde eres, Don?

-Inglaterra, ¿se nota?

-Bueno, no puedo decir que haya escuchado ese acento por aquí antes. ¿Te mudaste hace poco?

-Dos años. Vine para abrir mi negocio

-¿Qué vendes?

-Discos

-Ah, trabajas en la empresa de la música. Mi hermano es aficionado al tema, quizás tengan de que hablar

-¿Vive con su hermano?

-Oh,no. Yo vivo en una casa aparte con mi esposa e hijastro. Phil es quien vive en la casa de alquiler, es de la familia y se opuso a desocuparla para empezar el negocio

-Así que compartiré casa con otra persona

-¿Le molesta?

-Bueno, no es cómo si esperara que no hubiera más inquilinos. Pero escogí esta época del año por esa razón

-No se preocupe, quizá solo lo cruce por los alrededores. No suele estar mucho en la casa, siempre anda trabajando

-¿El rancho está muy ocupado?

-No en esta época, pero a él le gusta estar ocupado. Sino se vuelve más irritante de lo usual

George soltó una pesada risa y dejó la conversación en el aire. Don veía volar la tierra que levantaba el auto junto a su ventanilla, en el paisaje desolado se alzaban colinas de arena y tierra donde las sombras creadas por los rayos del sol tomaban extrañas formas. No pudo evitar notar cierta colina con una sombra de peculiar figura.

El auto se detuvo frente a una casa grande y antigua. George bajó y esperó a Don, el de lentes dejó el vehículo y admiró la casa en todo su esplendor, era enorme. Seguramente con suficientes cuartos para llevar el negocio de alquiler a flote. En una ventana de los pisos superiores le pareció ver la silueta de un hombre mirándolo fijamente.

-Bienvenido a la residencia Burbank

George lo guió hasta el porche de la entrada y empujó la puerta para darle paso. La casa estaba a oscuras, solo los rayos de sol a través de la ventana prestaban iluminación. Con el techo alto y los cuartos amplios, Don se sentía mas en una mansión que imitaba el estilo victoriano que en un rancho. Había pilas de periódicos y libros alrededor de un sillón de cuero y en la sala contigua divisó un piano de pared.

Entre Silbidos y Banjos (Dhil/Freebatch)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora