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Sana.

Hoy, como toda la semana, me levante sin muchas ganas de ir al trabajo, trabajaba en una cafeteria cerca de casa, la paga era buena y no me quejaba.

Mis padres querían que trabajara en la empresa familiar pero no me gustaba demasiado la idea, lo hablé con ellos y llegamos a un acuerdo, cuando yo cumpla 24 y todavía no tenga un trabajo estable o estuviera casada me tendría que hacer cargo de la empresa y mis padres se jubilarían.

En fin... estábamos en abril y pronto sería el cumpleaños de dahyun.

Salía del trabajo y pude ver que Jackson me esperaba afuera recargado en su camioneta. Ya había pasado casi un mes desde lo qué pasó con el bebé, el quería seguir intentando pero yo no me sentía muy segura y a raíz de eso hemos estado peleando mucho estos días.

Ayer peleamos y creo que viene por mi para hacer las pases, porque en cuanto me vio salir, corrio a la parte trasera de la camioneta bajando un ramo de rosas y camino hasta a mi con una sonrisa.

—Hola—se acercó y me beso.

—Hola—nos separamos, me estiro el gran ramo de rosas y sonreí— y esto?

—Son para ti... vine a disculparme por lo de ayer—tome el ramo e inhale su olor, su fragancia era dulce y sentía como esa dulzura entraba por mis fosas nasales y me embriagaba de su olor, sonreí y lo volteé a ver— te gustan?

—Si—volví a inhalar— tienen un olor dulce y fresco.

—Me alegra— sonrió—quería pedirte disculpas por lo de ayer—alce una ceja— creo... creo que si te e estado presionando mucho con lo del bebé. —decía mientras acariciaba la parte trasera de su cabeza—De ahora en adelante no te presionaré más, lo podemos posponer hasta que tú te sientas lista, claro si tú quieres—pregunto con un tono de arrepentimiento.

Me acerqué a él y lo bese.

—Claro, te perdono—sonrio y nos volvimos a besar.

—Te amo—me quede callada y asentí para comenzar a caminar a la camioneta.

Subimos a la camioneta y abroche mi cinturón. Al subirme pude percatarme de un olor inusual, olí las rosas y no, no era el mismo olor. Lo voltee a ver y tenía una sonrisa en el rostro.

—Qué pasa?—me pregunto cuando vio que no dejaba de verlo— tengo algo en el rostro? — se miró en el retrovisor—que?

Sonreí y moví mi cabeza en forma de que no era nada. Volví a oler y no ese olor no era mío ni de él, Era perfume de mujer y yo no me e subido a su camioneta en días y ese tipo de perfume barato no me gusta, entonces... alguien más estuvo aquí.

—bueno —me volteó a ver sacándome de mis pensamientos, lo miré con el ceño fruncido—quieres ir a cenar algo o quieres que comamos algo en casa?- me seguía mirando con esa maldita sonrisa que me gustaba tanto.

—Vamos a cenar algo, estoy cansada y no tengo muchas ganas como para cocinar, si?—asintio y se inclino para darme un beso.

Se acomodo y arranco la camioneta. Todo el camino estuvo en silencio, solo veía por la ventana con una expresión seria, pensando en a quien pudo haber subido a su camioneta? Tal vez a su madre o alguien de su familia?, tal vez se la presto a un amigo y por eso el olor a mujer?, ahg le preguntaré después de comer.

Llegamos a un lujoso restaurante y bajamos del auto pidiendo una mesa. Ordenamos la cena y el pidió una botella de champagne.

—Bien, hoy vamos a celebrar—lo mire extraño, celebrar? Que recuerde no es un día especial, o si?— vamos a celebrar dos cosas —decía mientras servía el líquido en las copas— la primera, que me perdonaste por comportarme como un idiota—los dos reímos y bebimos—y la segunda—tomó mi mano y sacó algo de su bolsillo.... oh Dios, acaso es lo que creo que es?, era una caja de terciopelo...— es que, al fin pude cerrar el contrato con la empresa Kim's.

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