CAPÍTULO DOS

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JiMin caminaba junto a TaeHyung y SeokJin por la tienda de conveniencia que había a un par de cuadras lejos de la casa de playa.

Las calles se encontraban llenas de turistas y de casas de no más de dos pisos, quizás tres, pero la imagen era una especie de choque cultural para el joven acostumbrado a los edificios y rascacielos. Aun así, él no estaba pensando en eso, sino que más bien fingía que escuchaba a su amigo hablar sobre quien sabe qué mientras su cabeza repetía una y otra vez los eventos ocurridos la noche anterior en el cuarto de YoonGi.

Cobardemente, JiMin huyó. Claro que lo hizo, ¿alguien iba a culparlo? YoonGi se había quedado dormido mientras ellos se besaban, ¿qué se suponía que debía hacer? ¿Quedarse ahí a dormir en la misma cama con él y esperar a ser juzgado cuando la mañana y la lucidez llegaran? Claro que no, ¡sería suicidio! Es por eso que se refugió en la habitación que compartía con JungKook una vez logró salir de la cama del otro.

No quería saber cómo iba a despertar YoonGi, de si iba a recordar algo o si estaría enojado con él, por lo que cuando TaeHyung preguntó si alguien quería acompañarlo a comprar algo para el desayuno él no dudó en ofrecerse.

—¿Quieres ramyeon? —le preguntó TaeHyung alzando el empaque frente a él. JiMin asintió sin estar del todo consciente de la pregunta, entre tanto tomaba un envase de leche y miraba como si este tuviera todas las respuestas del universo—. ¿Estás bien? —movió un poco su hombro, buscando llamar su atención.

—¿Ah? Sí, sí —asintió de inmediato, metiendo la leche al carrito—. Supongo que todavía tengo un poco de resaca molestándome —se excusó y ninguno de los dos dudó de ello, el propio SeokJin soltando un quejido que demostraba estar en las mismas.

—Justo acabo de meter la medicina al carrito —mencionó el mayor de todos, Kim SeokJin, un joven adulto que había sido aquel inalcanzable chico guapo de secundaria (lo seguía siendo, ahora en la universidad), pero que JiMin conocía porque fue su vecino durante mucho tiempo—. NamJoon ni siquiera ha podido abrir los ojos, el idiota se tomó tantas cervezas que tuve que cargarlo yo mismo hasta su cama —bufó—. ¿Les conté que ronca como si le hubiera chupado el pito a un tractor?

El par rió, TaeHyung mucho más animado que JiMin a comparación, y es que él seguía en una lucha mental que se debatía entre ahogarse en el mar o dejar que un auto lo atropellara.

—HoSeok tampoco se queda atrás —Kim TaeHyung continuó, él era su mejor amigo de la secundaria casi infancia, un chico tan sociable como carismático y la razón detrás de por qué todos se habían acoplado a la perfección; él había roto el hielo en un instante con todos y cada uno de ellos—. Bebió tanto que habló dormido toda la noche, parecía estar en un viaje astral y ni siquiera hemos fumado todavía.

Ante la mención de esto, la atención de JiMin fue finalmente capturada por ambos.

—¿En serio trajeron esa porquería? —cuestionó.

TaeHyung le hizo una mueca como si estuviera a punto de ser regañado por su madre.

—Solo es para nosotros tres, no los vamos a obligar a que también fumen —SeokJin hizo un ademán con su mano.

JiMin viró los ojos cuando TaeHyung despeinó su cabello, aprovechando su altura sólo para molestarlo. Solo era una cabeza más bajo que él, sentía que era una total falta de respeto que se metiera con eso.

—"El trío Kim de drogadictos", así deberían llamarlos.

Ambos rieron por la estúpida rabieta de JiMin; él odiaba todo lo relacionado con el tema y ver a TaeHyung caer en eso de vez en cuando no hacía más que generarle un nudo en el estómago. A pesar de todo, su amigo siempre repetía que lo tenía controlado y así parecía ser porque el tema sólo hacía acto de presencia en fiestas que JiMin podía contar con una sola mano. NamJoon y SeokJin eran un poco más expertos en la materia, habían comenzado con ello un par de años antes de entrar al grupo. HoSeok es quien más recientemente se metió en la actividad, pero ya se había dado un mal viaje y no estaba seguro de que quisiera intentarlo de nuevo pronto.

NOCHES HELADAS, BESOS CÁLIDOS ☆ MYG + PJMWhere stories live. Discover now