55

276 61 16
                                    

Oh no, estaban en problemas. Perdidos, jodidos...

Los cinco amigos veian con cara de espanto como el castaño iba por su último shot del temible tequila y ni siquiera se tambaleaba. No se inmutaba el maldito hijo de perra y no sólo eso, Oikawa estaba tan contento de como habia resultado todo que quería continuar con el festejo en otra parte y eso significaba peligro.

No solo su plan había fracasado, sino que el simple hecho de que Oikawa quisiera seguir festejando en otra parte los ponía en peligro porque significaba que ahora sí tenían que beber enserio y por supuesto su hígado no era capaz de seguirle el ritmo al dictador.

No obstante, nadie se negó a la actitud tan efusiva del castaño, hacia tiempo que no lo veían tan satisfecho de su propio trabajo que era obvio que quisieran preservar ese sentimiento un poco más.

Tooru había hecho un excelente trabajo, la forma de revelar a Stinguer, el diseño y cada mínimo detalle eran perfectos para que el auto fuera el protagonista de la noche. La lluvia de aplausos inundó sus oídos, verdaderamente sabía como lograr que un objeto se convirtiera en una total promesa.

Por supuesto que Meian estaba que rabiaba y eso sólo regocijo aún más al director, pues después de ese momento se había dedicado a ser el centro de atención y robarse con toda alevosia toda conversación donde su necesidad estuviera involucrado.

Era un maldito cuando se lo proponía.

—¿Enserio no te sientes ni un poco mareado? — cuestionó Atsumu bastante preocupado

—Me siento de puta madre— río al mismo tiempo que se empinada el último shot de la botella que le habían regalado sus amigos —No tengo idea de como supieron que esto saldría bien como para encargar un alcohol tan bueno como este, pero fue una buena decisión

— Cómo no íbamos a saberlo. Eres nuestro jefe y nuestro amigo, eso era es garantía — Bokuto sonrió nerviosamente dándole un sorbito a su vaso

—Seijoh es lo que es, por ti— secundo Hajime

—Hace tiempo que no me sentía así, vayamos a otro lado por más bebidas— sonrió con amabilidad y se levantó de donde estaba siendo seguido por el quinteto preocupado. —Yo invito—

Claro que ese no era el problema.

—Imbecil ¿no se supone que estaría hasta las pelotas en este momento?— Hajime tomó del cuello al rubio artificial y lo sacudió con violencia mientras seguían caminando a una distancia prudente para no ser escuchados

—¿Cómo iba a saber que el hígado de ese hijo de perra iba a tolerar un tequila que ronda en la ilegalidad por el nivel de alcohol?— espetó soltandose del agarre —Él no es normal y ahora estamos jodidos—

—No podemos huir, siempre nos quejamos de que no viene a ninguna parte con nosotros— habló Kuroo

—¿Acaso quieres terminar en urgencias por un coma etílico? —

—Oh dios— Bokuto exclamó espantado y marcó rápidamente 3l número de Akaashi —Mi lechucita preciosa, si no llego para las tres de la mañana búscame en los hospitales. Creo que haré colapsar a mi hígado — colgó antes de recibir la negativa y Kuroo asintió estando de acuerdo con su acción otra imitarlo después.

—Moonshine, yo...— Ni siquiera terminó la oración pues el rubio estaba al tanto del plan idiota y sólo le tocó suponer el peor escenario —Pero amor, aun no estamos casados para que cobres el seguro de vida— hizo un puchero y después sonrió ante la respuesta de su prometido —Bien, viviré para casarnos—

—Son pateti...— un quejido los interrumpió y todos voltearon a ver a Oikawa quien de pronto estaba recargado en la pared y se sostenía la cabeza como si le doliese

—Tooru— todos se acercaron y al ver las mejillas sonrojadas del castaño supieron lo que significaba.

—Mi cabeza da... — se empezó a reír tratando de endezarse y soltar la pared, sin embargo fue un fracaso, dio un traspie y Hajime lo sostuvo —vueltas, dios—

Estaba ebrio.

Todos alzaron las cejas sorprendidos y se miraron los unos a otros armando los cabos sueltos y cuando la respuesta llegó a sus cabezas sonrieron con complicidad. Al parecer el mito de que la borrachera se sube cuando te daba el aire era cierto.

Qué mal por Oikawa.

Que bien por ellos.

Bokuto saco de nuevo su celular y sonrió con cierta emoción.

—Sí voy a llegar a nuestro nido, mi bella lechuza— Atsumu se lo quedo mirando y después frunció el entrecejo con molestia —¿Qué? —

—¿Cómo que qué, idiota? Llama al asistente— gruñó y Oikawa alzó la mirada

—¿A Subabuara? ¿Vendra con losotros?— preguntó con un puchero y sus ojos vidriosos —Él piensa que soy un idiota— volvió a reír —No sabe que me contengo porque Bokulto tendría muchas quejas de acoso sexual—

—Miren nada más, realmente esta ebrio— Hajime se burló un poco

—¿Quién está ebrio? ¿Kuroo?— volteó a verlo —Oh, ese idiota. Mucho miau miau y siempre perdía en los juegos de la universidad, era pésimo para el satanás — volvió a reír

—Oh, genial. Aún ebrio es capaz de burlarse y portarse como un hijo de perra— Tetsurou rodó los ojos por haber recordado sus días de juventud

—Yo no estoy ebrio—

—Sí lo estás, pequeño bastardo— acusó de nuevo el pelinegro

—¿Si estuviera ebrio podría recordar la ocasión en la que Tsumu-chan se dio tremendo encerron con...

—No, no esta ebrio— Atsumu le tapó la boca antes de que dijera aquel oscuro secreto —Demonios, es más pesado que cuando está sobrio—

—Bueno,es la primera vez que lo vemos así. No teníamos bases para saber como sería —dijo Iwaizumi acomodándose de mejor manera a Oikawa sobre su hombro

—Bueno ¿vamos ir a otra parte y van a invitar a Subabuara o no? Esto era un celebración en MI honor— Tooru se balanceo hacia enfrente y volvió a reír.

—Ya no sé qué tan buena idea sea. Solo velo, es un idiota— el rubio lo señaló con la palma de su mano

—Un idiota que nos está pidiendo la presencia de Koushi— Kuroo le quito el celular a Bokuto llevándose unas cuantas quejas por haber cortado su llamada con su esposo —Lo siento bro, pero el jefe manda hoy y hay que darle lo que pide—

Sugawara acariciaba a Zeus en la comodidad de su sofá mientras se preguntaba como le había ido al castaño. Esperaba que bien porque realmente se lo merecía y después de un largo día lleno de caos era lo que merecia. Fue en ese momento que su celular sonó y al ver que se trataba del bicolor contestó enseguida.

—KouKou— escuchó a Tetsurou y se extrañó — Escucha, el señor y distinguido presidente está super ebrio y todos nosotros hemos bebido. Necesitamos un conductor designado para él —

¿Acaso había escuchado bien? No, no podía ser que su jefe estuviera ebrio. Se supone que gozaba de un hígado casi divino ¿que había pasado? ¿No era otra broma o si?

—Subabuara, veeeeeeen— canturreó el castaño y esa sola acción solo confirmaba que no era una broma. Estaba ebrio.

Zeus ladró como si supiera que era lo que estaba pasando. El peligris lo miró y finalmente suspiró con cierta resignación.

—Bien, estaré ahí lo más rápido posible—

Mi jefe es un idiotaWhere stories live. Discover now