Advertencias: Sexo explícito.
Me permito escapar de lo que suelo hacer para narrar un relato del subgénero Omegaverse.
Dejo su correspondiente advertencia para quienes en toda su libertad pasan de estas temáticas <3
+6.000 palabras.Estando de pie debajo del dintel que no tengo permitido cruzar, el silencio del dormitorio y el lejano baño al final de la habitación llega a ser abrumador, y me sigo cuestionando cómo es que se encuentra Katsuki Bakugō después del desastre en el que se vio involucrado.
Reviso nuevamente mi teléfono, y mi intención de escribirle a Mina se empalma con su reciente mensaje.
"Hemos tenido que trasladar a Kirishima a la clínica.
Espero que ustedes estén bien."
Vuelvo a mirar la puerta del baño, y de pronto el silencio es interrumpido por una queja profunda acompañada por el sonido del agua chapoetando contra el piso de cerámica fuera de nuestra tina.
Quisiera dar un paso hacia el interior e ir en su ayuda, pero sé que hacer eso podría tener consecuencias incluso peores.
Mantengo firmes mis pies entonces, aunque mi mano derecha se aferra con fuerza al marco de la entrada cuando una nueva queja del rubio me genera un escalofrío espantoso y me paraliza por completo.
...Mentiría si dijera que no he leído acerca de esta situación...
Menos dado el contexto.
Y por lo mismo es que reconozco que mis niveles de ansiedad y estrés se encuentran en su límite.
La sensación de opresión que siente mi pecho disminuye pasados unos cuantos segundos, y es cuando obedezco la orden del rubio y me alejo unos cuantos metros para dirigirme al salón principal mientras marco el número de mi amiga.
La conversación no dura muchos segundos; Kirishima no ha soportado los síntomas que su cuerpo ha presentado posterior al fallido caso en aquel centro experimental, convirtiéndose en el tercer sujeto que ha debido presentarse en un servicio de urgencia por sedantes para adormecerlo mientras su cuerpo logra desintoxicarse.
Sé que los malestares no son realmente de gravedad y que nadie se encuentra realmente en peligro de muerte -a pesar de que sí existen riesgos latentes-, pero no deja de ser perturbador para mí el hecho de saber que los gases a los que ha sido expuesto el hombre que está bajo mi mismo techo han causado cambios a niveles tan significativos.
Me cuestiono entonces el por qué no le he trasladado también a una clínica y he decidido aceptar el orgullo del rubio que se encuentra hace más de tres horas en una tina con agua fría, cuando eso lo único que ha demostrado es que él también está sufriendo las consecuencias de ser afectado por alguno de aquellos dos especiales géneros que existen en aquel mundo que antes de estas horas sólo estaban presentes en los libros de ficción.
Y se exactamente con cuál género ha sido afectado.
Lo sé, porque si mis pasos se han dirigido fuera de la habitación a la que he deseado ingresar desde que el errático hombre ingresó a nuestro departamento, ha sido sólo porque he presenciado las consecuencias de su voz de mando que con una sola queja me ha comunicado que me quiere lejos.
...Katsuki Bakugō está presentando los síntomas de un alfa.
Mi teléfono resuena por todo el salón, y no evito verme sorprendida por el sujeto que se encuentra al otro lado de la línea, contestando la llamada y acercándome el aparato a un oído.
—Midoriya. ¿Estás bien?
Se produce un silencio incómodo antes de recibir una respuesta, y sólo recibo unas disculpas por el caos que Deku ha conseguido generar con aquel fallido caso que él ha liderado y que ha afectado a una docena de héroes.
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Relatos de una vida con Katsuki Bakugō.
FanfictionMicro escenarios de una vida sencilla con las complejidades de vivir en el mundo real. Un espacio muy personal, donde la imaginación juega un rol crucial al incluir al rubio de ojos carmesí en la ecuación.