❝Las preferencias no son motivo para dejar de amar a una persona❞.
Después de haber tenido sexo por error con uno de sus compañeros universitarios en una noche de borrachera, Michael comienza a cuestionarse su verdadera orientación sexual.
¿Cuál es...
-Te estoy diciendo que me gustas -. Repuso el rizado sonriendo. ...
-Creo que ya tienes la edad suficiente para darte cuenta de que varias chicas de la iglesia han estado detrás de ti -refunfuñó Katherine mirándolo-. Sus padres quieren que salgas con ellas.
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Al llegar Nelson lo recibió con los brazos abiertos. Se había puesto atractivas ropas para la ocasión.
-Hola, rizos -. Saluda el moreno.
Prince le abraza, y en cuanto lo hace su nariz es cautivada por el rico olor del perfume que utilizaba su amado.
-Hueles muy bien -. Repuso el de cabello chino olfateándolo.
Y antes de que Michael pudiera decir un hola los labios del contrario le rozan de forma descarada el cuello. Por su comportamiento puede notar lo ansioso que ha estado por verlo, pero no le molestaba, de hecho, le parecía tierno ver a Rogers actuando de esa manera.
-¿Piensas llevarme al comedor o al dormitorio? -. Se burla el de tez blanca reavivando la risa que había desaparecido desde la discusión de la tarde.
-En cualquiera de los dos lugares puedo comerte, ¿no? -. Contesta con una sonrisa ladina.
-Sabía que tramabas algo -. Dice Michael riéndose por las ocurrencias de su compañero.
Tras terminar la ronda de besos se encaminan hacia el comedor, dónde la cena ya estaba servida. En el centro había una botella de vino con una copa a cada lado. En verdad que Rogers se había esforzado por hacerlo ver romántico, casi hasta elegante.
Michael no podía concentrarse mucho en la plática que estaba teniendo con Nelson. Su mente sólo pensaba en aquel inconveniente con su madre. Y comenzó a preocuparle que ella llegara a enterarse de las razones por las que no quiere conocer a esas chicas de la religión.
-Casi no haz comido nada -menciona Rogers alzando la mirada de su plato-. ¿Pasa algo? ¿Acaso no te gustó lo que cociné? Puedo traerte otra cosa si gustas.
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-La comida está bien -responde Jackson un poco decaído, y comienza a jugar con el tenedor-. Sólo tuve algunos problemas con mi madre, eso es todo.
El moreno notó que su amado no estaba dispuesto a hablar sobre el tema, así que lo cambió con celeridad.
-¿Qué te parece si abrimos el vino? -. Insita Nelson con una disimulada sonrisa.
Jackson no quería pensar más en el problema, así que le pareció una fantástica idea comenzar a beber.
-De acuerdo -. Contesta el rizado de manera cortante.
-¿Así que te gusto, eh? -juega el moreno- En el fondo ya lo sabía -presume mintiendo-, tu carita llena de placer me lo dijo ayer.
