Capítulo 21

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La consulta ginecológica era un remanso de tranquilidad en medio de las últimas semanas. Los primeros síntomas del embarazo se empezaban a notar, sobre todo por la mañana, con las características náuseas matutinas que Jimin tanto detestaba. Eso sin hablar de una mayor sensibilidad a algunos olores y el asco por ciertos alimentos, como la col china. Se volvía una tortura para Jungkook conseguir comida que no la tuviera en su receta, sobre todo porque era común encontrarla en platos de comida típicos.

El omega estuvo ansioso durante toda la semana esperando por la consulta. Y pensar que al fin llegó el gran día de poder conocer a su cachorro, hacía que al menos un millón de mariposas se congregaran en su estómago. O quizá serían cólicos, no estaba seguro.

Esperaba emocionado en la sala de espera, con Jungkook sosteniendo su mano y brindándole calma a través del vínculo. Era un ambiente reconfortante para ambos. No podía evitar pensar que el asunto del embarazo se volvía cada vez más real.

Atisbando su incomodidad, Jungkook le apretó la mano, transmitiéndole contención y liberando una cantidad mínima de feromonas, las suficientes como para distraerlo, pero no incomodar a las demás omegas.

–Todo va a salir bien. Ya lo verás –murmuró Jungkook, sus ojos oscuros brillando, pues para él también esta era una experiencia completamente nueva.

Jimin asintió, sonriendo sin muchos ánimos.

–Sí, lo sé. Solo estoy un poco nervioso, supongo.

–No te preocupes, cariño –respondió Jungkook con dulzura–. Estoy aquí contigo y tienes todo mi apoyo. Lo sabes.

Antes de que pudieran intercambiar más palabras, la puerta del consultorio de Nayeon se abrió y ella apareció vestida con su uniforme médico. Lucía profesional, con su cabello rubio enmarcando una sonrisa radiante. Jimin sentía una especial conexión con ella, motivo por el cual no quería ver a ningún otro especialista.

–Jiminnie, Kook, ¡qué alegría volver a verlos! –exclamó, abrazando a su hermano y luego a Jimin–. Pasen, pasen.

Les cedió espacio para que pudieran entrar en su consultorio y los invitó a sentarse frente a su escritorio.

Jimin recordó que la primera vez que llegó a aquella habitación, fue para plantear el asunto del aborto. Aquello parecía tan lejano que no pudo entender cómo se le había cruzado por la cabeza deshacerse de su cachorro, cuando día tras día iba tomándole más aprecio. Ahora lo adoraba, por más que lo despertara temprano por las mañanas para hacerle una visita al inodoro.

De cualquier forma, no habría podido seguir adelante con el aborto. No sólo Minnie lo hubiera impedido, sino que su instinto le empujaba a cuidarlo. Aunque hubiese sido una sorpresa, lo quería, y deseaba tenerlo.

La luz que entraba por la ventana era mucho más brillante que antes. Quizás ahora que su vida estaba en orden y que lo acompañaba su alfa, su percepción de los días era mucho más positiva, llenándolo de alegría hasta por las cosas más insignificantes.

–Gracias por atendernos, Nayeon –dijo Jungkook con gratitud.

–No digas tonterías, hermanito –respondió ella, quitándole peso al asunto–. No hay nada que me haga más feliz que compartir esto con ustedes.

–No podría confiar en nadie más –habló Jimin con timidez.

–Entonces, Jiminnie, empezaré con algunas preguntas.

Nayeon puso manos en el asunto y sacó un block de hojas, donde comenzó a anotar algunos datos que iba sonsacándole con la ayuda de un bolígrafo rosa plagado de brillos. Midió la altura del omega, lo pesó y tomó sus signos vitales, para ir teniendo un registro de valores conforme las consultas se fueran sucediendo y el cachorro fuera creciendo. También consultó sobre historiales médicos en la familia, con el objetivo de descubrir si habría posibilidad de que el bebé heredara alguna condición o Jimin pudiera desarrollar algo durante el embarazo. Por fortuna, cualquier enfermedad preocupante fue descartada.

Esclavo del Placer ║ Kookmin (Omegaverse)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu