Si la bota te queda

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Mas tarde mientras estaba en la habitación, Don escuchó ruidos en el cuarto de al lado. Era música, pero no de su tipo. Agudizó el oído dejando de doblar la ropa y enseguida reconoció el sonido del banjo. La melodía sonaba familiar, estaba seguro de que la había oído antes. Salió al pasillo y se acercó a la puerta de la habitación siguiente para escuchar mejor, su interés por la música no conocía límites. Cerró los ojos para concentrarse en la melodía, era clásica, no había duda.

En cuanto se oyeron las notas finales huyó a su cuarto y cerró la puerta. Al mismo tiempo Phil salió de su habitación con el banjo en una mano y miró de reojo la puerta a su derecha antes de volver a encerrarse.

🐎🐎🐎

Una hora mas tarde, Don dejó la casa para caminar un rato y tomar aire, la amplitud y soledad de la gran casa casi que lo deprimían. Dió la vuelta a la casa y se sentó en los escalones de la puerta trasera, justo en frente tenía el corral algo alejado, el ganado se veía tranquilo. Limpió sus gafas con una franela especial para lentes y se los volvió a poner al momento justo en que Phil salía del establo que estaba a unos metros de la casa. Cargaba un balde en una mano y con la otra tiraba las riendas de un caballo, se detuvo junto al corral y comenzó a lavar al animal suavemente bajo el sol.

El gorro protegía su vista de los rayos solares pero el resto de su ropa solo intensificaba el calor. No era sorpresa que apestara trabajando así vestido bajo el sol de la tarde. No pareció notar a Don en lo absoluto, se veía enfocado en su tarea. El rubio acomodó sus lentes y descansó la cabeza sobre su mano mirando al vaquero.

-Radetzky March- soltó Phil.

Don alzó las cejas en sorpresa.

-¿Qué dices?

-Radetzky March, esa era la melodía

-Johann Strauss, lo sé- respondió como si nada y desvío la mirada hacia un lado soltando un bostezo.

Phil frunció el ceño y detuvo sus movimientos para voltear a verlo.

-¿Por qué me estabas espiando?

Don deslizó los ojos por la arena hasta Phil, sus párpados caídos por el cansancio le daban una expresión de desinterés que irritó al mayor.

-Soy aficionado a la música, no pude evitar acercarme para oír mejor. Tienes talento

Se le fue el sueño cuando Phil lanzó el trapo mojado hacia la cubeta con fuerza creando un estruendo y se acercó amenazante.

-¿Te estás burlando de mí?

Don frunció el ceño y enderezó la espalda.

-¿Por qué haría eso?

-Sé lo que buscabas yendo a mi puerta

-¿Ah sí?- se puso de pie sobre el escalón ganando altura- Dímelo

-Esos accesorios y esas ropas, ¿a quién intentas engañar? Yo sé lo que eres

-Dime. Dime qué demonios hacía en tu puerta

Phil se acercó más hasta que el ala de su sombrero casi chocaba con la frente del rubio, el olor a estiércol y tierra llegó a Don.

-Estabas espiando, querías verme cambiando mis ropas, ¿no es verdad?

Don no pudo mantener el ceño fruncido aunque lo intentó, sus labios temblaron, un extraño bufido salió de su garganta y entonces explotó de risa. Phil apretó los puños sin entender porque el rubio no estaba gritándole o mostrando miedo.
Don tomó aire para intentar habla y alzó las cejas incrédulo.

-¿Verte a ti? ¿Desnudo? No me hagas reír

Entonces su sonrisa se borró en segundos tomando por sorpresa al vaquero.

-Antes ciego que ver tu cuerpo lleno de cayos y ampollas, sin mencionar el hedor

Con un empujón de hombro Don lo apartó y se fue. Phil apretó los dientes antes de propinar un golpe y dejar un hueco en la pared de la casa.

🐎🐎🐎

Luego de ese altercado Don y Phil no se cruzaron en todo el día. A la hora de la cena sin embargo, Don escuchó pasos en la planta baja y se asomó por el borde de las escaleras para ver al vaquero llegar. Estaba cubierto de tierra, sangre y barro; las espuelas de sus botas tintineaban a su paso y lo seguía un olor desagradable. Se quitó el sombrero solo por un momento para abanicarse la cara, desplazó su vista por el lugar e hicieron contacto visual. Fue solo un instante en el que la luz brilló en su rostro sin el ala del sombrero creando sombra y Don pudo apreciar mejor al vaquero. Por debajo de la mugre y la barba mal recortada podía notarse que era un hombre atractivo físicamente. Phil frunció el ceño en cuanto vio al rubio y volvió a colocarse el sombrero cortando la fantasía del otro.

-¿Harás de cenar?- preguntó con su marcado acento.

-¿Yo?

-¿Hay alguien más aquí?

-¿Por qué tengo que hacerte la cena también?

-Porque yo lo digo y soy el dueño de esta casa

Don otra vez rió y otra vez eso irritó a Phil. El rubio se apoyó sobre el barandal de madera y sonrió.

-¿Acaso no sabes cocinar? ¿Es eso?

-Cuento con muchas otras habilidades

-Eso me suena a un No

Vio los puños del vaquero cerrarse con rabia. Rascó su barbilla y chasqueó la lengua.

-Te diré que haremos. Yo preparo la cena y tú traes el entrenamiento

-¿Qué?

-¿Es un trato?

-¡¿Acaso tengo cara de bailarina de Can Can?!

Phil estaba furioso y apretó aún mas lo dientes cuando Don se carcajeó una vez más.

-Bailarina de Can Can, muy bueno. No,no. Hablo del banjo

Algo se suavizó en su persona al escuchar eso, algo que Don no pasó por alto.

-¿Quieres que toque para ti?

-Sí

Phil bajó la mirada, Don creyó que lo estaba considerando, pero entonces se dio la vuelta en dirección a la puerta.

-Cenaré en el granero. Buenas noches

Se fue sin decir nada, dejando a Don con un puchero y ganas de escuchar música.

-Supongo que escucharé la radio

Tamborileó con los dedos en el barandal y bajó las escaleras hacia la cocina.

Entre Silbidos y Banjos (Dhil/Freebatch)Where stories live. Discover now