Messi lo tenía todo, absolutamente todo. Lo había conseguido. Balones de oro, botas de oro y la coronación con su selección. Al fin lo tenía todo. O bueno casi todo...
"ᵂʰʸ ᵈⁱᵈ ʰᵉ ʷᵃⁿᵗ ᵉᵛᵉʳʸᵗʰⁱⁿᵍ ⁱᶠ ᵃᶠᵗᵉʳ ᵗʰᵃᵗ ʰᵉ ᶠᵉˡᵗ ˡⁱᵏᵉ ʰᵃᵛⁱⁿᵍ ⁿᵒᵗʰⁱⁿᵍ"
𝗗𝗼𝗻𝗱𝗲...
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"Amame en espíritu. Y si traicionó nuestras noches solitarias, gastadas, como una luz sin un beso de buenas noches..."
Las letras iban y venían en la mente de Lionel. Era la segunda canción del regalo de Ronaldo, Out Like a Light o Fuera como una luz en español.
A diferencia de la anterior canción está no la lograba entender con facilidad, se preguntaba porque Cristiano la había elegido.
Sin darse cuenta el tiempo paso volando. Otra vez se debería cruzar con la dura realidad de ir al entrenamiento.
Tendría que ir a buscar a su amigo Neymar, ya hace media hora se habia ido a hablar por teléfono con Son.
_¿E aí campeão? Ya volví- hablando de Roma su amigo cruzaba la puerta con una sonrisa.
-¿Me podés decir porque te tardaste tanto vos?- Messi reclamaba al brasilero.
-No me la vas a creer, SONY- "¿Sony?" Se preguntaba Leo.
-Hola Leo- no era nada más ni nada menos que Son Heung Min, el amorcito de Ney, quien hablaba con un español dudoso.
-Oh, Son. Un gusto verte por acá- saludaba Messi con una sonrisa. El coreano solo se digno a devolversela, todavía no entendía muy bien el español así que se encontraba un poco perdido.
-A Sony le dieron unas minis vacaciones desde el Tottenham, así que vino a visitarnos. No tenía idea y por si no te das cuenta estoy muy feliz- hablaba un exaltado Neymar feliz por aquella sorpresa. Tenía una cara de feliz cumpleaños mientras abrazaba al coreano, suponía que iba a faltar al entrenamiento para pasar tiempo con éste.
Y efectivamente así fue, se fue con la excusa de que le dolía la panza y lo dejaron irse.
"A mí no me la dejan así de fácil" pensaba Messi, un poco divertido por la situación.
Entre tanto pudo haber dicho que se había olvidado un poco de Ronaldo pero estaría mintiendo. El morocho estaba muy presente en su cabeza, más de lo que él quisiera.
Ahora se lo debería cruzar en el entrenamiento, y por la falta de Neymar seguro debería hablarle. "Solo mantén la calma" se decía a si mismo el delantero para luego dirigirse al campo de entrenamiento.
Llegó y saludo a todos, cómo es costumbre en él. El portugués todavía no llegaba. Lionel aprovecho y empezó a estirar un poco, tranquilo e intentado ignorar el hecho de que el Ronaldo llegaría en cualquier momento.
Pasaron unos pocos minutos para que su miedo se concretase.
-Buenos días Lindo- era el, Ronaldo. Con su típica sonrisa confiada perfectamente simétrica que lograban ponerlo rojo, tal cual un adolecente puberto, en cuestión de segundos.
-Hola Ronaldo- decía Lionel con un tono frío y seco.
-Auch. Piensa un mejor mejor apodo para la próxima corazón- simulaba el portugués un dolor en el pecho.
