DOS CUERPOS, UN ALMA

VII

Clark y Bruce hablan sobre su relación y se preparan para enfrentarse al Señor vampírico de Bruce.

Clark Kent se despertó lentamente, inseguro, por un momento, sobre dónde estaba con exactitud. Había estado soñando con Bruce de nuevo, un largo y lento sueño de felicidad en el que había abrazado al otro hombre y le había dejado tomar lo que necesitaba, y la entrega había sido un éxtasis inimaginable...

A su lado, alguien emitió un murmullo bajo mientras dormía, y Clark se despertó por completo. Sus extremidades se sentían pesadas, difíciles de mover. Estaba agotado y le dolía un poco el cuello.

También se sentía maravilloso, lleno de un bienestar satisfecho y saciado que trascendía su cansancio físico.

Se apoyó cuidadosamente en un brazo y observó a su acompañante. Bruce Wayne seguía dormido, con una pequeña sonrisa en su rostro. Su piel resplandecía de salud, de vigor, de vida; Bruce lucía más vital y más hermoso de lo que Clark lo había visto nunca. Se removió un poco y luego se estiró en su sueño, una larga y perezosa exaltación de extremidades, y Clark pudo sentir el nuevo poder en esos fuertes músculos, enrollados y listos. Todavía sonreía, una pequeña sonrisa de satisfacción que hizo que todo el cuerpo de Clark hormigueara. Entonces, los ojos de Bruce se abrieron lentamente, parpadeando, y se fijaron en Clark.

La sonrisa se desvaneció y fue reemplazada por preocupación; Bruce se sentó rápidamente—. ¿Cómo te sientes?

Clark levantó la mano y tocó el agradable dolor de su cuello—. Cansado —admitió, sonriendo.

—Puede que me haya... excedido un poco —dijo Bruce. Alargó su mano y tocó con sus dedos, ligeramente, el cuello de Clark y éste trató de no temblar—. No creo que necesite tanto en el futuro.

—El sol debería restaurarme —dijo Clark—. ¿Cuánto tiempo crees que pasará hasta que necesites alimentarte de nuevo?

—No debería ser tan a menudo —dijo Bruce—. Si me esfuerzo demasiado, podría necesitar hacerlo con más frecuencia, pero sospecho que, normalmente, será una vez cada dos semanas o algo así.

—Ah —soltó Clark—. Eso es 'rara vez'.

—Yo... —Bruce lo miraba extrañado—. Probablemente podría alimentarme más a menudo, pero no creo que necesite hacerlo.

—Mm —dijo Clark, tratando de sonar casual—. Bueno. No querría que te debilitaras.

Hubo un parpadeo de movimiento, y de repente, Bruce estaba a horcajadas sobre él, mirándolo. Clark se dio cuenta de, con una extraña conmoción, que con sus poderes vampíricos, y con Clark en su debilitado estado, Bruce podría ser más fuerte que él.

El pensamiento no pareció alarmarlo tanto como debería.

—No pareció dolerte tanto como esperaba —dijo Bruce, observándolo.