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- ¡Te dije que no, Jisung!

Su madre le gritaba, estaba acostumbrados a aquellos tratos pero aún así lo odiaba, odiaba que su propia madre no lo quisiera por no ser como ella quería.

- No puedes negarme estar con alguien, ¡lo amo! - Lágrimas salían de sus ojos, intentaba retenerlas pero ahora no estaba siendo lo suficientemente fuerte.

- Claro que puedo. - Hizo una larga pausa - De hecho, con tu padre decidimos que tienes que estar con un Alfa de alto régimen, tendrás que casarte. - Cruzó sus brazos mirando a su hijo con hipocresía.

- ¿Qué? - Jisung dejó los llantos y limpió las lágrimas sobrantes, mirando directo a los ojos de su madre.

- Así es, tienes tiempo para despedirte de ese plebeyo, agradece que estoy siendo buena contigo. - Sin más que decir la mujer salió de la habitación del menor dando un fuerte portazo, dejándolo totalmente destruido.

Sollozos resonaban por todo el cuarto y estaba de rodillas frente a la puerta esperando a que alguien llegue a consolarlo, lo cual nunca pasaría. Estaba consiente de que tenía el apoyo de sus hermanos y su padre quienes le tienen aprecio aunque sea omega y estaba agradecido con eso, pero muy en su interior anhelaba tener el apruebo de su madre.

Entre leves suspiros limpió otra vez sus lágrimas y se levantó a buscar su teléfono, ahí llamó a su novio para avisarle sobre la reciente noticia.

- ¿Hola? - La llamada fue contestada -

- Bang, t-tengo que decirte algo. - Habló con temblor mientras sobaba su nariz ahora rojiza.

- ¿Pasó algo malo?, dime que estás bien -

- Estoy bien, pero tengo que verte -

- ¿A-ahora? - El corazón de Jisung fue apretado nuevamente al escuchar la nueva presencia de una nueva voz en la otra línea.

- Sí... ¿Estás ocupado? - Apretó sus labios esperando que en fondo le diga que no y que también quiere verlo -

- Un poco, estoy en la casa de Seungmin. Estamos terminando un proyecto. - El menor entreabrió sus labios y saludó al amigo de Chan, recibiendo un mismo saludo como respuesta por la otra línea.

- Pero juntémonos donde siempre Hannie, puedes decirme todo allá, nos vemos -

Antes de que pudiera decir algo la llamada la fue cortada, dio un último suspiro y fue al baño que yacía dentro de su habitación. Lavó su cara con abundante agua fría y apoyó sus manos en los bordes del lavado y se quedó un par de segundos viéndose en el espejo, notando lo rojo que estaban sus ojos y labios.

- A comer - Golpearon su puerta con rudeza y resonaron por todo el cuarto, logrando sobresaltar a Jisung.

- Y-ya voy, espera un momento. - Secó su cara con una toalla saliendo del baño para abrir la puerta.

- Qué pasó, ¿Mamá te regañó otra vez? - El peli blanco sonrió tratando de brindarle calidez y despeinó el sedoso cabello del más bajo. - Vamos a comer.

Jisung encogió sus hombros y ordenó su pelo otra vez, yendo detrás de su hermano hasta la mesa de comida en donde estaban los demás. Todo era completamente silencioso y solo era audible el sonido de los cubiertos chocar entre sí.

- ¿Jisung ya lo sabe? - La primera palabra fue por el padre de los menores, acto seguido habló la peli roja.

- Se lo dije hoy -

- Cariño, con tú madre hemos tomado la decisión de que es mejor que estés con un Alfa de alto estatus. - El menor comía con la mirada en el plato, sin intenciones de levantar su rostro. - Sé que es difícil para ti porque estás con alguien más y ustedes se aman, pero es lo mejor.

Y ahí mismo Jisung colapsó en todos sentidos. Se levantó y acto seguido arrastró la silla provocando un ruido bastante agudo.

- ¡Los odio!, ¡te odio mamá, te odio, te odio! - Apretó los puños y trató de contener el llanto. - ¡Por que no simplemente aceptas la realidad, mamá!

- Hyung, cálmate. - Sunghoon por primera vez sintió algo al ver como su hermano mayor gritaba con desesperación.

- ¡Acepta de una vez que no soy una alfa y no puedo hacer nada para cambiarlo! ¿Por qué me odias? - El menor buscaba la mirada de su progenitora con los ojos ya inundados en lágrimas.

Y la omega no tuvo ni una expresión ante las palabras de su hijo y solo evitaba su mirada con descaro esperando a que todo eso terminara.

Todos quedaron intactos sin saber que decir, ahora el incómodo silencio volvió a aparecer y a Jisung le quedó claro que no pasaría nada más. A pasos rápidos fue a la salida del inmenso palacio marcando ruidosas pisadas atrayendo la mirada de los trabajadores que estaban alrededor, y corrió hacia el parque más cercano, donde sabía que Chan lo esperaba. Y también sabía que al llegar se sentiría en paz en los brazos del mayor que tanto amaba.




cold kingdom - minsung !Où les histoires vivent. Découvrez maintenant