Capítulo 5

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Peter

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Peter

Lo que pasó después del extraño encuentro con Madeline lo tengo vagamente presente, generalmente mi cabeza estuvo en las nubes todo el rato, ni siquiera estaba buscando a la baba azul y antes de reaccionar, había terminado en mi asiento reservado favorito en la cima del Empire State, esta vez mi vista se quedó plasmada en el hermoso cielo celeste, a veces bajaba al mar y luego subía de nuevo.

No estaba seguro si me encontraba confundido o no, quizás el simple hecho de no saberlo era estar confundido en sí, pero no me importaba, tenía mi mente despejada por primera vez en mucho tiempo y la paz que eso me había proporcionado era casi tan extraña como adictiva. May decía que estaba bien sentirnos bien, así como también lo estaba que nos gustara sentirnos así; ahora lo entendía, no estaba tratando de promover en mi una clase de egoísmo sano, es amor propio.

No estaba seguro, necesitaba hablarlo con alguien. No tenía a nadie con quien hablarlo, por desgracia me di cuenta de esto hasta que estaba de pie frente a una lápida blanca, mucho más cuidada que la ultima vez que la vi, las flores aún estaban decentes, alguien las había puesto en agua, me senté sobre el pasto verde sin creer que había estado aquí hace apenas dos días.

-Hola- saludé -perdón que me fuera así la última vez, no sé qué me pasó- 

Desvié un poco la mirada avergonzado, no por estar hablando al aire, sino por estarle mintiendo. Me pregunté cómo debía continuar y entonces noté que no dejaba de ver el cielo, de alguna manera entendí que el verlo tanto era como ver sus ojos, y sentí como si la estuviera engañando. Aparté la mirada a mis manos acariciar el césped recién cortado, con su color más vivo que nunca por la primavera. 

Se que a Gwen le habría gustado que siguiera adelante, se que si pudiera entender sus palabras susurrantes entre las hojas y el viento, ella me diría que podía ver a otras chicas, me golpearía de forma juguetona el brazo para alentarme y sonreiría con cariño cuando me alejara.

Superándola.

Pero no podía. Gwen era lo mejor que me pasó en la vida y simplemente no tenía intenciones en reemplazarla. 

-Reed es un idiota...- murmuré consciente en que no le gustaba ese lenguaje de mi parte y me excusé rápidamente diciendo todo lo que había pasado, solo para reflexionar por mi mismo que no era culpa de ellos y que estaba agradecido que estuvieran en Nueva York para ayudarme si las cosas se me iban de las manos otra vez. 

Me acerqué más a la lápida y me acosté a su lado, sin dejar de ver las flores. Y me quedé ahí largos minutos con la mente en blanco.

-Una chica me ayudó anoche. Es simpática, estoy seguro de que se llevarían bien- solté todo el aire a la vez que sentía mis mejillas calientes, casi sentía su mirada acusadora y divertida sobre mi -está bien, tal vez hace que me sienta enfocado y tranquilo- confesé mientras volvía a sentarme y cruzaba mis brazos.

TASM: A las sombras de Nueva York (Andrew Garfield)Onde histórias criam vida. Descubra agora