Capitulo 46

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La blanca nieve caía sobre los techos de las casas de la ciudad, formando una capa sobre ellos y sobre las aceras, incluso algunos autos estacionados en la calle; también se acumulaba sobre las ventanas haciendo que el vidrio se empañara y algunos niños salían de sus casas a jugar con la nieve, vistiendo con varias capas de ropa para protegerse del frío, aunque no por mucho tiempo por lo que en las noches ma temperatura disminuía demasiado

Mientras que en la casa de la familia Jeon, Jimin acomodaba a tientas de la oscuridad de sus ojos todas las ropas de Jungkook, colocándolas a su gusto imaginativo por olor y suavidad sobre la cama, para finalmente acomodar unas almohadas teniendo como resultado un bonito nido

El Alfa lo miraba embelesado desde la puerta de la habitación, el que haya captado cada movimiento del Omega amontonando cuidadosamente y con paciencia la ropa sobre la cama, era un acto hermoso. No hizo el intento de ayudar a Jimin, pues sabía en qué los Omegas eran muy posesivos y territoriales con sus nidos, era extraña y única la ocasión en que les permitían a sus parejas el paso hacia ellos

Entendía el por qué ahora su adorado Omega estaba haciendo un nido, necesitaba sentirse protegido y fuera de peligro. El rubio en los últimos días había estado realmente asustado pues se aproximó la fecha en la que tendría que ir al hospital y sabrían cuáles eras sus resultados con respecto al transplante

Ya estando terminado el nido, Jimin entró en él y rodó sobre las sábanas, almohadas y ropa, dejando así también su aroma con el de su Alfa fusionando un nuevo aroma, con las feromonas de felicidad y calma llenando la habitación y de igual manera el vínculo que los unía estaba lleno de agradables sensaciones

Jungkook, con cautela avanzó hasta el nido quedando unos pasos alejado de la cama, mirando a Jimin que abrazaba una almohada, era la suya, la cual estaba impregnada de canela y limón; el Omega tenía su nariz hundida en ella, su cabello rubio revuelto en diferentes direcciones y una polera negra de Jungkook, la cual le quedaba gigante a su cuerpo delgado, cubriendo solo hasta la mitad de sus muslos. El menor aún mantenía las vendas que protegían sus ojos, pero aún así supo que el Alfa se encontraba a la par suya, mantenimiento el respeto y distancia hacia el nido y aquello le agradó

— Te ha quedado hermoso el nido, Minnie — halagó Jungkook. Y es que para el mayor todo lo que hiciera el rubio era muy bonito. Durante aquellos días, Jimin había escrito algunas frases en Braille, el Alfa por su puesto intentó seguirle el ritmo a éste, sin embargo se rindió por falta de práctica e incluso su vocabulario era mínimo acerca de aquella escritura, así que solo se sentó a su lado recostando su rostro sobre la palma de su mano mirando la manera en que Jimin movía concentrado el punzón sobre la regleta dejando hoyitos sobre la hoja muy bien elaborados

— ¿Estás cómodo? — preguntó — ¿Ya no estás asustado, Jiminnie?

— Es la primera vez que hago un nido — mencionó — gracias a tu aroma y almohadas puedo estar en calma. Tu cama es muy cómoda — restregó su nariz nuevamente contra la almohada como si fuera un pequeño cachorro

— No quiero verte triste, así que disfruta mucho del nido — ofreció con preocupación— Iré por chocolate caliente

Jimin asintió con una sonrisa y el Alfa se marchó. Los padres de Jungkook solían respetar mucho su privacidad, además que los mayores no se quedaban hasta altas horas de la noche despiertos, Jimin sabía en qué ahora mismo estarían durmiendo y esperaba en que el Alfa no hiciera mucho ruido en la cocina, pues éste solía ser un poco torpe y desordenado; ya había sucedido hace unas noches, en las que en medio de la madrugada el mayor fue a la cocina por un vaso de agua y el vaso resbaló de sus manos ya que Jungkook estaba más dormido que despierto. El ruido del vidrio quebrarse despertó a la señora Jeon, llevando de la mano a su hijo hasta la habitación de éste. A la mañana siguiente fue obligado a limpiar el desastre que había echo en la cocina, fue un tanto épico escuchar las quejas infantiles de Jungkook, Jimin y el señor Jeon solo reían por la actitud del Alfa. A causa de aquella ocasión, Jimin se aseguró de aferrarse a su torso durante las noches, impidiendo que se levantara en las madrugadas siguientes y evitar un nuevo accidente e incluso había dejado un vaso con agua sobre la mesa de noche al lado de la cama

Jungkook volvió con dos tazas de chocolate caliente y unas galletas de vainilla, podía olfatear el rico aroma que desprendía la comida. Sentándose en medio de la cama, estiró su mano para recibir lo que Jungkook llevó para él, soplando el chocolate y evitar quemarse, tomando pequeños sorbos e intercalando con mordiscos de galletas de vainilla. El mayor comió desde la silla del escritorio, aún manteniendo la distancia y no entrar en el territorio de su Omega, sin embargo ese no era el pensamiento del menor. Terminando ambos la comida sencilla, Jimin habló

— Entra conmigo, Jungkookie— palpando a su lado con una sonrisa ofreció. El contrario sintió su lobo removerse dentro de sí, el hecho en que lo invitara a su nido era un acto único de confianza absoluta, uno en que no lo vería como una amenaza

— ¿Estás seguro, príncipe?

— Ven aquí Alfa tonto — permitió Jimin, el nombrado cerró la puerta de la habitación, seguido apagó la luz y dejó la lámpara sobre la mesa de noche encendida. Se acercó y emanó de su aroma, tocando con ilusión y delicadeza la montaña de ropa y sábanas alrededor — Sé amable, por favor

Con el pulso alterado, subió despacio a la cama, esperando un gruñido de alerta de parte de Jimin, sin embargo éste se abstuvo de hacerlo y recibió con calidez al Alfa, recostandose sobre su pecho y entrelazando sus piernas con las de Jungkook, así le dió confianza. De a poco se fueron acomodando entre sí, no había espacio alguno que los separara

— Gracias por dejarme entrar a tu nido, bebé — besó castamente sus labios y lo acurrucó más a su cuerpo

No hubo respuesta pues Jimin ya había caído en un sueño profundo. Lo dejaría descansar, a la mañana siguiente sabrían los resultados y avance con el tratamiento, rogaba a la Luna en que todo saliera bien

En qué ya no hubieran más obstáculos en la vida de Jimin que le impidiera su felicidad

In Your Eyes (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora