Ellos están algo.

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Scaloni estaba a menos de tres minutos de arrancarse los pocos mechones de cabello que aún tenía, pero intentaba aparentar tranquilidad, si él estaba nervioso sus compañeros del cuerpo técnico iban a desfallecer en vivo

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Scaloni estaba a menos de tres minutos de arrancarse los pocos mechones de cabello que aún tenía, pero intentaba aparentar tranquilidad, si él estaba nervioso sus compañeros del cuerpo técnico iban a desfallecer en vivo.
Pablo Aimar por otro lado ya se había arrancando un par de rulos, y se movía de arriba abajo casi histérico intentando no pensar en todas las posibilidades de que algo horrible le hubiese pasado a los menores de la selección argentina.

"Pablo, mira me mandaron mensaje, gordo, cálmate."
Y Pablo corrió al lado de Lionel. Suspiro desde el corazón.
Debido a un problema con el vuelo de la selección, el equipo se dividió en dos. Y para la mala suerte del corazón de todos, solo Juan, Enzo, Julián y Nahuel habían quedado en el otro avión junto a la mitad del equipo técnico.

Aunque los cuatro estaban en perfecto estado, tenían maletas de Scaloni y bolsos con cosas de varios miembros de la famosa y amada Scaloneta.
Todos tenían los nervios a flor de piel, más que por los cuatro faltantes, por lo abrumador que fue el desastre ocurrido en el aeropuerto en Qatar.
Nadie había entendido que sucedió, pero cuando apenas se estaban dando cuenta los cuatro menores abordaron el vuelo equivocado con equipaje equivocado.

"¿Qué dicen lo' chico'?"
Pregunto el capitán, con Ciro en brazos, casi todos estaban con sus familias. Había algunos que tuvieron que correr a resolver otros asuntos o que simplemente iban directo al predio de la AFA para descansar, pero la mayoría de los jugadores decidieron esperar a los que faltaban. Si es que era posible.

"Acá Julián dijo que supuestamente llegan a las 11."
Le respondió Pablo con el celular del Lionel técnico en la mano, como si fuera suyo.

"Esperemos entonces, total ya esperamos hasta ahora."
Tagliafico y su novia, Caro, se miraron afirmativamente. Y los demás tampoco se opusieron a eso.

"Seguro fue culpa de Enzo, de esos él es el único que se mandaría una cagada."
Afirmó sin duda alguna Alejandro, el papu, mientras agarraba el mate que su esposa le había pasado.

Se reían de cosas varias, hacía años no estaban así, Antonella pensaba en el fondo que nunca habían estado así. Esa unión fue la que trajo una estrella más, ese "los esperamos" los había hecho campeones.
La hacía feliz saber que su esposo se encontraba por fin en un equipo que lo apreciaba. Y no era selectivo, sino inclusivo.
Primero hablaron del partido, de los goles, de las atajadas, de los primeros y últimos minutos.
Se burlaron un poco del termo del Papu y se mostraron fotos de los hijos faltantes y las familias que los esperaban.

Se mencionó la caravana que comenzaría en un par de horas y se prometieron llegar al obelisco, querían ver a su gente y aunque les advirtieron el peligro confiaron en que era posible.
Veían en las noticias como estaban las calles, cómo estaba el país.

Todavía no lo podían creer, era un sueño. El sueño de miles y estaba ahí, en sus manos.

Charlaron mucho, y entre distintos temas terminaron hablando de los cuatro que estaban casi aterrizando.
Halagaron a Nahuel Molina, mencionaron lo bueno que era y su futuro inminente. Se reían un poco de Foyth y la esposa de este los animaba contándoles anécdotas tontas, hablaron de la llegada del bebé y cada vez la confianza apenas generada se afianzaba con cada chiste y mate que se pasaban.

Ellos están en algo. | Julián & EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora