Capítulo 9

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–Minnie, ya quédate quieto. No estoy jugando –se quejó Jungkook, siguiéndole el juego al travieso omega.

Por más que cuatro de los cinco días previstos para el celo concluyeron, el aroma de las feromonas no mermó en ningún momento. Se mantenía constante, motivo por el cual el alfa luchaba con Minnie cada ocho horas para colocarle unas pocas rociadas de spray neutralizador.

Conseguir ponérselo era tarea imposible. Salía corriendo cada vez que veía a su destinado con el spray en la mano, sabiendo que esa cosa reduciría su medio más efectivo para enloquecer al alfa. Y ese momento no era la excepción.

Minnie correteó sin parar de un lado a otro del comedor, perseguido de cerca por Jungkook. El omega terminó de darse un baño hacía unos minutos, por lo que no llevaba más que una bata de algodón anudada a su cuerpo. Iba descalzo, con el cabello escurriendo agua de sus puntas y dejando un camino húmedo en el piso. El pobre Jeon temía que se resbalara y golpeara. Eso, sumado a su falta de paciencia de los últimos días, le arrastraba lentamente a su límite.

–¿Por qué lo haces todo tan difícil? –bufó el rubio, cruzándose de brazos y dejando de perseguirle–. Si no colaboras con lo poco que te pido, no me dejas otra opción más que conseguir otro omega para mi próximo celo.

Aquellas palabras lograron su objetivo.

Minnie se detuvo en seco, y la brillante sonrisa divertida que mantenía cayó de su boca. Le cambió la expresión en el rostro, pasando a una profunda tristeza. Su pequeño corazón se saltó un latido, seguido de un dolor asfixiante en el pecho que lo obligó a boquear por aire.

No podía siquiera pensar en esa posibilidad. Él amaba profundamente a su alfa, y la sola idea de que lo reemplazaran por un omega más bonito y obediente le hizo replantearse sus caprichos. La manera tan seria en que Jungkook le habló le dio escalofríos, por la seriedad con la que lo dijo.

–¿Quieres a otro omega? –vaciló Minnie, llevándose las manos al pecho para intentar calmar sus errantes latidos.

El alfa olió el miedo en el ambiente, arrepintiéndose de inmediato por ser tan insensible. Por supuesto que no podría estar con otro omega que no fuera el pelirrosa tan bonito frente a él. Separar a sus lobos recién conectados sería una locura que no cometería ni siquiera estando fuera de sus cabales.

–Sólo lo dije porque me siento frustrado –reconoció Jungkook, pasándose las manos por el cabello–. Necesito que hagas las cosas más llevaderas entre nosotros, Minnie. Quiero ganarme a Jimin para que confíe más en mí y si no me ayudas, vuelves mi autocontrol más difícil. No quiero dar un paso en falso que arruine lo poco que conseguí con él y contigo, ¿entiendes?

El omega asintió, parpadeando varias veces para quitarse de encima las estúpidas imágenes que se había recreado de su alfa con otro que no fuera él. Al instante, una sonrisa enamorada surcó sus rellenos belfos y su aroma indicó lo contento que le hacía esa confesión.

Dando el brazo a torcer por primera vez, corrió directo a Jungkook y por poco ambos caen al suelo cuando sus cuerpos chocaron en un férreo abrazo. El omega restregó su cabecita sobre el pecho del mayor, marcándolo con sus feromonas atiborradas de felicidad y cariño. Fue envuelto en unos cálidos brazos musculosos que lo hicieron sentir protegido.

Alzó el rostro, cruzando miradas con Jeon, que sonreía enternecido desde lo alto.

–Jimin debería dejar de perder el tiempo haciéndose el difícil –susurró Minnie. Sus ojos brillaban, maravillados con lo amable y paciente que era su alfa.

Aún si no se trataba de Kook, Minnie no podía ignorar sus sentimientos por el lado humano. Jungkook descifró a la perfección cada uno de sus caprichos e intuitivamente logró contener de la mejor forma posible a su lado omega. Eso demostraba de nuevo que, siendo destinados, tenían una conexión muy fuerte, a punto tal de responder a las exigencias de su pareja de la forma adecuada como para no lastimar sus sentimientos.

Esclavo del Placer ║ Kookmin (Omegaverse)Where stories live. Discover now