𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑, Enzo Fernández [1]

13 - Picnic familiar

Chapter thirteen
❝ pícnic familiar ❞

Argentina ya estaba en octavos de final, Mel estaba feliz y emocionada por la victoria ante Polonia. Un gol de Alexis y otro de Julián, sin duda los argentinos estaban felices.

El partido fue muy bueno y ella se la paso con la hinchada, algunos la reconocían y le daban regalos para que se los haga llegar a los jugadores, por lo que cuando llego al hotel lo primero que hizo fue separar por secciones los regalos que eran para cada futbolista.

Literalmente que hasta cuando estaba tomando un helado después del partido una señora la interceptó para que la chica le haga llegar a cada jugador un cuaderno con notas de parte de los hinchas, por lo que Mel tuvo que estar con una caja llena de cuaderno hasta llegar a la universidad.

Cada uno de la selección tenía un regalo, muchos eran para Messi o Di Maria, ellos fueron quienes más habían recibido, pero la chica aún seguía muy sorprendida era como si los Argentinos se hayan puesto de acuerdo para hacerle llegar regalos a la selección.

Alguien toca la puerta de la habitación de la rubia y ella abre, una sonrisa se posa en su rostro al ver a Leandro y lo abraza feliz.

— ¡Están en octavos! — no había tenido la oportunidad de felicitar a sus amigos, ya que no quiso cruzarse con Enzo.

— Un pasito menos — Murmura Leandro aliviado por el triunfo y la chica lo abraza fuerte por lo que dijo.

— Mira, los hinchas les mandan regalos — informa soltando a su amigo y señalando los regalos. Leandro intentó tocar uno, pero la rubia lo alejo. —. No les voy a dar nada hasta que Scaloni me dé permiso.

Paredes frunce el ceño. — Pero este dice mi nombre.

— Necesito la autorización de su entrenador, los regalos son de ustedes, pero... no puedo hacerles llegar nada sin el permiso del entrenador — explica la rubia y su amigo bufa, pero asiente.

— Bueno, vamos que nos esperan.

— ¿Quién?

— Cami con los nenes — Avisa y la rubia sonríe feliz. —. Dale que quieren ir a comer.

Ambos salen de la habitación y hablan mientras van hacía al lobby.

— ¿Y qué onda con Enzo? — pregunta el curioso.

— No nos hablamos, es lo mejor ahora.

Días antes.

— ¿Me vas a dejar de hablar ahora? Sos un inmaduro.

Enzo deja de cargar el agua en el termo para ver a la rubia, estaba muy celoso y no entendía por qué su novia en vez de comentarle a el que se iba a ver con alguien se lo contaba a Leandro.