Cicatriz

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Aunque Inui no le hablara, Kokonoi estaba feliz de haber podido regresar a su lado. Entendía el enfado del rubio, por eso no insistía en que le dirigiese la palabra, sólo se conformaba con poder permanecer a su lado.

—¿Y bien?— preguntó Manjiro con expresión aburrida, sentado frente a la pareja— ¿De quién es el niño?

—Mío— dijo rápidamente el chico pelinegro, casi ofendido por la pregunta.

Manjiro le aclaró la intención de su pregunta. Chifuyu había sido secuestrado y lastimado seriamente gracias a que lo habían confundido con Seishu, y todo por una recompensa ofrecida por él. Kokonoi apretó los puños evidenciando su molestia.

—Ese hombre no es el padre— dijo irritado—. Sólo quiere al cachorro por si resulta ser un omega, ya que así tendría una buena fuente de ingreso asegurados para él. El negocio de los omegas es muy bien pagado.

Seishu frunció el ceño, manteniéndose en completo silencio. Takemichi, que también participaba de la reunión pudo ver que aquella conversación no era para nada grata para el rubio. Aunque todo lo referente a su vida en aquella tribu lo era.

Flashback

Un puñetazo en la mitad de su rostro hizo que el omega rubio cayera al suelo, quejándose en voz baja por el dolor. Seishu miró sus manos al sentirlas húmedas. Era sangre. Le habían reventado el labio otra vez, además de hacer sangrar su nariz.

—¿Estás en tu etapa de rebeldía?— preguntó el hombre capturándolo desde el cabello—. El tipo pidió su dinero de regreso por tu culpa.

—Estaba...apretando mi cuello muy fuerte— dijo con voz temblorosa, evitando el contacto visual a toda costa.

El hombre lo agarró del cuello a Seishu y apretó fuerte haciendo que el chico se desesperara al sentir que el aire le faltaba. Trató por todos los medios liberarse, pero ya la fuerza no le acompañaba. El sujeto lo liberó cuando estaba semi-consciente.

—¿Ves? Nada pasó— gruñó.

Pero al ver que Seishu no reaccionaba adecuadamente a lo que él esperaba, le dió una patada que le hizo perder el poco aire que había logrado recuperar. Seishu en su desesperación logró movilizar un ladrillo suelto de la pared, y golpeó suavemente la espalda del hombre. Esperaba haberle dado en la cabeza. Inui desató la ira del sujeto.

Desde afuera del burdel eran percibidos los gritos desgarradores de Seishu. Las personas optaron por hacer oídos sordos, ya que era peligroso involucrarse con la gente de ese sitio.

Seishu lloraba por el dolor que le había producido la quemadura en su rostro. Ese era el precio de haberse atrevido a atacar a Hamada.

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Debido a que su rostro no se recuperaba de sus quemaduras recientes, los alfas que pagaban por él disminuyeron considerablemente hasta ser lo que llamaban una "sanguijuela", por vivir a costa del burdel pero sin entregar nada a cambio. El día en que se iban a deshacer de él, fue que alguien pagó para ser atendido por Seishu.

El omega esperaba en su habitación, con piernas temblorosas a pesar de su expresión seria. Pensaba que ya no tendría que pasar por el suplicio de calmar el celo de alfas violentos. Sin embargo sus expectativas se vinieron abajo cuando Hajime Kokonoi entró al cuarto.

—No puede ser— murmuró el chico delgado, cerrando la puerta con apuro— ¿Estás bien?

Inui lo apartó cuando trató de ver la herida en su rostro. Pero el alfa no se daría por vencido tan fácilmente. Dejó sus pertenencias en el piso y buscó entre ellas una especie de ungüento de hierbas. Seishu amenazó con golpearlo si se atrevía a colocar esa sustancia en su rostro, pero Kokonoi lo ignoró.

Resiliencia [Omegaverse] [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora