Entre Silbidos y Banjos (Dhil/Freebatch)

Un preciado pañuelo

Recién entrada la noche vio al grupo volver al rancho cargando todo el equipaje del campamento. Imaginó que se quedarían más de dos días, pero unos trabajadores le aclararon antes de irse que al partir en la madrugada tuvieron tiempo suficiente para terminar sus tareas y regresar ese mismo día.
Recordando lo que le había dicho George, esta vez Don hizo cena para dos y decidió invitar a Phil a cenar con él. Al recibirlo en la entrada le sorprendió verlo con sus mismas ropas pero el rostro limpio, la barba se veía mas suave y sus pómulos resaltaban más.

-¿Qué tanto estás viendo?- preguntó Phil con tono irritado.

-No puedo evitar verte la cara, eres muy apuesto

-¿Otra vez con eso? Los de tu clase no tienen vergüenza

-Los de mi clase, claro

Phil alzó una ceja sin entender que estaba insinuando, Don movió la mano restándole importancia.

-¿Vienes a cenar?

-¿Cenar?

-Preparé la comida. Arroz con carne

El mayor frunció el ceño y se cruzó de brazos.

-¿Mataste a uno de mi ganado?

-¿Qué? No. George trajo víveres de la ciudad mientras estabas con los Boy Scouts

A Phil le dio un tic en el ojo al escuchar ese apodo. Realmente se estaba cansado de esa actitud altanera que tenía el civil.

-¿Entonces quieres cenar o qué?

-Cenaré en el granero

Eso dijo, pero Don se apresuró a bloquear la puerta evitando que se fuera.

-¿Qué haces?

-Quiero que cenes conmigo

-¿Por qué? ¿Envenenaste la comida?

-No desperdiciaría tan buena carne

-No tengo hambre

-No me importa

Phil se acercó amenazante hacia él.

-¿Crees que puedes darme órdenes? Tú no eres nadie

Don le hizo una seña con el dedo para que se agachara y se acercó a su oído.

-Te equivocas, soy el que sabe tu secreto

Phil se alejó sorprendido, Don sonreía como un engreído sabelotodo.

-No sé de que hablas

-Yo creo que sí

Don disfrutó la vista del vaquero genuinamente nervioso y con una pizca de miedo en sus ojos, hasta llegó a darle pena lo reprimido que era.

-Tú en realidad... sí tomas baños

Notó cómo su ceño se relajaba un poco al oír eso.

-¿Qué?

-Fui hasta el campamento y me dijeron que estabas en el lago, imagino que tomando un baño por lo limpio que te ves

El vaquero no sabía que decir, su corazón latía muy rápido por el miedo y los nervios que sentía, no tenía idea de como reaccionar ante el rubio y eso lo hacía enfurecer aún más.

-Que mentiroso eres, Sr. Burbank- se burló Don sin malicia.

Soltó una pequeña risa antes de cortarla cuando el mayor habló.

-Phil

-¿Disculpa?

El castaño apretó los puños y mojó sus labios antes de volver a hablar, él mismo no sabía porque decía eso, pero había algo entre la rabia y la irritabilidad que sentía hacia Don que lo hacía sentirse cómodo.