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—¿En qué mierda piensas?— bramo Iwaizumi en el asiento del copiloto viendo como Oikawa sostenía el volante son cierta fuerza y sus ojos estaban perdidos en las luces del semáforo.

Sus pensamientos estaban realmente perdidos y revueltos. Todo estaba del carajo y parecía que iba a ponerse peor. Su abuelo, la empresa, el compromiso y... su asistente.

Joder al peligris se había vuelto un hobby sumamente interesante, pero justo esa mañana después de haber salido furibundo de la oficina e irse a fumar para calmar toda esa molestia llegó Sugawara con un vaso de agua y una expresión que le provocó un no sé qué en su interior. Trató con paciencia de calmarlo y sorpresivamente había funcionado, le brindó paz y se sintió consternado, tanto que tuvo que fastidiarle la existencia para equilibrar la balanza.

Estaba confundido, pues no sabía si aquel trato le agradaba o le molestaba. Nunca antes se había sentido de esa forma en compañía de alguien ajeno a su familia. Recordaba que cuando hacía un berrinche, era su abuelo quien calmaba y limpiaba esas lágrimas de furia y ahora...

Negó con la cabeza.

Bufó y volteó a ver a Iwaizumi con hastío.

—En qué todo esto es una mierda— dijo al mismo tiempo que echaba en marcha el auto —No podemos seguir de esta forma—

—Yoshino esta empecinado con nuestro compromiso y yo...— el moreno no sabía como continuar con la oración. Después de las sorpresivas palabras por parte del Oikawa mayor, Daichi se vio herido y se fue de la recepción sin siquiera darle tiempo de explicarle.

—Lo sé...— afirmó el castaño —Él entenderá una vez que le expliques la gravedad de este asunto.

—¿Sabes? No eres una mierda después de todo— bromeó Hajime ante las palabras de su ex prometido y en respuesta Tooru soltó una carcajada bastante sonora

—Nunca estuvimos enamorados, Iwa-chan — canturreó —Sólo fuimos un par de jóvenes idiotas que creyó estarlo

El de ojos olivo sabía que aquello era cierto, jamás sintió algo diferente por su amigo y aunque no se arrepentía de todo lo que experimentaron juntos tenía muy presente que nunca hubo otro tipo de intención entre los dos. Quizás si lo hubieran intentado las cosas no estarían de este modo, pero... Tooru tuvo que crecer tan rápido que las murallas que puso alrededor fueron tan difíciles de traspasar volviendo que su "noviazgo" y compromiso aun mas complicado. Su insaciable búsqueda de la perfección para mantener todo en orden los fue alejando cada vez más, mostrando su evidente incompatibilidad para cargar algo tan pesado como lo era un matrimonio, empezó a pensar que su relación se basaría en una eterna monotonía y quizas asi debia ser, pero conoció la dulzura de los ojos miel que día con día lo recibia con un "buenos días" detrás del escritorio fuera de su oficina y pronto descubrió que el amor no era tan difícil como pensó.

En un inicio se sintió mal por pensar en su bonito asistente cuando estaba comprometido con alguien que había estado con él desde la niñez, sin embargo esa culpa fue desapareciendo mientras iba conociendo a Daichi Sawamura y de forma inevitable cayó ante sus encantos. Decidió mantener en secreto, pero no duró mucho pues Tooru lo descubrió y fue él quien propuso terminar con el compromiso sorprendiendolo en el transcurso.

Ambos eran malos para el otro y parecía que lo entendían.

Se sintió agradecido con Oikawa por haber comprendido que estaba enamorado de alguien más, pero también se sentía consternado pues sabía bien que el castaño estaba lejos de experimentar esa bella sensación.

—Oi...— llamó con suavidad —¿No crees que es tiempo para ti también? 

Ante el cuestionamiento Tooru frunció el entrecejo

—¿Te pondras del lado de Bokuto y Kuroo?— respondió

—No me voy a poner del lado de un par de idiotas, pero...— desvió la mirada —Debes estar cansado...

Las palabras de Hajime hicieron eco en toda la mente de Oikawa y sintió que la primera muralla se empezaba a quebrar.

Cansado...

Lo estaba y demasiado. Siempre estaba al pendiente de todos y de su propio éxito profesional que olvidó ciertos asuntos que también debía vivir. Todo el tiempo decía que no tenía tiempo para ese tipo de estupideces, pero quizás sólo estaba poniendo excusas para alargar su soledad. Miró a Iwaizumi brevemente y volvió a dirigir su vista al camino.

Ellos nunca hubieran funcionado juntos y lo sabía, por eso cuando se enteró de la verdad no se sintió molesto sino liberado y fue ahí cuando llegó a una conclusión; si iba a sentir que perdía la libertad con alguien más se aseguraría de mantener toda entrada cerrada para no dejar entrar a nadie más.

—Han sido semanas difíciles — evadio el sentido de la pregunta — claro que estoy cansado, pero... — No tengo espacio para tener a alguien en mi vida —primero terminemos con este jodido asunto de una vez por todas— dictaminó acelerando un poco para llegar a la mentada cena donde su abuelo se había tomado el atrevimiento de invitar a ambas familias para discutir sobre el futuro de los dos.

—¿Qué tanto escándalo planeas armar esta noche?— preguntó curioso el moreno

—Oh, no tienes ni idea. Con esto toda tu familia deseara casarte con el barrendero antes que conmigo— bromeó bastante risueño

—Oikawa, por favor...— lo miró Hajime —Por esta noche sólo tratemos de hablar

—Tsk...— chasqueo la lengua —Qué aburrido señor Iwaizumi así que no prometo nada y que te quede claro que si lo veo necesario armare un escándalo

—Hoy no es miércoles

—Situaciones desesperadas requieren de medidas desesperadas 

Mi jefe es un idiotaWhere stories live. Discover now